30 julio 2025

LEY E IDEOLOGÍA: DOS HERRAMIENTAS IMPRESCINDIBLES PARA EJERCER EL PODER

Debido a la propaganda machacona que recibimos a diario de los medios de comunicación sobre el “calentamiento global”, muchas personas creen que todo lo que está haciendo nuestro gobierno (incluido las medidas más antipopulares) está más que justificado en aras a salvar el planeta.

Este blog ha repetido, por activa y por pasiva, que el planeta no necesita ser salvado. Por lo tanto, eso de la “descarbonización” de la economía dentro de nuestras fronteras, para ser “neutra climáticamente” en el año 2050, es pura demagogia y verborrea barata dirigida a imbéciles profundos.

Lo que está haciendo nuestro gobierno -y la mayoría de gobiernos en todo el mundo- nada tiene que ver con salvar el planeta, sino con encarcelarnos e irnos eliminando poco a poco (Gran Bretaña acaba de votar a favor de poder abortar hasta el momento del parto y también despenalizar la muerte asistida).

Respecto al encarcelamiento, será un encarcelamiento consentido -en una prisión digital- donde los movimientos, pensamientos y sentimientos estarán totalmente restringidos, prohibidos o dirigidos. Por supuesto, todo se hará con la excusa de salvar el planeta.

Intentar explicarle esto a la gente es como hacerle creer en la existencia de los marcianos. No se lo cree. Y no se lo cree, porque es tan distópico que chirría demasiado. De hecho, la gente no puede creer que sea su propio gobierno el que le esté haciendo esto. Sin embargo, la realidad está ahí, delante de nuestras narices, para todo aquel que no tenga demasiadas telarañas acumuladas en el cerebro.

Como todos los años, llegó el verano y empiezan a anunciar las famosas olas de calor. Antes el calor significaba piscina, playa y cerveza fresquita en el chiringuito de turno, pero ya no. Ahora, el Sol y el CO2 -que sustentan la vida en el planeta- son nuestros enemigos. Es patético. Pero hay que sembrar el pánico, ¿no? De hecho, el Ministerio de Sanidad ha elaborado una guía, que ha repartido entre los medios de comunicación, dando instrucciones sobre lo que se tiene que decir respecto al calor. En definitiva, una manera muy sutil de asustar a la gente para que acepte nuevas medidas restrictivas, aumento de impuestos y la eliminación de cualquier forma de libertad.

Prácticamente todos los países del mundo están colaborando con esta agenda, que empezó en 1992 con la famosa conferencia de la “Cumbre de la Tierra” celebrada en Río de Janeiro. Posteriormente, se ha ido concretando con la aparición de la Agenda 2021 y la Agenda 2030. Pero lo que le dio el impulso definitivo fue la falsa pandemia del Covid-19, donde a raíz de entonces el mundo cambió radicalmente hacia la sumisión total.

España, además de ser el país de la UE donde se aplicaron con más saña las aberrantes medidas Covid-19, también es actualmente el mayor impulsor de la “agenda verde”. De hecho, aprobó su primera ley para combatir el “cambio climático”, con el apoyo de la mayoría del Congreso, el 13 de mayo de 2021. La, por entonces, cuarta Vicepresidenta del Gobierno y Ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, dijo: “Es una ley que el país necesita y que se había postergado demasiado tiempo. Hay amenazas y riesgos que no distinguen colores políticos, pero sí que se ceban en los más vulnerables: nuestra generación tiene la gran obligación de afrontar el cambio climático”.

Y lo que son las cosas. Como se hace siempre en estos casos, esta señora fue recompensada por lo “aportado a la causa”, y, el día 1 de diciembre de 2024, fue nombrada Vicepresidenta Primera y Comisaria de Competencia de la Comisión Europea, cargo que ocupa en la actualidad.

Veamos qué supone esa ley para los españoles.

La ley recoge recortar paulatinamente las emisiones de CO2. Eso significa que poco a poco se irá prohibiendo la quema de combustibles fósiles y las explotaciones ganaderas (por eso de que los pedos de las vacas interfieren en el clima) entre otras cosas.

También se pretende acabar con las fuentes de energía que no sean renovables: se espera que en poco menos de 30 años el total de la electricidad sea generado con fuentes renovables (cuidado con esto, porque conviene recordar que las renovables no son la panacea al tema energético, como quedó demostrado en el apagón del 28 de abril de 2025).

Está ley pone fecha (año 2040) al fin de la venta de automóviles de gasolina y diesel (baratos y eficientes) y sólo se venderán eléctricos (caros e ineficientes). También se prohibirá la búsqueda y explotación de hidrocarburos y uranio dentro de nuestro territorio.

Evidentemente, la aplicación de esta ley acarreará un sinfín de daños colaterales como, por ejemplo, la destrucción de ecosistemas para implantar fuentes de energía renovables (aerogeneradores, placas fotovoltaicas, etc.).

No caigamos otra vez en el engaño. Ni salvar el planeta ni gaitas. El único propósito de esta ley es ir implementando poco a poco todas esas nuevas medidas de control: ciudades 15 minutos, vigilancia masiva, nuevo sistema monetario CBDC, regulación de viajes, prohibición de cultivar tus propios alimentos, etc.

Como no podía ser de otra manera, necesitan amedrentar a la gente para que acepte cualquier sacrificio en aras a salvar el planeta. Por eso nuestro Presidente de Gobierno no para de repetir que el “cambio climático” mata, al igual que el Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, se pasa el día diciendo que estamos en una “ebullición climática”.

A parte de la ley, también están utilizando otra herramienta: la nueva ideología climática, que se está introduciendo poco a poco en la mente de la gente. Y es que el mundo de las ideologías es tremendamente eficiente a la hora de conducir a una población como si fuera un rebaño de ovejas modorras (puedes leer mi artículo al respecto  “atrapados en una red de estúpidas ideologías.html”).

¿Cuándo nos vamos a dar cuenta de que las ideologías no son otra cosa que la manipulación de las emociones de los pobres? O dicho de otro modo: la forma de organizar colectivamente la ignorancia de la gente. De hecho, si la política sirve para organizar y administrar un Estado, las ideologías contribuyen básicamente a controlar emocionalmente la ignorancia colectiva de la gente de dicho Estado.

¿Te has parado a pensar que los ricos no tienen ideología? Los ricos lo que tienen es dinero, y en este sistema corrupto quien tiene el dinero tiene el poder. Este modelo lleva funcionando miles de años y, a menos que una mayoría suficiente se dé cuenta y tenga la valentía de reaccionar, no va a cambiar. 

20 julio 2025

EL GOBIERNO DE JUAN PALOMO: “YO ME LO GUISO, YO ME LO COMO”

La mayoría de españoles se sorprendería si supiera que nuestro ordenamiento jurídico no define con claridad qué requisitos debe cumplir un “Estado Democrático de Derecho”, por lo tanto, todas nuestras leyes no pueden regirse por ese Estado Democrático de Derecho.

Un Estado Democrático de Derecho es, digámoslo así, un sistema basado en el sufragio universal, la separación de poderes y la rendición de cuentas del Gobierno ante el Parlamento. Sin embargo, en España no se cumple ninguna: el sufragio universal es un fraude, la separación de poderes no existe y el Gobierno gobierna mayoritariamente a base de decretazos.

El artículo 1.1 de la Constitución Española dice: “España se constituye en un Estado Social y Democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. Por cierto, todo mentira.

La Constitución Española, como casi todas las constituciones del mundo, fue redactada laxamente para permitir a cada partido político que la interprete y acomode a su gusto cuando llegue al gobierno.

Todas las leyes aprobadas por el Parlamento Español son, de hecho, nulas de pleno derecho, dado que han sido aprobadas irregularmente por disciplina de voto. Y es que los mismos políticos son tan ignorantes, que no saben que así lo dice la propia Constitución.

El artículo 67.2 de la Constitución Española establece que “los miembros de las Cortes Generales no estarán ligados por mandato imperativo”, lo que conlleva a que los diputados y senadores deben actuar libremente y no obedecer ningún mandato por parte de nadie. Por lo tanto, todas las leyes que se hayan aprobado por disciplina de voto (que son todas) son ilegales y nulas.

Como todos sabemos, los diputados son elegidos en las urnas en una lista cerrada elaborada por el jefe del partido. Y cuando estos diputados votan en el Parlamento, no lo hacen libremente en función de sus compromisos con los votantes o de sus principios y valores, sino que votan lo que les ordena su jefe. Por lo tanto, toda ley que haya sido aprobada mediante la disciplina de voto queda nula de pleno derecho, ya que vulnera el artículo 67.2 de la Constitución Española, como acabo de exponer.

Pero la piedra angular de cualquier Estado Democrático de Derecho es la separación de poderes, y en España esto no se da. De hecho, la UE lleva más de una década advirtiéndonos de ello y amenazando (eso sí, con la boca pequeña) con tomar medidas. De por sí, la separación de poderes ni siquiera está contemplada en la Constitución. Y aunque muchos “expertos” dicen que está implícita en los artículos que delimitan los poderes del Legislativo, Ejecutivo y Judicial, lo cierto es que estas afirmaciones hacen aguas por los cuatro costados.

Aquí la única realidad es que, una vez que el ciudadano ha ejercido su derecho a voto, es el Legislativo (Congreso y Senado) quien elige, directa o indirectamente, tanto al Ejecutivo como al Judicial (el 100% del poder Ejecutivo y el 100% de las máximas autoridades del Judicial son elegidas por el Legislativo). Esto supone la acumulación de todo el poder en un partido político (mejor dicho, en el jefe de ese partido político, que suele ser el Presidente del Gobierno) incurriendo en un gravísimo conflicto de intereses. 

Y aquí lo tenemos: un clásico Juan Palomo, “yo me lo guiso, yo me lo como”. Así que, diputados y senadores harán con nosotros lo que les venga en gana: freírnos a impuestos, malgastar y robar el dinero público, etc. Y en el caso de ser pillados infraganti, con las manos en la masa, si no les cubre su aforamiento sacarán de la chistera nuevas leyes que les protegerán.

Lamentablemente, nuestros representantes son tan catetos e ignorantes como nosotros. Por lo tanto, tampoco conocen -ni quieren conocer- nuestro ordenamiento jurídico. Lo único que les interesa es la remuneración monetaria del cargo y los privilegios que conlleva, nada más. Y los que son perfectamente conocedores de la inexistencia de la separación de poderes, fingirán que todo está bien, no vaya a ser que el “populacho” se dé cuenta de que esto no es una democracia y exija que se desmonte el chiringuito.

En España, nuestro actual marco constitucional impide la autonomía del poder judicial. Y, ¿por qué? pues para asegurarse de que no exista la igualdad de todas las personas ante la ley, cosa a la que siempre hacen referencia nuestros políticos, pero que sin la separación de poderes es imposible garantizar.

En resumen, una mayoría parlamentaria, a las órdenes de un dictador (Presidente del Gobierno, del color que sea) controla el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial. Pero lo peor de todo, es que este dictador es una simple marioneta a las órdenes del poder global del dinero: trabaja para ellos, no para nosotros.

Después de ver lo que está pasando en España (inmigración ilegal masiva, destrucción del sector primario, desmantelamiento del tejido industrial, subida constante de impuestos, concesiones a los separatistas, etc.), yo me pregunto: ¿habrán recibido nuestros políticos la orden de destruir España? Si no es así, no sé entonces a que viene lo que dijo Arnaldo Otegi (político de la izquierda abertzale vinculado a ETA): “Para que algún día España sea roja, republicana y laica, esa España tendrá que estar anteriormente rota”.

Dicho esto, todo parece indicar que esta partitocracia no parará hasta hacer añicos el país. El esperpéntico espectáculo en el Congreso de los Diputados, del día 9 de julio de 2025, lo dejó meridianamente claro: estamos en manos de personas corruptas, mentirosas, rencorosas y maliciosas. Estas personas lo único que están haciendo es atizar el odio entre las dos Españas de la dictadura franquista, que ellos mismos siguen empeñados en mantener (ya sabes, el divide y vencerás que tan bien les funciona). Porque, ¡señores! Recordemos que Pedro Sánchez no es exclusivamente el Presidente de sus votantes, es el Presidente de todos los españoles. Por lo tanto, tiene el deber de respetar a todos por igual, y dejar de insultar a aquellos que no le han votado tratándoles de fascistas o ultra derechistas. Y lo mismo hace la oposición, tachando de rojos de mierda o vendedores de patrias a todos aquellos que no le votan.

Seamos inteligentes por una vez en nuestra vida. Un país debería gestionarse lo mismo que una empresa. Y si nosotros somos los accionistas de esa empresa; es decir, los dueños, deberíamos poner al mando a las mejores cabezas del país. Y si no dan la talla o no son honestos, fulminarlos de inmediato.

Definitivamente, este país nunca tuvo una democracia, sino una partitocracia derivada a una autocracia. Y mientras la gente no entienda esto, seguirá votando, elección tras elección, a los gatos negros, a los gatos blancos o a los gatos pardos, sin darse cuenta de que nosotros somos ratones. ¿No te has parado a pensar qué hacemos ratones votando a gatos? Pues deberías hacerlo. 

10 julio 2025

UN FUTURO INCIERTO

En los nuevos tiempos que están por venir ninguna actividad o profesión del ser humano será inmune a la robótica y la inteligencia artificial (IA). De hecho, serán las máquinas equipadas con IA las que diagnosticarán nuestras enfermedades y realizarán todo tipo de cirugías complejas. También serán las encargadas de la producción de alimentos o de mantener el orden público. Y, por supuesto, sustituirán a ingenieros, arquitectos, jueces,… y políticos. Solamente un minúsculo grupo de privilegiados selectos serán los encargados de gestionar y controlar este sinsentido.

Es evidente que a medida que los humanos seamos reemplazados por máquinas nuestra utilidad disminuirá. Por consiguiente, nos convertiremos en una carga permanente para el Estado. ¿Crees que nuestros dueños lo van a consentir?

Por mucho que se empeñen los políticos en presentar este futuro distópico como “progreso”, no es más que un genocidio meticulosamente planificado. De por sí, ya empieza a vislumbrarse cómo se está inculcando a la gente un sentimiento de inutilidad y culpabilidad, para que seamos nosotros mismos los que vallamos voluntariamente al matadero. Y si no al tiempo.

Por otra parte, se está construyendo una prisión digital mundial controlada por algoritmos. La UE no trabaja para defender la libertad, sino para relegarla a una reliquia del pasado. Detrás de su engañosa fachada de “seguridad”, “progreso” y “sostenibilidad” se esconde un mecanismo implacable para destruir toda forma de libertad. Y no estamos hablando de ninguna fantasía, sino de una realidad que se está implementando a base de leyes y tecnología. De hecho, la mismísima Presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha afirmado que la libertad de expresión es como un “virus” y que la única “vacuna” es la censura.

La mayoría de la gente sigue adormecida viviendo en los mundos de Yupi. No es consciente de que ya vivimos en una sociedad controlada. Y es que a día de hoy hemos perdido prácticamente toda nuestra libertad, quedando a merced de una élite de maniacos tecnócratas que nos han reducido a simples marionetas movidas a golpe de algoritmo.

Hoy en día apenas queda pensamiento crítico y la libertad de expresión brilla por su ausencia. Pensarás que lo que yo hago es precisamente eso, ¿verdad? Pues no. Yo sólo hago aquello que me consiente el sistema, que permite un cierto grado de disidencia para hacernos creer que vivimos en una sociedad libre.

Con 120.000 visitas en 12 años, mi primer blog (pepeluengo “despertando conciencias”), en el que escribí numerosos artículos sobre la falsa pandemia, fue censurado. Con estas cifras, está claro que mis artículos apenas le llegan al 0.001% de la población mundial. Es decir, que soy como una diminuta cagada de mosca en la selva amazónica y mi influencia es prácticamente nula. Bueno, pues incluso siendo alguien totalmente insignificante para el sistema se me censuró. Esto demuestra el grado de control hacia el que nos dirigimos.

Es evidente que la libertad de expresión es una amenaza para el Nuevo Orden Mundial, de ahí que la disidencia sea constantemente ridiculizada, censurada o directamente tachada de delictiva. Porque, seamos claros: un pueblo ignorante y no pensante siempre será controlado, un pueblo culto y que piensa no.

En un mundo cada vez más tecnológico, nuestras conversaciones, pensamientos y desplazamientos están siendo monitoreados, grabados y registrados constantemente. Del mismo modo, bajo el pretexto de la seguridad se están desplegando por todas partes sistemas mejorados con inteligencia artificial para examinarlo todo: cámaras de vigilancia, escáner de reconocimiento facial, huellas dactilares, lectores de matrículas, publicaciones en las redes sociales, etc. Todo con el fin de evaluar el riesgo que tiene una persona para el Estado.

Hoy en día la libertad de expresión es calificada de extremista y la disidencia criminalizada (lo vimos durante la falsa pandemia). Y lo más increíble: cualquiera puede ser rastreado y censurado por una burocracia digital invisible que opera en la más absoluta clandestinidad. De hecho, el gobierno ahora puede vigilar –y vigila- a más personas que nunca y con mayor precisión e impunidad.

Siento decirlo, pero si antes gozábamos de cierta libertad relativa, ya no: ahora somos simples datos en una inmensa red de control digital donde se nos categoriza, mercantiliza y explota.

En la nueva economía digital que está por llegar nuestras vidas se convertirán en algoritmos gananciales para las corporaciones que rastreen, comercialicen y moneticen cada uno de nuestros movimientos. En definitiva, nos comprarán y venderán sin siquiera saberlo. Esto ya está ocurriendo.

No sé si somos conscientes, pero nuestro teléfono móvil, casa inteligente, transacción comercial o cualquier dispositivo electrónico nos está rastreando y vigilando. Esto nos convierte, sin saberlo, en reclusos de una prisión digital de alta tecnología. Lo paradójico, es que somos nosotros mismos los que queremos estar en esa prisión, ya que creemos que la comodidad que nos proporcionan nuestros dispositivos electrónicos, merece que renunciemos voluntariamente a nuestra privacidad y libertad.

La diferencia entre los regímenes totalitarios del pasado y el que se nos viene encima (aún más totalitario) radica en la sutileza. Pronto se ejercerá una vigilancia continuada sobre cada uno de nosotros. Este nuevo régimen no utilizará la fuerza, sino la comodidad y la ilusión de seguridad. Y, por supuesto, tampoco estaremos gobernados, sino gestionados que es mucho más eficiente.

Una de las herramientas más eficaces para llevarnos hacia donde ellos quieren es el llamado “Primado Negativo”: una técnica de manipulación mental, que consiste en presentar una verdad o una mentira entre argumentos dramáticos o humorísticos, para generar en nuestra memoria implícita un sentimiento de rechazo o aceptación cuando la verdadera información se nos exponga. La memoria implícita está formada por eventos que no recordamos, pero que sí dejaron una impronta emocional que hace que ante determinadas situaciones reaccionemos como autómatas. Es de esta manera como la gente acepta sandeces como la de que los pedos de las vacas influyen en el calentamiento del planeta, que los hombres “trans” son verdaderamente mujeres o que las “vacunas” Covid-19 salvaron millones de vidas.

Lo que no termino de tener claro es si lo que acabo de exponer es un futuro incierto o un presente cierto. Lo digo, porque, según la “Teoría del_Internet_Muerto”, la mayoría del contenido en Internet ya no es producido por humanos, sino por inteligencia artificial.

¡Ahhh! Qué tiempos aquellos en los que no existía Internet ni teléfonos móviles. Cuando los amigos eran de carne y hueso y no virtuales. No sé. Será que soy un nostálgico sentimental o que me estoy haciendo viejo. 

UN MUNDO DE LOCOS PARA LOCOS

No hace falta ser ninguna lumbrera para darse cuenta de que este es un mundo perverso, genocida y esclavo de su propia locura. La nuestra ...