10 agosto 2025

EL LUCRATIVO NEGOCIO ARNm Y ALGO MÁS

Cinco años después de la aparición del Covid-19, ningún organismo oficial quiere investigar en profundidad qué fue realmente la falsa pandemia. A lo sumo, dan una explicación pueril de lo sucedido para acallar bocas, y aquí paz y después gloria.

Sin embargo, para cualquier persona mínimamente inteligente, observadora y que investigue un poco, la respuesta es bastante sencilla: el objetivo de todo esto fue probar una nueva técnica pionera llamada ARNm y, de paso, realizar el mayor experimento de ingeniería social en la historia de la humanidad.

Como todo el mundo sabe, esto empezó a finales del año 2019 en Wuhan, China. No vamos a tratar aquí el origen de la falsa pandemia, si fue en un mercado o una fuga en un laboratorio de armas químicas de Wuhan. Tampoco si el SarsCov-2 realmente existió o fue un invento para la ocasión. De lo que vamos a hablar es de las llamadas “vacunas” de ARNm que, en definitiva, fueron el verdadero objetivo de todo esto.

Es evidente que la industria farmacéutica no podía dejar pasar esta oportunidad (casual o provocada) para probar su nueva tecnología ARNm. Esta nueva tecnología llevaba más de 20 años de investigación y nunca había obtenido la aprobación regulatoria de las autoridades sanitarias. Pero con la falsa pandemia se pudo eludir el aparato regulatorio, además de esquivar todas las sanciones e indemnizaciones en caso de provocar demasiados efectos secundarios.

Una de las claves del experimento era evitar que la inmunidad natural arruinara la posibilidad de que fueran las “vacunas” de ARNm las que se llevaran todos los honores de terminar con la falsa pandemia. De ahí que se prohibieran terapias alternativas (ivermectina, hidroxicloroquina,..) a los protocolos dictados por la OMS. Y es que lo último que querían los planificadores de la falsa pandemia era una cura que no fuera a través del ARNm. Había que actuar con rapidez antes de que la falsa pandemia desapareciera. Es por esa razón que hubo que ir dando largas, incrementando una ola tras otra, para seguir manteniendo el miedo, los confinamientos, la distancia de seguridad, la mascarilla, etc. Porque, ¿cómo inocular una vacuna a la población mundial si la enfermedad desaparece por la respuesta del sistema inmunológico? Si eso ocurriera, la vacuna sería superflua y las compañías farmacéuticas perderían miles de millones de dólares. Y lo más importante, desaprovecharían la oportunidad de su vida de “demostrar las maravillas” de su nueva tecnología ARNm.

Ahora todo encaja. Por eso mantuvieron igualmente aislados a los jóvenes, cancelando toda actividad académica, para evitar en lo posible la inmunidad de rebaño de toda la vida. 

Los medios de comunicación fueron una pieza fundamental para prolongar la falsa pandemia hasta que tuvieran lista la nueva tecnología ARNm. De ahí todas esas consignas: “aplanar la curva”, “todos juntos saldremos de esta”, “lo importante es salvar vidas”, etc.

Sin embargo, lo de salvar vidas no era el objetivo, ya que es bastante obvio que los confinamientos, la distancia de seguridad o las mascarillas fueron más perjudiciales para la salud que el propio “virus”: no se puede recuperar la salud cuando la población está aterrorizada y hundida en la depresión. Es tan evidente que sobra explicarlo.

Si bien las “vacunas” de ARNm fueron dadas a conocer mundialmente durante la falsa pandemia del Covid-19, el verdadero objetivo de las farmacéuticas es aplicar esta tecnología a otras muchas enfermedades, sobre todo al cáncer.

Según las estadísticas, hoy en día el cáncer es la segunda causa de muerte después de las enfermedades coronarias. Y he aquí que las farmacéuticas ya están anunciando que tienen desarrollada una nueva “vacuna” de ARNm contra el cáncer.

Hasta la fecha, los planificadores de la falsa pandemia siguen sin ser sometidos a una investigación que aclare la verdad. Y mientras eso no se produzca, nunca sabremos si su plan fracasó o, por el contrario, fue todo un éxito. Lo que sí han conseguido -consciente o inconscientemente- es que una parte importante de la población haya perdido la confianza en todas las instituciones, empezando por el gobierno.

Por supuesto, hubo otros actores involucrados que se forraron durante la falsa pandemia: las grandes tecnológicas, los medios de comunicación, las compañías de entretenimiento audiovisual, el comercio on-line, etc. También el FEM aprovechó la oportunidad para dar un empujón a su Gran Reinicio y el Partido Comunista Chino la utilizó para instaurar su régimen de vigilancia total.

En definitiva, todo el episodio se convirtió en la estafa más grande de la historia. Pero, ¡cuidado! Es un modelo que esperan repetir, una y otra vez, hasta conseguir su objetivo: la imposición de su Nuevo Orden Mundial. 

Que el mundo cada día está más dividido es un hecho. Sin embargo, todo lo que estamos viendo (desastres, pandemias, crisis económicas, atentados de falsa bandera, enfrentamientos derecha vs izquierda, inmigrantes vs autóctonos y un largo etcétera) no es más que un desorden provocado para conseguir implantar su Nuevo Orden Mundial. Ya sabes, “Ordo ab chao”: el lema masónico que significa “orden a partir del caos”.

El objetivo final es someter a los ciudadanos a una única autoridad mundial. Para ello se está llevando a cabo una campaña propagandística muy sutil en todos los medios de manipulación (televisión, cine, redes sociales, etc.).

¿Te has dado cuenta de que todo lo que sale en los medios de manipulación es catastrófico? Y es catastrófico, porque su objetivo no es otro que el de preparar a la población para la llegada del caos. Y cuando el caos empiece a ser insoportable, será el pistoletazo de salida para hacerse definitivamente con el control del mundo bajo el liderazgo de la ONU (según sus planes, esto pretenden hacerlo en aproximadamente una década).

Evidentemente, las “vacunas” ARNm, además de ser un gran negocio para las farmacéuticas, forman parte de este plan. El objetivo es establecer la tecnología ARNm para todo tipo de enfermedades. Para eso se reunieron en Seúl, el 19 de junio de 2025, más de 180 “expertos” de todo el mundo en el Foro Global de Vacunas IVI 2025, donde, entre otras cosas, hablaron de implementar terapias genéticas diseñadas por IA, que serán autorizadas rápidamente sin siquiera ser probadas.

Dicho esto, la pregunta obligada es: ¿qué se oculta detrás de la tecnología ARNm para que los sátrapas de siempre -hartos de decir que el planeta está superpoblado- tengan tanto interés en implementarla globalmente? 

30 julio 2025

LEY E IDEOLOGÍA: DOS HERRAMIENTAS IMPRESCINDIBLES PARA EJERCER EL PODER

Debido a la propaganda machacona que recibimos a diario de los medios de comunicación sobre el “calentamiento global”, muchas personas creen que todo lo que está haciendo nuestro gobierno (incluido las medidas más antipopulares) está más que justificado en aras a salvar el planeta.

Este blog ha repetido, por activa y por pasiva, que el planeta no necesita ser salvado. Por lo tanto, eso de la “descarbonización” de la economía dentro de nuestras fronteras, para ser “neutra climáticamente” en el año 2050, es pura demagogia y verborrea barata dirigida a imbéciles profundos.

Lo que está haciendo nuestro gobierno -y la mayoría de gobiernos en todo el mundo- nada tiene que ver con salvar el planeta, sino con encarcelarnos e irnos eliminando poco a poco (Gran Bretaña acaba de votar a favor de poder abortar hasta el momento del parto y también despenalizar la muerte asistida).

Respecto al encarcelamiento, será un encarcelamiento consentido -en una prisión digital- donde los movimientos, pensamientos y sentimientos estarán totalmente restringidos, prohibidos o dirigidos. Por supuesto, todo se hará con la excusa de salvar el planeta.

Intentar explicarle esto a la gente es como hacerle creer en la existencia de los marcianos. No se lo cree. Y no se lo cree, porque es tan distópico que chirría demasiado. De hecho, la gente no puede creer que sea su propio gobierno el que le esté haciendo esto. Sin embargo, la realidad está ahí, delante de nuestras narices, para todo aquel que no tenga demasiadas telarañas acumuladas en el cerebro.

Como todos los años, llegó el verano y empiezan a anunciar las famosas olas de calor. Antes el calor significaba piscina, playa y cerveza fresquita en el chiringuito de turno, pero ya no. Ahora, el Sol y el CO2 -que sustentan la vida en el planeta- son nuestros enemigos. Es patético. Pero hay que sembrar el pánico, ¿no? De hecho, el Ministerio de Sanidad ha elaborado una guía, que ha repartido entre los medios de comunicación, dando instrucciones sobre lo que se tiene que decir respecto al calor. En definitiva, una manera muy sutil de asustar a la gente para que acepte nuevas medidas restrictivas, aumento de impuestos y la eliminación de cualquier forma de libertad.

Prácticamente todos los países del mundo están colaborando con esta agenda, que empezó en 1992 con la famosa conferencia de la “Cumbre de la Tierra” celebrada en Río de Janeiro. Posteriormente, se ha ido concretando con la aparición de la Agenda 2021 y la Agenda 2030. Pero lo que le dio el impulso definitivo fue la falsa pandemia del Covid-19, donde a raíz de entonces el mundo cambió radicalmente hacia la sumisión total.

España, además de ser el país de la UE donde se aplicaron con más saña las aberrantes medidas Covid-19, también es actualmente el mayor impulsor de la “agenda verde”. De hecho, aprobó su primera ley para combatir el “cambio climático”, con el apoyo de la mayoría del Congreso, el 13 de mayo de 2021. La, por entonces, cuarta Vicepresidenta del Gobierno y Ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, dijo: “Es una ley que el país necesita y que se había postergado demasiado tiempo. Hay amenazas y riesgos que no distinguen colores políticos, pero sí que se ceban en los más vulnerables: nuestra generación tiene la gran obligación de afrontar el cambio climático”.

Y lo que son las cosas. Como se hace siempre en estos casos, esta señora fue recompensada por lo “aportado a la causa”, y, el día 1 de diciembre de 2024, fue nombrada Vicepresidenta Primera y Comisaria de Competencia de la Comisión Europea, cargo que ocupa en la actualidad.

Veamos qué supone esa ley para los españoles.

La ley recoge recortar paulatinamente las emisiones de CO2. Eso significa que poco a poco se irá prohibiendo la quema de combustibles fósiles y las explotaciones ganaderas (por eso de que los pedos de las vacas interfieren en el clima) entre otras cosas.

También se pretende acabar con las fuentes de energía que no sean renovables: se espera que en poco menos de 30 años el total de la electricidad sea generado con fuentes renovables (cuidado con esto, porque conviene recordar que las renovables no son la panacea al tema energético, como quedó demostrado en el apagón del 28 de abril de 2025).

Está ley pone fecha (año 2040) al fin de la venta de automóviles de gasolina y diesel (baratos y eficientes) y sólo se venderán eléctricos (caros e ineficientes). También se prohibirá la búsqueda y explotación de hidrocarburos y uranio dentro de nuestro territorio.

Evidentemente, la aplicación de esta ley acarreará un sinfín de daños colaterales como, por ejemplo, la destrucción de ecosistemas para implantar fuentes de energía renovables (aerogeneradores, placas fotovoltaicas, etc.).

No caigamos otra vez en el engaño. Ni salvar el planeta ni gaitas. El único propósito de esta ley es ir implementando poco a poco todas esas nuevas medidas de control: ciudades 15 minutos, vigilancia masiva, nuevo sistema monetario CBDC, regulación de viajes, prohibición de cultivar tus propios alimentos, etc.

Como no podía ser de otra manera, necesitan amedrentar a la gente para que acepte cualquier sacrificio en aras a salvar el planeta. Por eso nuestro Presidente de Gobierno no para de repetir que el “cambio climático” mata, al igual que el Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, se pasa el día diciendo que estamos en una “ebullición climática”.

A parte de la ley, también están utilizando otra herramienta: la nueva ideología climática, que se está introduciendo poco a poco en la mente de la gente. Y es que el mundo de las ideologías es tremendamente eficiente a la hora de conducir a una población como si fuera un rebaño de ovejas modorras (puedes leer mi artículo al respecto  “atrapados en una red de estúpidas ideologías.html”).

¿Cuándo nos vamos a dar cuenta de que las ideologías no son otra cosa que la manipulación de las emociones de los pobres? O dicho de otro modo: la forma de organizar colectivamente la ignorancia de la gente. De hecho, si la política sirve para organizar y administrar un Estado, las ideologías contribuyen básicamente a controlar emocionalmente la ignorancia colectiva de la gente de dicho Estado.

¿Te has parado a pensar que los ricos no tienen ideología? Los ricos lo que tienen es dinero, y en este sistema corrupto quien tiene el dinero tiene el poder. Este modelo lleva funcionando miles de años y, a menos que una mayoría suficiente se dé cuenta y tenga la valentía de reaccionar, no va a cambiar. 

20 julio 2025

EL GOBIERNO DE JUAN PALOMO: “YO ME LO GUISO, YO ME LO COMO”

La mayoría de españoles se sorprendería si supiera que nuestro ordenamiento jurídico no define con claridad qué requisitos debe cumplir un “Estado Democrático de Derecho”, por lo tanto, todas nuestras leyes no pueden regirse por ese Estado Democrático de Derecho.

Un Estado Democrático de Derecho es, digámoslo así, un sistema basado en el sufragio universal, la separación de poderes y la rendición de cuentas del Gobierno ante el Parlamento. Sin embargo, en España no se cumple ninguna: el sufragio universal es un fraude, la separación de poderes no existe y el Gobierno gobierna mayoritariamente a base de decretazos.

El artículo 1.1 de la Constitución Española dice: “España se constituye en un Estado Social y Democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. Por cierto, todo mentira.

La Constitución Española, como casi todas las constituciones del mundo, fue redactada laxamente para permitir a cada partido político que la interprete y acomode a su gusto cuando llegue al gobierno.

Todas las leyes aprobadas por el Parlamento Español son, de hecho, nulas de pleno derecho, dado que han sido aprobadas irregularmente por disciplina de voto. Y es que los mismos políticos son tan ignorantes, que no saben que así lo dice la propia Constitución.

El artículo 67.2 de la Constitución Española establece que “los miembros de las Cortes Generales no estarán ligados por mandato imperativo”, lo que conlleva a que los diputados y senadores deben actuar libremente y no obedecer ningún mandato por parte de nadie. Por lo tanto, todas las leyes que se hayan aprobado por disciplina de voto (que son todas) son ilegales y nulas.

Como todos sabemos, los diputados son elegidos en las urnas en una lista cerrada elaborada por el jefe del partido. Y cuando estos diputados votan en el Parlamento, no lo hacen libremente en función de sus compromisos con los votantes o de sus principios y valores, sino que votan lo que les ordena su jefe. Por lo tanto, toda ley que haya sido aprobada mediante la disciplina de voto queda nula de pleno derecho, ya que vulnera el artículo 67.2 de la Constitución Española, como acabo de exponer.

Pero la piedra angular de cualquier Estado Democrático de Derecho es la separación de poderes, y en España esto no se da. De hecho, la UE lleva más de una década advirtiéndonos de ello y amenazando (eso sí, con la boca pequeña) con tomar medidas. De por sí, la separación de poderes ni siquiera está contemplada en la Constitución. Y aunque muchos “expertos” dicen que está implícita en los artículos que delimitan los poderes del Legislativo, Ejecutivo y Judicial, lo cierto es que estas afirmaciones hacen aguas por los cuatro costados.

Aquí la única realidad es que, una vez que el ciudadano ha ejercido su derecho a voto, es el Legislativo (Congreso y Senado) quien elige, directa o indirectamente, tanto al Ejecutivo como al Judicial (el 100% del poder Ejecutivo y el 100% de las máximas autoridades del Judicial son elegidas por el Legislativo). Esto supone la acumulación de todo el poder en un partido político (mejor dicho, en el jefe de ese partido político, que suele ser el Presidente del Gobierno) incurriendo en un gravísimo conflicto de intereses. 

Y aquí lo tenemos: un clásico Juan Palomo, “yo me lo guiso, yo me lo como”. Así que, diputados y senadores harán con nosotros lo que les venga en gana: freírnos a impuestos, malgastar y robar el dinero público, etc. Y en el caso de ser pillados infraganti, con las manos en la masa, si no les cubre su aforamiento sacarán de la chistera nuevas leyes que les protegerán.

Lamentablemente, nuestros representantes son tan catetos e ignorantes como nosotros. Por lo tanto, tampoco conocen -ni quieren conocer- nuestro ordenamiento jurídico. Lo único que les interesa es la remuneración monetaria del cargo y los privilegios que conlleva, nada más. Y los que son perfectamente conocedores de la inexistencia de la separación de poderes, fingirán que todo está bien, no vaya a ser que el “populacho” se dé cuenta de que esto no es una democracia y exija que se desmonte el chiringuito.

En España, nuestro actual marco constitucional impide la autonomía del poder judicial. Y, ¿por qué? pues para asegurarse de que no exista la igualdad de todas las personas ante la ley, cosa a la que siempre hacen referencia nuestros políticos, pero que sin la separación de poderes es imposible garantizar.

En resumen, una mayoría parlamentaria, a las órdenes de un dictador (Presidente del Gobierno, del color que sea) controla el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial. Pero lo peor de todo, es que este dictador es una simple marioneta a las órdenes del poder global del dinero: trabaja para ellos, no para nosotros.

Después de ver lo que está pasando en España (inmigración ilegal masiva, destrucción del sector primario, desmantelamiento del tejido industrial, subida constante de impuestos, concesiones a los separatistas, etc.), yo me pregunto: ¿habrán recibido nuestros políticos la orden de destruir España? Si no es así, no sé entonces a que viene lo que dijo Arnaldo Otegi (político de la izquierda abertzale vinculado a ETA): “Para que algún día España sea roja, republicana y laica, esa España tendrá que estar anteriormente rota”.

Dicho esto, todo parece indicar que esta partitocracia no parará hasta hacer añicos el país. El esperpéntico espectáculo en el Congreso de los Diputados, del día 9 de julio de 2025, lo dejó meridianamente claro: estamos en manos de personas corruptas, mentirosas, rencorosas y maliciosas. Estas personas lo único que están haciendo es atizar el odio entre las dos Españas de la dictadura franquista, que ellos mismos siguen empeñados en mantener (ya sabes, el divide y vencerás que tan bien les funciona). Porque, ¡señores! Recordemos que Pedro Sánchez no es exclusivamente el Presidente de sus votantes, es el Presidente de todos los españoles. Por lo tanto, tiene el deber de respetar a todos por igual, y dejar de insultar a aquellos que no le han votado tratándoles de fascistas o ultra derechistas. Y lo mismo hace la oposición, tachando de rojos de mierda o vendedores de patrias a todos aquellos que no le votan.

Seamos inteligentes por una vez en nuestra vida. Un país debería gestionarse lo mismo que una empresa. Y si nosotros somos los accionistas de esa empresa; es decir, los dueños, deberíamos poner al mando a las mejores cabezas del país. Y si no dan la talla o no son honestos, fulminarlos de inmediato.

Definitivamente, este país nunca tuvo una democracia, sino una partitocracia derivada a una autocracia. Y mientras la gente no entienda esto, seguirá votando, elección tras elección, a los gatos negros, a los gatos blancos o a los gatos pardos, sin darse cuenta de que nosotros somos ratones. ¿No te has parado a pensar qué hacemos ratones votando a gatos? Pues deberías hacerlo. 

10 julio 2025

UN FUTURO INCIERTO

En los nuevos tiempos que están por venir ninguna actividad o profesión del ser humano será inmune a la robótica y la inteligencia artificial (IA). De hecho, serán las máquinas equipadas con IA las que diagnosticarán nuestras enfermedades y realizarán todo tipo de cirugías complejas. También serán las encargadas de la producción de alimentos o de mantener el orden público. Y, por supuesto, sustituirán a ingenieros, arquitectos, jueces,… y políticos. Solamente un minúsculo grupo de privilegiados selectos serán los encargados de gestionar y controlar este sinsentido.

Es evidente que a medida que los humanos seamos reemplazados por máquinas nuestra utilidad disminuirá. Por consiguiente, nos convertiremos en una carga permanente para el Estado. ¿Crees que nuestros dueños lo van a consentir?

Por mucho que se empeñen los políticos en presentar este futuro distópico como “progreso”, no es más que un genocidio meticulosamente planificado. De por sí, ya empieza a vislumbrarse cómo se está inculcando a la gente un sentimiento de inutilidad y culpabilidad, para que seamos nosotros mismos los que vallamos voluntariamente al matadero. Y si no al tiempo.

Por otra parte, se está construyendo una prisión digital mundial controlada por algoritmos. La UE no trabaja para defender la libertad, sino para relegarla a una reliquia del pasado. Detrás de su engañosa fachada de “seguridad”, “progreso” y “sostenibilidad” se esconde un mecanismo implacable para destruir toda forma de libertad. Y no estamos hablando de ninguna fantasía, sino de una realidad que se está implementando a base de leyes y tecnología. De hecho, la mismísima Presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha afirmado que la libertad de expresión es como un “virus” y que la única “vacuna” es la censura.

La mayoría de la gente sigue adormecida viviendo en los mundos de Yupi. No es consciente de que ya vivimos en una sociedad controlada. Y es que a día de hoy hemos perdido prácticamente toda nuestra libertad, quedando a merced de una élite de maniacos tecnócratas que nos han reducido a simples marionetas movidas a golpe de algoritmo.

Hoy en día apenas queda pensamiento crítico y la libertad de expresión brilla por su ausencia. Pensarás que lo que yo hago es precisamente eso, ¿verdad? Pues no. Yo sólo hago aquello que me consiente el sistema, que permite un cierto grado de disidencia para hacernos creer que vivimos en una sociedad libre.

Con 120.000 visitas en 12 años, mi primer blog (pepeluengo “despertando conciencias”), en el que escribí numerosos artículos sobre la falsa pandemia, fue censurado. Con estas cifras, está claro que mis artículos apenas le llegan al 0.001% de la población mundial. Es decir, que soy como una diminuta cagada de mosca en la selva amazónica y mi influencia es prácticamente nula. Bueno, pues incluso siendo alguien totalmente insignificante para el sistema se me censuró. Esto demuestra el grado de control hacia el que nos dirigimos.

Es evidente que la libertad de expresión es una amenaza para el Nuevo Orden Mundial, de ahí que la disidencia sea constantemente ridiculizada, censurada o directamente tachada de delictiva. Porque, seamos claros: un pueblo ignorante y no pensante siempre será controlado, un pueblo culto y que piensa no.

En un mundo cada vez más tecnológico, nuestras conversaciones, pensamientos y desplazamientos están siendo monitoreados, grabados y registrados constantemente. Del mismo modo, bajo el pretexto de la seguridad se están desplegando por todas partes sistemas mejorados con inteligencia artificial para examinarlo todo: cámaras de vigilancia, escáner de reconocimiento facial, huellas dactilares, lectores de matrículas, publicaciones en las redes sociales, etc. Todo con el fin de evaluar el riesgo que tiene una persona para el Estado.

Hoy en día la libertad de expresión es calificada de extremista y la disidencia criminalizada (lo vimos durante la falsa pandemia). Y lo más increíble: cualquiera puede ser rastreado y censurado por una burocracia digital invisible que opera en la más absoluta clandestinidad. De hecho, el gobierno ahora puede vigilar –y vigila- a más personas que nunca y con mayor precisión e impunidad.

Siento decirlo, pero si antes gozábamos de cierta libertad relativa, ya no: ahora somos simples datos en una inmensa red de control digital donde se nos categoriza, mercantiliza y explota.

En la nueva economía digital que está por llegar nuestras vidas se convertirán en algoritmos gananciales para las corporaciones que rastreen, comercialicen y moneticen cada uno de nuestros movimientos. En definitiva, nos comprarán y venderán sin siquiera saberlo. Esto ya está ocurriendo.

No sé si somos conscientes, pero nuestro teléfono móvil, casa inteligente, transacción comercial o cualquier dispositivo electrónico nos está rastreando y vigilando. Esto nos convierte, sin saberlo, en reclusos de una prisión digital de alta tecnología. Lo paradójico, es que somos nosotros mismos los que queremos estar en esa prisión, ya que creemos que la comodidad que nos proporcionan nuestros dispositivos electrónicos, merece que renunciemos voluntariamente a nuestra privacidad y libertad.

La diferencia entre los regímenes totalitarios del pasado y el que se nos viene encima (aún más totalitario) radica en la sutileza. Pronto se ejercerá una vigilancia continuada sobre cada uno de nosotros. Este nuevo régimen no utilizará la fuerza, sino la comodidad y la ilusión de seguridad. Y, por supuesto, tampoco estaremos gobernados, sino gestionados que es mucho más eficiente.

Una de las herramientas más eficaces para llevarnos hacia donde ellos quieren es el llamado “Primado Negativo”: una técnica de manipulación mental, que consiste en presentar una verdad o una mentira entre argumentos dramáticos o humorísticos, para generar en nuestra memoria implícita un sentimiento de rechazo o aceptación cuando la verdadera información se nos exponga. La memoria implícita está formada por eventos que no recordamos, pero que sí dejaron una impronta emocional que hace que ante determinadas situaciones reaccionemos como autómatas. Es de esta manera como la gente acepta sandeces como la de que los pedos de las vacas influyen en el calentamiento del planeta, que los hombres “trans” son verdaderamente mujeres o que las “vacunas” Covid-19 salvaron millones de vidas.

Lo que no termino de tener claro es si lo que acabo de exponer es un futuro incierto o un presente cierto. Lo digo, porque, según la “Teoría del_Internet_Muerto”, la mayoría del contenido en Internet ya no es producido por humanos, sino por inteligencia artificial.

¡Ahhh! Qué tiempos aquellos en los que no existía Internet ni teléfonos móviles. Cuando los amigos eran de carne y hueso y no virtuales. No sé. Será que soy un nostálgico sentimental o que me estoy haciendo viejo. 

30 junio 2025

UNA PANTOMIMA TRAS OTRA PARA MANTENER EL STATU QUO

Los medios de comunicación siguen con la propaganda de que el ataque a Irán, por parte de EEUU, puede degenerar muy probablemente en la Tercera Guerra Mundial. Algunos titulares llegan a afirmarlo sin vacilación: “Sin la aprobación del Congreso de los EEUU, Donald Trump ha declarado la guerra a Irán: un hecho sin precedentes e inconstitucional, que de seguir adelante acabará en la Tercera Guerra Mundial”.

Parece que Donald Trump y Netanyahu están arrastrando al mundo a una Tercera Guerra Mundial, o al menos es lo que nos quieren hacer creer. La excusa para desencadenar los recientes bombardeos de EEUU contra las instalaciones nucleares de Irán, ha sido la de que Irán está a punto de conseguir armamento nuclear (la misma excusa que se utilizó para derribar a Saddam Hussein, diciendo aquello de que tenía armas de destrucción masiva, las cuales nunca se encontraron).

Otra vez se está utilizando la misma estrategia, ya que hace tan sólo tres meses los jefes de inteligencia, Tulsi Gabbard y John Ratcliffe, concluyeron ante el Congreso de los EEUU que hasta la fecha no había ninguna confirmación absoluta que indicara que Irán posee o está a punto de conseguir una bomba atómica.

Pero las cosas no siempre son lo que parecen.

EEUU lanzó un ataque a tres instalaciones nucleares de Irán. Sin embargo, después de que Trump anunciase a bombo y platillo que las instalaciones habían sido destruidas por completo, el ataque tiene toda la pinta de ser una farsa: las instalaciones estaban completamente vacías, no había personal en el lugar, no se detectaron daños reales y no hubo explosiones ni fuga radiactiva tras el bombardeo. Esto incita a pensar que Irán fue advertido con anterioridad de la agresión. Por lo que, en mi opinión, esto no fue un ataque, sino un teatro de operaciones (sólo así se entiende que Trump no pidiera la aprobación del Congreso de los EEUU).

Por otra parte, en respuesta a la agresión sufrida, Irán lanzó una serie de misiles balísticos de corto y medio alcance sobre la base militar de Al Udeid en Qatar (una de las más importantes de EEUU en Oriente Medio). Poco después de los ataques, Trump publicó en su red social que la respuesta de Irán había sido “muy débil”, e incluso agradeció a Irán por haberles avisado con antelación. Estas fueron sus declaraciones: “Irán ha respondido oficialmente a nuestra destrucción de sus instalaciones nucleares con una respuesta muy débil, algo que esperábamos, y que hemos contrarrestado con gran eficacia. Ningún estadounidense o catarí resultó herido y prácticamente no se produjeron daños. Lo más importante es que se han desahogado y, con suerte, no habrá más odio. Quiero agradecer a Irán habernos avisado con antelación

Todo parece indicar que la agresión de EEUU contra Irán no fue más que una operación de “márquetin” para engañar a la opinión pública. Israel y EEUU no pretenden destruir Irán, sino seguir el guión de un orden establecido, cuyos únicos beneficiarios son los banqueros apátridas y los traficantes de armas. En definitiva, un statu quo que se enriquece más y más con la violencia.

Lo que acabo de exponer demuestra que el “pacifista” Donald Trump (que iba a acabar con la guerra de Ucrania en 24 horas) es un pelele (como lo fue Biden) a las órdenes del poder global del dinero: la City de Londres y Wall Street.

La única verdad en todo esto, es que ninguno tenemos la más remota idea de lo que se cuece en las mentes de los maniacos que dominan el mundo, incluidos los periodistas que nos “informan”.

Pero, ¿qué ha ganado Israel realmente con esta serie de agresiones a todo aquel que está a su alrededor? Pues posicionarse como víctima, así de paradójico es todo esto. En este circo planetario todo es posible: los agresores se convierten en víctimas y las víctimas en agresores.

En la farsa del mundo distópico de hoy solo hay perdedores; bueno, excepto los ganadores habituales: las élites bancarias multimillonarias que juegan con nosotros.

Este nuevo mundo tecnológico, que se nos vende como una nueva era de progreso, en realidad no es más que una burda copia del mundo anterior; eso sí, con mejores herramientas de destrucción, manipulación y control: lanzas, arcos y flechas han sido sustituidos por misiles balísticos y drones con una precisión milimétrica para destruir escuelas y hospitales, pero ninguna para acabar con el Kremlin o la Casa Blanca.

La paz siempre ha sido una quimera, una palabra vacía, un término recurrente para engañar a estúpidos ignorantes. Desde que el hombre puso los pies en este planeta siempre ha estado guerreando. De por sí, la historia se cuenta a través de las guerras. Por eso, instituciones como la ONU son un teatro de marionetas, donde los poderosos mueven los hilos.

Las guerras no se ganan ni se pierden, las guerras se perpetúan. En este gigantesco carnaval, el cinismo es el único que sobrevive: se fabrican misiles y armas nucleares en nombre de la paz y se bombardean hospitales para proteger a la población, y encima se televisa. Es un auténtico disparate.

Hoy en día vivimos manipulados por los medios de comunicación. Ellos seleccionan cuidadosamente las noticias. Ponen más énfasis en acontecimientos específicos, dándole un enfoque psicológico para provocar una reacción en el público (miedo, compasión, irritación,…). El ejemplo más paradigmático fue sin lugar a dudas el Covid-19: la mayor operación psicológica de la historia, gracias a la cobertura incesante de los medios de comunicación. Ahora están haciendo lo mismo con la posibilidad de la Tercera Guerra Mundial. Pero, ¿se trata realmente de una amenaza inminente de guerra o de otro montaje?

La historia está llena de eventos dramáticos que ponen de manifiesto lo que son capaces de hacer los maniacos que dominan el mundo. Por lo tanto, tampoco sería descartable una operación militar para destruir el mundo mediante una guerra nuclear.

Definitivamente, el mundo pos-Covid-19 no ha traído nada nuevo salvo más control. Es el mismo mundo de siempre, con las mismas guerras de siempre y el mismo statu quo de siempre. Por lo tanto, nada nuevo bajo el Sol. 

20 junio 2025

LA AGENDA DE DESPOBLACIÓN A TRAVÉS DEL “EFECTO COBRA”

Cuentan que en la India, en la época colonial, había una gran abundancia de cobras. Para solucionar el problema, las autoridades tuvieron la ocurrencia de recompensar económicamente a cualquier ciudadano que entregase una cobra muerta. En principio la medida funcionó, hasta que apareció la picaresca. Y es que, pasado un tiempo, algunos se dieron cuenta de que criar cobras para luego matarlas y cobrar la recompensa era muy rentable. Pero cuando las autoridades descubrieron el fraude inmediatamente retiraron la medida. Y, claro está, ante esta nueva situación los criadores de cobras se deshicieron de ellas liberándolas. Así pues, el problema no solo no se solucionó, sino que se agravó. Desde entonces a esto se le conoce como el “efecto cobra”.

Hoy en día el “efecto cobra” se reproduce o todos los niveles. Así, tenemos que para paliar el desempleo se han creado una serie de ayudas y subsidios que disuaden al trabajador de buscar empleo. Otro, es que para garantizar la igualdad de los ciudadanos se les divide en grupos con las mismas creencias (conservadores, progresistas, homosexuales, heterosexuales,..) lo cual agrava aún más la desigualdad entre los distintos grupos. O que para proteger la salud de los niños se les someta a todo tipo de vacunas que, en la mayoría de los casos, suele empeoran su salud posteriormente, haciéndoles dependientes de por vida de la industria farmacéutica. Y así podíamos seguir enumerando una larga lista interminable.

Pero el “efecto cobra” más absurdo es la imposición de la “ideología verde”, que presenta a los humanos como una plaga que está destruyendo el planeta. Según las cabezas pensantes de esta ocurrencia, para salvar el planeta hay que deshacerse de los humanos. Y digo yo, ¿para qué queremos un lindo y sano planeta sin nosotros?

Todas las políticas de la “agenda verde” son un disparate tras otro. El primero, y más aberrante, es el de aglutinar a la población en “ciudades inteligentes”. Pero, ¿qué clase de “agenda verde” es está que quiere a la población en ciudades cibernéticas de hormigón? Otro, es la de talar olivos y naranjos para instalar placas solares (como si no hubiera campo baldío). ¡Señores! ¿De qué nos sirve tener energía “limpia” si no tenemos qué comer?

Todo lo que estamos viviendo últimamente (pandemias, guerras, calentamiento global, incendios, inundaciones, inflación, apagones y, sobretodo, pobreza) no es más que la estrategia de los globalistas para hacer creer a la gente que el sufrimiento que padece es consecuencia de la superpoblación. Su pensamiento es: “si lo sufren, entonces apoyarán todas las intervenciones distópicas que propongamos. Y amén que lo están consiguiendo.

La agenda de despoblación no es ninguna teoría de la conspiración, sino una verdadera conspiración contra la humanidad (de hecho, una de las conferencias del Club Bilderberg de este año ha sido “Despoblación e inmigración”). Los datos revelan que más de la mitad de los países occidentales presentan actualmente un crecimiento negativo. Sin embargo, aunque el número de nacimientos disminuye constantemente su población aumenta debido a la inmigración masiva descontrolada. Esta inmigración es la que se utilizará para sembrar el caos cuando los arquitectos de esta estrategia lo consideren oportuno (acabamos de ver recientemente este tipo de cosas en Francia y en EEUU, cuya función es justificar el aumento de la vigilancia con IA y la transición a la gobernanza totalitaria).

En España, las cifras de nacimientos y defunciones en 2023 fueron las siguientes: 320.656 nacimientos por 436.124 defunciones, lo que supone un saldo poblacional negativo de 115.468 (nada que ver con los 663.667 nacimientos y 280.170 defunciones de 1970).

El siguiente gráfico, muestra claramente cómo se han invertido las tendencias a partir del año 2015, donde se produce cada vez un menor número de nacimientos y un mayor número de defunciones.

Paradójicamente, la población de España no deja de crecer de una manera desenfrenada, pasando de los 40 millones en el año 2000 a los 49 millones en el año 2025. Esto supone un incremento del 22,5% en tan solo 25 años. Lo que demuestra la cantidad de inmigración masiva descontrolada que está entrando en nuestro país. Hay estudios que dicen que de seguir con esta tendencia en el año 2045 habrá más extranjeros que autóctonos.

Pero en el actual sistema –diseñado para crecer constantemente-, ¿qué significa para un país la pérdida de población?

Cuando un país pierde población; es decir, cuando su número de habitantes disminuye por factores como baja natalidad, alta emigración o envejecimiento, se enfrenta a varias desventajas económicas, sociales y estructurales, como menor productividad y decrecimiento económico.

El envejecimiento de la población reduce la población activa y aumenta el peso de la población inactiva, lo que supone menos contribuyentes y mayor número de jubilados. Por otro lado, menos población significa menos consumo, lo que puede generar una contracción económica prolongada afectando a empresas, inversiones y empleo. Evidentemente, la pérdida poblacional incluye también la pérdida de jóvenes cualificados, frenando así el desarrollo del país.

No hay que tener un máster en economía para saber que una drástica reducción poblacional equivale a un declive económico, ya que a medida que las tasas de natalidad se desploman y las sociedades envejecen los cimientos económicos se desmoronan. Porque no lo olvides: el mayor activo de un país es su población.

España, a pesar del crecimiento poblacional, impulsado por la inmigración masiva, no es inmune a esta nueva realidad: las tasas de fertilidad han caído muy por debajo del nivel de repoblación; la ocupación laboral es muy inferior a la de los países europeos de su entorno; la pérdida de cerebros es constante, pues los jóvenes talentos no tienen oportunidades para desarrollarse profesionalmente en su país; y, paradójicamente, las empresas no encuentran personal para ocupar los puestos de trabajo más cualificados, dado que la inmigración es casi toda marginal y no ha venido a solucionar el problema, sino a incrementarlo. Esto está llevando al país a empobrecerse más y más cada día (es la primera vez en la historia de España que los hijos viven peor que sus padres).

Nos hacen creer que la pobreza es un problema económico, pero no es así, ya que si lo fuera tendría fácil solución. También, que es causada por la de escasez de recursos; pues tampoco, ya que cada día se tiran toneladas de alimentos y otros bienes. Y todo para que lleguemos a la conclusión de que la pobreza es un problema causado por la superpoblación del planeta. Y cuando estas falsas teorías son apoyadas por una organización “filantrópica” no gubernamental como es Oxfam Intermón, pues vamos y nos lo creemos.

Dicho esto, y siguiendo su lógica, sólo hay dos mareras de terminar con la pobreza: aumentar los recursos o reducir la población. Evidentemente, se han decantado por la segunda opción.

Todas esas medidas, como favorecer el aborto, los métodos anticonceptivos, la eutanasia, el suicidio (especialmente entre jóvenes y ancianos), la introducción de sustancias nocivas para la salud en los alimentos, la promoción de pandemias como el Covid-19, la implementación de más y más vacunas o las crisis económicas que llevan a la pobreza y a la desesperación de las personas, están encaminadas a reducir la población.

Estamos anclados a un sistema financiero depredador que se basa en obtener el máximo beneficio en el menor tiempo posible. Este sistema sólo favorece a una pequeña élite de multimillonarios, que lo son porque explotan a 8.000 millones de personas en todo el mundo. Pero ahora tienen la tecnología y la IA y ya no nos necesitan, por consiguiente se están deshaciendo de nosotros: reducen la población, incrementan la inmigración para crear conflicto, ahogan la economía y la pobreza acaba con más población. ¡Si es que es de manual! Vamos, un “efecto cobra” de libro. 

10 junio 2025

NECESITAMOS ALGO MÁS QUE UN CAMBIO DE POLÍTICOS

Europa fue el primer continente en terminar con la pobreza de las masas, basándose en unos valores que defienden que cada ser humano es único, irrepetible y de una valía ilimitada. Pero estos valores están siendo puestos en tela de juicio por el falso “progresismo barato” de la clase política (sea del signo que sea), que a través de su obsesiva agenda verde y toda esa nueva “cultura woke” nos está llevando a la ruina ética, moral y económica. Y, cuando hablo de “progresismo barato”, no me refiero únicamente a los “progres” de izquierda, sino también a los de derechas, pues ambos son fervientes seguidores de la Agenda 2030.

Lo que están haciendo nuestros políticos no tiene nada que ver con el progreso (en mi modesta opinión, creo que ni siquiera saben qué significa esa palabra). Más bien nos están llevando a una involución (deliberada o no) enfrentando de nuevo a la sociedad: izquierda contra derecha, hombres contra mujeres, negros contra blancos, heterosexuales contra homosexuales, etc.

La mayoría de países occidentales están atrapados en un bucle de “crisis sistémicas”, originadas por una mediocre clase política de ineptos. Sin embargo, el problema no son las crisis continuadas, el problema son los políticos.

Las crisis no se solucionan simplemente con la sustitución de un político por otro, ya que los problemas estructurales de cada país exigen reformas profundas que vayan más allá de cambiar el color del partido político en el poder. De hecho, los políticos nunca han sabido resolver nada, sólo promulgar leyes restrictivas para ocultar su incapacidad de gestión.

En el caso de España, el esperpento de nuestra clase política raya en la más absoluta ignominia (ver corrupción política en España).

Tenemos un Gobierno que legisla a base de Decretazos, que reforma el Código Penal a su conveniencia, que infiltra en la Fiscalía General del Estado a uno de los suyos, que tiene ordeno y mando sobre el Tribunal Constitucional, que indulta y amnistía a otros políticos con delitos de alta traición y que se asocia con grupos afines a terroristas que en el pasado mataron a sus propios compañeros.

¿Y qué decir de la oposición? Pues más de lo mismo: los casos de corrupción se amontonan en los juzgados como la trama Púnica, la Gürtel, el caso Bárcenas, el del Auditorio en Murcia, Arena en Galicia, Andrach en Baleares, etc.

Dicho esto, está claro que cambiar a los rojos por los azules no va a solucionar nada. De hecho, les hemos ido alternando en el poder en el transcurso de los últimos 50 años y las cosas no sólo no han ido mejor, sino que han ido a peor.

Lo primero que deberíamos hacer es redactar y blindar una nueva Constitución, fortalecer la separación de poderes y garantizar que las instituciones no sean utilizadas a su antojo por ningún presidente de gobierno con delirios de grandeza. Y lo segundo, y más importante, acabar con la partitocracia.

Gestionar un país sin partidos políticos es un modelo político alternativo que rompe con la estructura tradicional de representación basada en agrupaciones ideológicas de partidos. Aunque bien es verdad que es algo raro y complejo, sin embargo existen teorías, propuestas y algunas experiencias prácticas que ayudan a imaginar cómo podría llegar a funcionar un país sin partidos políticos.

Un país sin partidos políticos podría elegir a sus representantes por su experiencia profesional, dotes extraordinarias o trayectoria intachable. Sería una especie de democracia directa o participativa, con mecanismos como referendos, plebiscitos, iniciativas ciudadanas y asambleas populares.

Los ministerios y otras áreas técnicas estarían a cargo de profesionales elegidos por sus conocimientos en la materia y no por lealtades políticas. Las decisiones se tomarían en niveles locales o regionales, reduciendo la concentración en el poder central. Las autoridades electas no podrían ser reelegidas, y los cargos serían de corta duración para evitar clientelismo o la acumulación de poder. Todos los cargos estarían sometidos a auditorías abiertas y rendición de cuentas constantemente. Se utilizarían plataformas digitales para que los ciudadanos puedan opinar, votar o proponer leyes. El ciudadano tendría el derecho a revocar autoridades si no se comportan con honestidad o se demuestra su nula valía para el cargo. Y, por supuesto, toda ley debería ser aprobada o vetada en referéndum antes de su entrada en vigor. ¡Ah! Y nadie tendría privilegios como, por ejemplo, aforamientos.

Pero para llevar a cabo esto -o algo parecido a esto- se necesitaría un sistema educativo de calidad donde formar ciudadanos responsables, libres, críticos y con verdaderos conocimientos.

Este modelo -aunque tampoco sería perfecto- tendría ventajas sobre el modelo actual, como un mayor control ciudadano y la eliminación del clientelismo. Sin embargo, también existiría el riesgo de fragmentación o falta de estabilidad si no se contara con una cultura cívica madura y adecuada.

Salvando las distancias, tenemos el ejemplo de Suiza que, aunque tiene partidos políticos, gran parte del poder reside en los cantones y usa mucha democracia directa con referendos constantes para casi todo. No olvidemos que Suiza es hoy en día el quinto país del mundo por renta per cápita y posee uno de los mejores índices de vida.

Y ahora la pregunta del millón: ¿es esto posible? Lo es. Y otra más: ¿tenemos los medios suficientes para llevarlo a cabo? Los tenemos. Entonces, ¿qué nos impide hacerlo? Y ahí chocamos con lo de siempre: porque nuestros dueños no quieren.

Los dueños del mundo son los que marcan la agenda a los políticos para mantener al pueblo en la ignorancia. Tienen secuestrada la tecnología al igual que el conocimiento. Las grandes multinacionales de las diferentes industrias disponen de patentes tecnológicas avanzadas que no salen a la luz por meros intereses geopolíticos y económicos. Y lo mismo ocurre con el conocimiento.

No le des más vueltas. No es verdad que tengamos que seguir anclados a este sistema de partidos políticos. Han llegado a convencernos de que no hay más paradigma que este, y les hemos creído. Y es que somos extremadamente crédulos y obedientes, como pudimos constatar durante la falsa pandemia.

Una sociedad plagada de estúpidos crédulos ignorantes es muy fácil de manipular, engañar y hacerla comulgar con ruedas de molino.  Y es que la estupidez es mil veces más destructiva que la maldad. La maldad se puede combatir, la estupidez no. Por lo tanto, lo que necesitamos es una dura y machacona campaña contra la estupidez. Mientras esto no se produzca, jamás cambiaremos de paradigma ni podremos arrebatar el poder a los maníacos que nos tienen bajo la suela de su zapato. 

EL LUCRATIVO NEGOCIO ARNm Y ALGO MÁS

Cinco años después de la aparición del Covid-19, ningún organismo oficial quiere investigar en profundidad qué fue realmente la falsa pandem...