18 noviembre 2024

NOS ENCAMINAMOS IRREMISIBLEMENTE HACIA UNA PRISIÓN BIOMÉTRICO-TECNOLÓGICA-DIGITAL

En el transcurso de mi vida, he tenido el privilegio -o la desgracia, según se mire- de ser testigo de la evolución tecnológica más brutal llevada a cabo en la historia de la humanidad. Paulatinamente, he visto cómo hemos ido pasando de la regla de cálculo a las primeras calculadoras programables, los ordenadores personales, Internet, los teléfonos móviles, el 3G, 4G, 5G, hasta llegar a la inteligencia artificial (IA).

Sin embargo, lo que nunca hubiera imaginado es ver en pleno siglo XXI a toda una generación de “millennials” (conocidos como “nativos digitales”) volverse inútiles y totalmente dependientes de la tecnología digital para todo, incluso para el desarrollo de las relaciones humanas, por cierto, ya no tan humanas para ellos.

Siento decirlo, pero de seguir las cosas por el cauce que van, no tardando mucho el ser humano vivirá permanentemente esclavizado a la tecnología, si es que no lo está ya.

Que la tecnología e Internet han cambiado el mundo es un hecho. Hoy en día con un teléfono móvil conectado a Internet se puede hacer casi de todo. Y aunque bien es verdad que esta tecnología ha contribuido a mejorar la vida de la gente, sin embargo, tiene su lado oscuro.

Según los estudios realizados, la capacidad de atención, a raíz del uso de teléfonos móviles e Internet, se ha reducido en los países occidentales de una manera alarmante. Las investigaciones apuntan que la persona promedio ahora pasa entre 2 y 4 horas al día mirando su teléfono móvil. Si a eso le sumamos las horas de trabajo delante de un ordenador y las que pasamos ante el televisor, la cosa se puede poner en 10 ó 12 horas diarias mirando pantallas, lo que supone, nos guste o no, que estamos viviendo la vida a través de una pantalla.

Pero lo peor de todo, es que las personas que tienen acceso instantáneo a estas tecnologías están siendo zombificadas y no parecen darse cuenta. Esto no es ninguna exageración, ya que para estas personas interactuar con otros seres humanos sin Internet, teléfonos móviles, redes sociales, etc. se ha vuelto impensable.

Aunque hoy en día la vida de todos nosotros ya está controlada por una pléyade de instituciones nacionales y supranacionales, sin embargo, en un futuro no muy lejano todo, absolutamente todo, será controlado exhaustivamente por la IA.

La humanidad está siendo conducida gradualmente hacia el control total en todos los ámbitos. Si seguimos consintiendo el uso creciente de los datos biométricos, la tecnificación de las cosas más simples y la digitalización de todo nuestro entorno, llegaremos a vivir en una prisión biométrico-tecnológica-digital.

Esto, que a priori parece una secuencia sacada de una mala película de ciencia ficción, cada día está más cerca. Sin ir más lejos, el banco JP Morgan Chase planea introducir en 2025 un sistema de pago biométrico que permita hacer compras sin efectivo ni tarjetas de crédito. Todo lo que se tiene que hacer es aceptar que la palma de la mano o la cara sean escaneadas al entrar en la tienda, y listo. ¡Increíble! ¿Verdad? Bueno pues seguro que a algunos les parecerá estupendo.

La tecnología biométrico-tecnológica-digital, que combina datos biométricos, herramientas tecnológicas avanzadas y almacenamiento digital, no representa tanto una oportunidad como un riesgo significativo para la humanidad.

El primer gran riesgo es la vulneración de privacidad. La recolección de datos biométricos implica el acceso a información sumamente personal y difícil de cambiar como el rostro, la huella digital o el iris, los cuales pueden ser almacenados en bases de datos masivas. Esto hace que sea casi imposible preservar la privacidad total de un individuo.

Evidentemente, los gobiernos podrían utilizar estos datos -sin nuestro consentimiento- con fines de vigilancia, discriminación o incluso manipulación, desapareciendo para siempre el anonimato y el derecho a la privacidad.

Por otra parte, los datos biométricos, a diferencia de las contraseñas, no se pueden cambiar. Por lo tanto, si un sistema de almacenamiento es hackeado, no existe forma de revertir o asegurar la identidad de esa persona sin sustituir el dato biométrico comprometido.

Está claro que este tipo de tecnología es la herramienta que el poder estaba esperando como agua de mayo: permite un nivel de monitoreo sin precedentes, limita las libertades individuales y reprime la disidencia.

La recopilación y el análisis masivo de datos biométricos proporcionará a los gobiernos un control absoluto de la sociedad, además de la capacidad de manipular pensamientos y comportamientos. Esto podría usarse para orientar campañas políticas, influir en procesos electorales o tomar decisiones encaminadas a mantener en la ignorancia al “populacho”. Por cierto, ¿esto no está ocurriendo ya?

Una vez que la tecnología biométrica se generalice, la sociedad aceptará como “normal” un nivele de vigilancia y control cada vez mayor, llegando a desaparecer la conciencia sobre los derechos, la privacidad y la autonomía personal que el ser humano tuvo en el pasado.

Resumiendo. La tecnología puede facilitar enormemente la vida de las personas en términos de comodidad, pero los riesgos de abuso y de violación de derechos fundamentales son excesivamente altos. De hecho, la implementación de esta tecnología exigiría un marco regulatorio tan robusto, transparente y ético, que es prácticamente imposible equilibrar sus beneficios con la protección de los derechos y libertades individuales. Por consiguiente, si esta tecnología sigue extendiendo su poder por el mundo, convertirá el planeta en una prisión biométrico-tecnológica-digital: una cárcel sin rejas de la que nadie, nunca jamás, podrá escapar.

¿Verdaderamente queremos esto? 

08 noviembre 2024

DANA, DANA, QUE HACE LO QUE LE VIENE EN GANA

En primer lugar, pido disculpas por si alguien se siente ofendido al haberme tomado la licencia de titular este artículo haciendo un juego de palabras con parte de la letra de la canción de Cecilia “Dama, dama” (para quien no lo sepa, Cecilia fue una cantante española que falleció en un accidente de tráfico la madrugada del lunes 2 de agosto de 1976, cuando regresaba a Madrid después de un concierto en la sala Nova Olimpia de Vigo).

Lo de la DANA (acrónimo de Depresión Aislada en Niveles Altos), antes llamada “Gota Fría”, que ha dejado a mucha gente del Levante español sumida en la más deplorable indigencia, es otra evidencia más de que en el mundo están ocurriendo demasiadas cosas extrañas -muy continuas- para ser naturales, casuales o accidentales.

Y es que, en lo referente al clima, estamos hartos de ver cada día nuevos episodios meteorológicos que baten todos los records: el huracán más potente de la historia, la ola de calor más larga y calurosa, y ahora la DANA más mortífera e insólita de todos los tiempos.

Y esto no sólo lo digo yo, sino que también lo dice el Dr. JJ González Alemán (Dr. en Física y Meteorólogo e Investigador de la AEMET): “Si ya era un evento extraordinario, la persistencia de esta DANA, que no para de generar un impacto muy alto, hoy también, sí que está adquiriendo tintes raros. Hace falta estudiarlo, pero las sospechas de que hay algo detrás de este extraño comportamiento son robustas. Su intensidad, pero sobre todo su persistencia, es motivo de análisis profundo”.

¿Qué está insinuando este señor? ¿A qué se refiere con eso de que hay sospechas de que hay algo detrás de ese extraño comportamiento? Una de dos, o bien se refiere a que el clima ha sido manipulado o, como es de esperar de un tipo que trabaja para AEMET, que esto se ha producido a consecuencia del llamado “cambio climático”.

Echar la culpa al cambio climático antropogénico de lo que ha sucedido en Valencia es, además de mezquino, la ESTUPIDEZ MÁS GRANDE que he oído en mi vida.

No voy a discutir aquí si la “Gota Fría” se ha originado de forma natural o si ha sido “ayudada” por alguna tecnología que desconocemos. Pero lo que sí que voy repudiar es la inmundicia de algunos, que utilizando este daño pretenden sacar réditos políticos y, sobre todo, afianzar la ideología del “cambio climático” como la mayor amenaza que existe actualmente sobre el planeta.

Todas las respuestas dadas por el Gobierno, las instituciones y, sobre todo, los medios de comunicación han ido en esa dirección: culpar de lo ocurrido al “cambio climático”. ¡Vaya un descubrimiento! Evidentemente, el clima cambió, y de un Sol radiante pasó a nublarse y descargar cantidades ingentes de agua. En fin, lo normal de toda la vida, ya que el clima, desde que el mundo es mundo, cambia constantemente.

Ahora bien, echar la culpa de lo sucedido a ese “cambio climático” que nos quieren vender, el que según ellos es provocado por el CO2 emitido a la atmósfera como consecuencia de la actividad humana, es una fantasía ridícula que no se sostiene, pero que, sin embargo, genera pingües beneficios.

No soy ningún experto climatólogo ni nada que se le parezca, pero sí tengo ojos, oídos y algo de sentido común, por cierto, como el resto de los mortales. Y lo que ha pasado en Valencia, se mire por donde se mire, no debería haber ocurrido en pleno siglo XXI, aunque, por desgracia, venga siendo lo habitual en el Levante español desde tiempos inmemoriales.

España -país de sequias prolongadas e inundaciones esporádicas-, es hidráulica, hidrológica e hidrogeológicamente hablando uno de los países más preparados del mundo, con unos técnicos excepcionalmente acreditados en la materia.

Ahora vienen las lamentaciones, pero la realidad es que esta tragedia se sabía que tarde o temprano iba a ocurrir, por lo tanto, se podría haber evitado. Así que el discurso, hartamente explotado, de echar la culpa de lo sucedido al “cambio climático” no sólo no es válido en este caso, sino que es repugnante.

La zona del Levante español está hartamente estudiada. Los modelos sobre inundaciones existen desde hace tiempo y son cada día más exhaustivos. Sin embargo, parece que los políticos que tienen que tomar las decisiones de acometer las infraestructuras necesarias para que esto no ocurra no están interesados, ya que son planes a largo plazo y no dejan réditos electorales.

Sin entrar en detalles, hay dos factores clave de por qué ha sucedido esta catástrofe: una, por el desmadre de asentamientos perpetrados en las últimas décadas en una zona no apta para ello, debido al índice elevado de riesgo por inundaciones. Y otra, por la falta de infraestructuras para paliar las constantes riadas. Y esto se sabe desde hace tiempo.

Sin embargo, los medios de comunicación en vez de hacer hincapié en pedir responsabilidades a nuestros políticos, por el constante abandono de sus responsabilidades como gestores, están erre que erre echando la culpa de lo sucedido al “cambio climático”. Con una retahíla de sandeces sobre la DANA, y haciendo lo que siempre hacen (acojonar al “populacho”), por cierto, de una manera magistral (lógico, tienen mucha experiencia), están preparando a la gente para los cambios que van a llegar. Pero esos cambios no serán en la dirección correcta (acometida de infraestructuras, regulación de asentamientos, etc.), sino restrictivos, que es lo único que saben hacer los políticos corruptos. Y es que, como era de esperar, el Gobierno ya ha anunciado que se modificarán e implementarán nuevas leyes y todo un abanico de nuevas medidas que le brinda el suculento negocio del “cambio climático”. Evidentemente, esto supondrá más pérdida de derechos, subida de impuestos y todo un elenco de nuevas restricciones.

¿Pero qué clase de personas nos gobiernan? Ni un solo político, ni del PP ni del PSOE ni de Sumar ni de VOX, tiene las manos limpias en esta tragedia. Estos parásitos nunca han hecho nada por nosotros y nunca lo harán. Así que mientras la gente no se dé cuenta de que la partitocracia es el mayor de nuestros males nada va a cambiar y seguirán ocurriendo cosas como esta.

Pero me temo que por muchas DANAs, muchas pandemias y muchas crisis de cualquier índole el “populacho” no aprenderá y seguirá votando a políticos trepas sin escrúpulos, que sólo están al servicio del poder global del dinero.

Mis más sinceras condolencias a todos los afectados por esta tragedia que, no me cabe la menor duda, se podría haber evitado. Y lo saben. 

31 octubre 2024

¡ALEA IACTA EST! (LA SUERTE ESTÁ ECHADA)

Las familias más poderosas del planeta están a punto de conseguir su tan ansiado control planetario total. ¿Su estrategia? Muy simple, y de una eficacia increíble: expropiar y esclavizar naciones enteras mediante la deuda. Esta estrategia tan sutil ha sido desarrollada y perfeccionada, de tal manera, que casi podríamos definirla como una obra de arte. Lo que han hecho no es otra cosa que ofrecer créditos a mansalva, a un interés desorbitado, con el fin de que jamás se pueda pagar esa deuda. Es de esta manera como han ido poco a poco haciéndose con los recursos de cada país y agarrando por las “partes nobles” a cada gobierno.

Uno de los actores clave en este proceso es BlackRock: la mayor empresa de gestión de activos del mundo. BlackRock se ha infiltrado en todos los rincones de la economía mundial y es actualmente quien dirige y manipula las finanzas del mundo. Y es que BlackRock no es un simple fondo de inversión, sino una verdadera potencia financiera que maneja los mercados a su antojo. De hecho, nada ocurre fuera del conocimiento de BlackRock y su tecnología Aladdin.

Sin embargo, el verdadero poder, del que prácticamente no se habla pero lo controla todo, es Vanguard Group: la empresa de los oligarcas que, por supuesto, es la dueña de BlackRock. Esto quiere decir que toda esa vasta maquinaria de deuda infinita, y lo que significa, es obra de Vanguard Group. Evidentemente, detrás de Vanguard Group se encuentran las familias más ricas y poderosas del mundo, que son los verdaderos artífices del plan para establecer un único gobierno mundial y controlar toda la vida en la Tierra.

Este plan se está llevando a cabo con total impunidad, ya que esta gente no sólo controla a los gobiernos, sino que también controla a los medios de comunicación y a todas esas organizaciones internacionales como la ONU, la OMS, la OTAN, el FEM, el BPI, el BM, el FMI, el CFR y un larguísimo etcétera. En definitiva, han construido una red tan compleja y eficaz que ya nadie puede detenerlos, salvo ellos mismos, claro.

Siguiendo con su plan, en un futuro no tan lejano el planeta estará gobernado por algoritmos, donde nosotros quedaremos relegados a simples marionetas manejadas a su antojo.

Y aquí es donde entran en escena los llamados GAFAM (acrónimo formado con las siglas de Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft). Estos gigantes tecnológicos nos han engañado, haciéndonos creer que su maravillosa tecnología haría la vida más cómoda a toda la humanidad. Y aunque en esencia podrían y deberían hacerlo, sin embargo, nada más lejos de la realidad, ya que se han convertido en armas adictivas súper eficaces para la vigilancia y el control total.

Estos gigantes tecnológicos -por supuesto, también propiedad de Vanguard Group- no han venido a hacer la vida más agradable a la humanidad, sino a todo lo contrario: a vigilarla, esclavizarla y si fuera preciso eliminarla.

Gracias a su omnipresencia en nuestras vidas, manejan los datos personales de miles de millones de personas, que luego son utilizados para manipular, influir y, en última instancia, controlar opiniones y decisiones. Y por mucho que esto nos parezca una estupidez, es más serio de lo que parece.

Pero lo increíblemente sorprendente de este plan es la sutileza con la que se está llevando a cabo. Ya no se trata de utilizar la fuerza para controlarnos. Al contrario, ahora se trata de que seamos nosotros los que demandemos ese control. De hecho, han conseguido que estemos vigilados constantemente, pero que creamos que es por nuestra seguridad. Nos manipulan a través de la “educación”, la “cultura”, los medios de comunicación, redes sociales, etc., pero nos hacen creer que somos nosotros los dueños de nuestros pensamientos. Y, por supuesto, estamos tan enganchados a estas herramientas de control (TV, teléfono móvil, ordenador, etc.), que no dejaríamos de utilizarlas ni por todo el oro del mundo. En otras palabras, es la tiranía consentida más audaz que haya existido jamás.

Evidentemente, en este plan están involucrados todos los actores relevantes de la sociedad como gobiernos, partidos políticos, ejército, policía, sistema judicial y, por supuesto, los medios de comunicación.

Pero lo más sutil en este proceso ha sido la infiltración en todos los órganos de poder de los llamados jóvenes líderes globales del Foro Económico Mundial. Algunos de ellos son enormemente conocidos como es el caso de Ursula von der Leyen, Emmanuel Macron, Justin Trudeau, Angela Merkel, Mario Draghi o Jacinda Ardern: todos criados a los pechos de Klaus Schwab y fieles seguidores de la doctrina del FEM.

Estos jóvenes líderes globalistas (algunos ya no tan jóvenes) están entrenados y capacitados para convencer y persuadir a la gente de que la soberanía nacional es una reliquia del pasado y hay que ir hacia un gobierno mundial. Por supuesto, ese nuevo gobierno mundial no será anunciado con bombo y platillo, sino que llegará sin que nos demos cuenta, cosa que probablemente ya sea una realidad.

Sí, las familias más ricas y poderosas del mundo quieren regularlo todo: el clima, la energía, dónde vamos, lo que comemos, lo que bebemos, quién nace, quién muere, lo que pensamos, lo que decimos,… En definitiva, quieren remodelar el mundo en función de sus delirios. Y esto no lo digo yo, lo han dejado muy claro ellos mismos en la cumbre de la ONU, celebrada en septiembre de 2024, sobre “El Pacto del Futuro”.

Tenemos que darnos cuenta de una vez por todas que esos “filántropos” multimillonarios ni están salvando el planeta ni les importa un carajo la humanidad. Lo que realmente están salvando es su culo, haciendo los cambios necesarios para que no cambie nada (para ellos, naturalmente). Siendo realistas, hay que reconocer que han hecho un excelente trabajo: han desplumado a la humanidad de todos los recursos, se han hecho dueños del dinero y ahora nosotros tenemos que esclavizarnos de por vida para conseguir ese dinero con el que poder comprar unos recursos que nos proporciona gratis la naturaleza. Es de genios, la verdad.

Naturalmente, el mayor temor de esta red criminal de psicópatas es que el mundo despierte de su letargo y se dé cuenta del engaño.

La pregunta es: ¿nuestro despertar podría ser el fin de su reinado? Ya me gustaría, pero sinceramente no lo creo. Y no lo creo, porque les hemos dejado acaparar tanto poder que no tenemos manera de contrarrestarlo. No hay más que recordar lo que ocurrió durante la falsa pandemia, donde se pasaron por el forro todas las leyes habidas y por haber y nadie pudo hacer nada para impedírselo.

Así que, bajo mi punto de vista, SÍ, ¡alea iacta est! (la suerte está echada). 

10 octubre 2024

UN CONTROL EXHAUSTIVO DE LA HUMANIDAD RELEGARÁ LA LIBERTAD Y LA PRIVACIDAD A RELIQUIAS DEL PASADO

A lo largo de la historia de la humanidad siempre ha habido psicópatas que ansiaban dominar el mundo. Desde siempre, los diferentes imperios han ido sucediéndose unos a otros, basando su poder en ejércitos que reprimían todo atisbo de insurrección mediante la violencia. Sin embargo, en los últimos 50 años las cosas han cambiado una barbaridad. Y es que la llegada de las nuevas tecnologías ha proporcionado al poder sistemas de control inimaginables.

La población mundial ha ido creciendo de una manera ordenada hasta la llegada del siglo XX, donde el crecimiento poblacional se desmadró. Evidentemente, este crecimiento supone una amenaza cada vez mayor para el poder: cuanta más gente a controlar, mayor es el riesgo de una resistencia a gran escala.

Esta circunstancia ha hecho que el poder haya acometido dos estrategias fundamentales: la primera, dejar de estar en primera línea para pasar a actuar entre bastidores. Y la segunda, y más audaz, inculcar en las masas la ilusión de que son ellos los que están al mando, inventando las democracias.

Al actuar entre bastidores, los verdaderos gobernantes pueden protegerse de la ira del “populacho” y redirigirla hacia los gobiernos títeres de turno que ellos mismos han colocado.

En lo que a nosotros respecta, decir que nuestras naciones están gobernadas por gobiernos elegidos “democráticamente” por nosotros, es la mayor mentira que existe en el mundo actual.

El gobierno representativo es una trampa, un artificio político diseñado para ocultar a las masas el verdadero dominio de una clase dirigente, que lleva perpetuándose en el poder desde tiempos inmemoriales.

Lo que la mayoría de la gente elige voluntariamente, y lo que la mayoría de la gente vota, no es otra cosa que ser dominado, controlado, ultrajado explotado, engañado, vilipendiado y esclavizado por una estirpe de políticos parásitos oportunistas, que sólo sirven a los intereses de ese poder en la sombra.

¿Te has preguntado alguna vez por qué la gente tiene esa obsesión por tener un amo? ¿Es por ignorancia, cobardía, sumisión o miedo? Probablemente sea por todas estas cosas a la vez y muchas otras más, aunque la realidad es que nos lo inculcaron desde la más tierna infancia en eso que llamamos escuela.  Y aunque bien es verdad que en la escuela aprendemos algunas cosas útiles para la vida cotidiana, sin embargo, su misión principal es hacer gente sumisa y obediente.

Para seguir controlando el mundo bajo el anonimato el poder ha creado para sí mismo los llamados “estados soberanos”: una pequeña área que no está sujeta a las leyes del país que ocupa y es, en esencia, intocable.

Existen actualmente tres “estados soberanos” desde donde el gobierno en la sombra ejerce su poder: el Banco de Pagos Internacionales (BPI), la CITY de Londres y la Ciudad del Vaticano.

El BPI supervisa más de 50 bancos centrales, lo que le convierte en una de las entidades financieras más poderosas del mundo. Se transformó en una entidad soberana e intocable en 1987, mediante el Acuerdo de Sede negociado con el Consejo Federal Suizo. Este acuerdo incluye inmunidad e inviolabilidad total.

Un segundo “estado soberano”, aún más poderoso que el BPI, es la CITY de Londres: un área de una milla cuadrada, en el corazón de la ciudad de Londres, que tiene su propia soberanía y autogobierno y que, de hecho, gobierna sobre la mayor parte del planeta.

Y el tercer “estado soberano” más importante del mundo es, sorprendentemente, la Ciudad del Vaticano. Si bien el Vaticano se presenta ante el mundo como una institución religiosa, que lo es, en realidad también es la cabeza de la red financiera mundial. La mayoría de la gente no sabe que no hay un solo Papa, sino que en realidad hay tres: el Papa Blanco, el Papa Negro y el Papa Gris. El único que trasciende al público es el Papa Blanco, Francisco, pero poco o nada sabemos de los otros dos. Sólo que el Papa Negro, Arturo Sosa, es el líder de los jesuitas y que el Papa Gris, Pepe Orsini, es la cabeza de la llamada Nobleza Negra (por cierto, los Orsini, la familia italiana más poderosa de la historia, fueron los creadores, en 1524, del Banco de Giro, primer banco central).

Vivimos en una farsa permanente, donde el gobierno juega constantemente con nosotros: nos hace creer que somos libres, cuando en realidad no hay libertad que valga si dependemos del gobierno para todo. De hecho, el gobierno puede hacer con nosotros lo que quiera: confiscarnos las cuentas bancarias, expropiar nuestras propiedades, experimentar con nosotros, meternos en la cárcel e incluso eliminarnos.

Nacemos dentro de un sistema del que no se nos permite salir. Evidentemente, dentro del sistema el gratis total no existe, por lo tanto, necesitamos dinero para poder subsistir. Ese dinero lo podemos conseguir, y de hecho lo conseguimos, esclavizándonos a un trabajo de por vida (por cierto, de ese dinero el Estado se queda más del 50%). Y todo esto porque el sistema, a través de la “educación” y el entretenimiento, ha hecho de nosotros una panda de ignorantes débiles mentales (esta realidad sólo es reconocida por unos pocos).

Lamentablemente, por muy frustrante que esto nos parezca no es nada en comparación con lo que está por venir, ya que nunca se nos ocurrió pensar que la búsqueda de la comodidad nos llevaría a una vigilancia sin precedentes.

Con la aparición y despliegue de las increíblemente poderosas nuevas tecnologías de vigilancia y control en todo el mundo, los verdaderos gobernantes ya pueden esclavizar por completo a cada habitante de la Tierra. La identificación digital, las CBDC, el pasaporte de vacunación, el crédito social, la huella de carbono, la inteligencia artificial y un larguísimo etcétera harán que sea imposible salir de la Matrix, asegurándose de que nunca más el “populacho” se revele. En definitiva, el sueño húmedo de la élite hecho realidad.

Un futuro distópico que no entendemos y que nos produce ansiedad está a punto de llegar, donde la libertad y la privacidad pararán a ser reliquias del pasado. Lo paradójico, es que está provocando un increíble despertar masivo de personas inteligentes que han empezando a descubrir cómo funciona el mundo. Sólo necesitamos un poco más de tiempo, bastante paciencia y mucha constancia para ir despertando al resto. La pregunta es: ¿llegaremos a tiempo? Aunque me parece a mí que la pregunta clave es: ¿la gente realmente quiere despertar o prefiere seguir como está? 

09 octubre 2024

TRES CUARTOS DE SIGLO MANIPULANDO EL CLIMA

Durante décadas, los “verificadores” de bulos, los medios de comunicación e incluso las principales plataformas “científicas” han tratado de convencernos de que las estelas químicas son una teoría de la conspiración. Pero lo observado diariamente en los cielos de prácticamente todo el globo terráqueo, más diversos documentos oficiales que revelan que los gobiernos llevan modificando el clima desde hace un siglo, lo desmienten.

Los crédulos patológicos; es decir, todas aquellas personas que son incapaces de pensar que su gobierno les engaña, creen, incluso cuando lo ven con sus propios ojos, que esas rayas del cielo son estelas de condensación de los aviones. Sin embargo, las estelas de condensación se pueden distinguir fácilmente de las estelas químicas, porque las estelas de condensación son vapor de agua que se disipa rápidamente, mientras que las estelas químicas no se evaporan, sino que se expanden, duran varias horas y, evidentemente, interfieren en el equilibrio natural de los sistemas meteorológicos.

La palabra "chemtrails" es un término que se ha popularizado entre la gente que lleva observando cómo un gran número de aviones rocían simultáneamente sustancias desconocidas sobre nuestros cielos. No obstante, en la literatura profesional la palabra "chemtrail" no se utiliza, sino que en su lugar se emplean términos como “dispersión de aerosoles estratosféricos”, “siembra de nubes” o “inyección de aerosoles”, que es exactamente lo que son las estelas químicas: el rociado en la atmósfera de cantidades colosales de productos químicos para manipular artificialmente el clima.

La censura ha impedido que se revele al mundo cómo se está manipulando el clima, utilizando diversos métodos que son peligrosos para los seres humanos, los animales y el medio ambiente. Sin embargo, algunos de los principales científicos del clima, sin conflicto de intereses, llevan décadas haciendo sonar la alarma sobre cómo la modificación del clima está causando daños irreparables con inundaciones destructivas o sequías devastadoras. Y lo que es aún peor, cómo esta manipulación climática es llevada a cabo por los militares desde hace décadas sin que nadie sepa exactamente lo que hacen.

Como ya dije antes, existen documentos oficiales que prueban la existencia de las estelas químicas. A continuación referenciaré algunos de esos informes con su enlace correspondiente:

-1959. Informe de la Conferencia Skyline sobre el diseño y la realización de experimentos de modificación del clima (skiline modificación del clima.pdf).

-1959. Informe sobre las operaciones de modificación del tiempo en California (operaciones modificación del tiempo en California.pdf).

-1966. Modificación del clima y el tiempo: problemas y perspectivas (climate modification problems and prospects final report-of).

-1966. Informe sobre la modificación del clima y el tiempo, donde se muestra que el yoduro de plata se utilizó durante los primeros años de modificación del clima (informe modificación del clima.pdf)

-1978. Modificación del clima: programas, problemas, políticas y potencial (modificación del clima/2up).

-2010. Documento al Parlamento británico para garantizar la regulación de la geoingeniería. En la introducción de este documento se habla de los peligros transfronterizos, la dispersión de materiales potencialmente peligrosos en el medio ambiente y el efecto directo sobre los ecosistemas (response commons science tech 5th.pdf).

-2015. Impactos, riesgos y gobernanza de la ingeniería climática. Este informe concluyó que la ingeniería climática puede multiplicar los problemas climáticos existentes y tener consecuencias de largo alcance (pdf8c3a0735ef7669e4).

Evidentemente, hay muchísimos más. Esto es sólo una muestra de que hay evidencias que certifican que el clima está siendo manipulado y no es ninguna teoría de la conspiración.

Desde que se implementaron los programas de modificación climática, muchos países del mundo se han visto afectados por un desastre natural devastador tras otro, destruyendo las vidas de millones de personas, que se encuentran indefensas ante las actividades irresponsables de su gobierno. Porque es el propio gobierno el que lleva a cabo experimentos extremadamente peligrosos con el clima, rociando toneladas de sustancias tóxicas sobre su población.

La pregunta es: ¿cómo es que no hay nadie responsable de esta locura? Pues no lo hay, porque los gobiernos hacen lo que hacen siempre: una ley para permitir la intromisión en el clima, y otra para decir que no son responsables de nada de lo que están haciendo. Así es como funciona.

¿Te imaginas que todos hiciéramos lo mismo? Es decir, escribir en un papel que tenemos derecho a hacer tal cosa y luego otro papel diciendo que no somos responsables. Sería una locura absoluta, ¿verdad? Pues eso es exactamente lo que hacen los gobiernos. ¡Cuándo vamos a entenderlo!

Manipular una fuerza tan poderosa e indomable como el clima es garantía de que el desastre está asegurado.  Por lo tanto, es de una irresponsabilidad inconmensurable consentir que personas que ni siquiera son capaces de controlar sus vidas jueguen con cosas que afectan a todos los seres vivos del planeta. Seguir ignorando esta evidencia, es una cobardía que pagarán nuestros hijos, no te quepa la menor duda.

Evidentemente, si no lo paramos nosotros no lo va a parar nadie, ya que a los que juegan a ser dioses se la suda, como tantas veces ha quedado demostrado a lo largo de la historia. Total, ¿qué pasaría si algo sale mal? Sólo se destruirían miles de ecosistemas y se arruinaría la vida, o directamente se mataría, a miles o a miles de millones de personas y animales. Lo dicho, ¡una minucia! 

¿ES QUE NADIE VA A DETENER ESTA LOCURA?

Cada año, los ricachones del mundo se reúnen en Davos (Suiza) para supuestamente discutir cómo mejorar el mundo. Su prepotencia es tal, que el mismísimo fundador y Presidente del Foro Económico Mundial (FEM), Klaus Schwab, afirma con orgullo que están dando forma al futuro del mundo.

Por supuesto, ni que decir tiene que jamás hemos sido consultados para saber si estamos de acuerdo con sus ideas. Sólo nos dicen lo que están haciendo, y dan por hecho que tenemos que aceptarlo sí o sí.

Pero hay algo paradójico en todo esto: los mismos multimillonarios que dicen querer “salvar el planeta” son los que lo están destruyendo.

Si hacemos balance de los últimos 100 años, son precisamente esos multimillonarios con sus innumerables industrias los que han estado talando los bosques; los que han contaminando el aire, los ríos y los océanos; los que nos envenenan con alimentos altamente procesados que carecen de nutrientes; los que han impulsado la utilización excesiva de pesticidas y los que han modificado genéticamente diferentes productos.

Son también los dueños de las grandes compañías farmacéuticas, por lo tanto, los impulsores de la desastrosa agenda de vacunación infantil que está causando todo tipo de enfermedades en los niños (autismo, alergias,…). Y sí, también son los que han fomentado que la humanidad dependa de medicamentos químicos tóxicos que no sólo tienen innumerables efectos secundarios, sino que nunca curan nada (no encontrarás ningún prospecto que diga que el medicamento que tienes en tus manos cura tal o cual enfermedad). Estos medicamentos sólo se limitan a enmascarar los síntomas, sin abordar la causa real de la enfermedad.

Luego tenemos los programas de modificación climática que liberan cantidad de sustancias tóxicas a la atmósfera sin ningún control, las radiaciones no ionizantes como el 5G y todo su arsenal armamentístico nuclear, biológico y psicotrónico.

Y así podríamos seguir con una lista interminable de los horrores infligidos a la humanidad por parte de estos súper ricos –“salvadores de la humanidad”-, que no se detienen ante nada para ganar más dinero y agrandar su poder.

Y yo me pregunto: ¿estos “filántropos” -que son los verdaderos responsables de gran parte de la degradación de nuestros ecosistemas- son los que quieren mejorar el estado del mundo y “salvar el planeta”? ¡Venga ya!

Reducir drásticamente la población mundial y ejercer un control férreo sobre cada uno de nosotros no es precisamente “salvar el planeta” -que, por cierto, no necesita ser salvado-, sino salvar el culo de los súper ricos.

Y esto no lo digo yo, lo van pregonando ellos mismos en todos los foros, donde no paran de hablar de lo necesario que es reducir la población, de introducir sistemas de vigilancia, de imponer un único gobierno mundial, de la Agenda 2030, del Gran Reinicio o la Cuarta Revolución Industrial. Y todo está ahí, a la vista de todos. Sólo hay que tener ojos para ver y oídos para escuchar.

Para ir hacia ese supranacionalismo que tanto ansían, expandirán el modelo de la Unión Europea (UE) fomentando la unión norteamericana, la sudamericana, la euroasiática y la africana, para luego llegar a una “federación global” e imponernos un único gobierno mundial totalitario.

En definitiva, lo que tendremos será un neofeudalismo en todo el planeta, aunque algunos creen que ya es una realidad. Y creen que es una realidad, porque están en marcha acciones como estas:

-Acabar con los derechos y libertades personales en aras del “bien común".

-Implantar la identidad digital, el crédito social, la huella de carbono, el pasaporte de vacunación y el dinero digital.

-Eliminar la propiedad privada: “no tendrás nada y serás feliz”.

-Reubicar a la mayor parte de la humanidad en “ciudades inteligentes” (ciudades 15 minutos).

-Promover la ideología de género.

-Reemplazar la mayor parte de las profesiones por IA.

-Controlar las mentes de las personas a través de las nuevas tecnologías.

-Sustituir los alimentos tradicionales por insectos cultivados en granjas y "carne" sintética producida en laboratorios.

-Convencer a los ancianos de que opten por la eutanasia: llegados a cierta edad, deberían dejar sitio a la siguiente generación.

Evidentemente, hay mucho más, pero este resumen es una muestra general de sus "brillantes" ideas para “salvar el planeta” y “mejorar” el estado del mundo. Su mundo, naturalmente, no el nuestro.

La estrategia más importante que están utilizando para obligar a la humanidad a aceptar todas estas barbaridades es el “cambio climático”.

Los ricachones globalistas afirman -y tratan de convencernos- que el clima está fuera de control debido a que la gente viaja demasiado, come mucha carne y vive muchos años, lo que provoca emisiones “nocivas” de CO2 a la atmósfera. Por cierto, creer semejante sandez es de una imbecilidad patológica.

Si durante la falsa pandemia vimos lo absolutamente locos que están estos tíos, imponiendo, literalmente, una locura tras otra a todo el planeta sin que nadie reaccionara, no me cabe la menor duda de que la respuesta a mi pregunta del título de este artículo es: NO, nadie va a parar esta locura, porque la mayoría no lo considera una locura, lo considera “progreso”.

Las élites dominantes ya poseen prácticamente todos los recursos del planeta. Por lo tanto, sólo les queda controlar a toda la humanidad para preservar la desigualdad entre ricos y pobres que ellos mismos crearon.

Los días 22 y 23 de septiembre de 2024 la ONU celebrará “La Cumbre del Futuro”, en la que quedará aprobado el “Pacto Digital”. Ese pacto implica que en un futuro no muy lejano todo será controlado digitalmente: dinero, datos médicos, hábitos alimenticios, viajes, preferencias personales, etc. En definitiva, una prisión digital de la que será imposible escapar.

La pregunta es: ¿tenemos la humanidad alguna posibilidad de salir de este embrollo? Evidentemente, SÍ. Aunque sólo si nos unimos y actuamos conjuntamente. Pero me temo que eso no va a ocurrir, ya que el “divide et impera” (divide y vencerás) está más vigente que nunca. 

EXPLOTAR Y MANTENER IDIOTIZADO AL “POPULACHO”: ESA ES LA FUNCIÓN DEL GOBIERNO, ESA ES LA ESENCIA DEL ESTADO

Hoy en día, el “populacho” constituye la masa de esclavos más estúpida, ignorante, cobarde y vergonzosa que haya existido jamás.

Desde el origen de los tiempos, las masas ignorantes han ha sido oprimidas, mancilladas, ultrajadas, explotadas, violadas y asesinadas por un puñado de “tíos listos” que se autoerigieron como gobierno. Pero lo verdaderamente triste, es que esos pocos reyezuelos, oligarcas o dictadores se han hecho con el control de miles de millones de personas porque esos miles de millones de personas no han hecho absolutamente nada para impedírselo. Todo atisbo de libertad fue abandonado voluntariamente en favor de un gobierno: un modelo amo-esclavo, basado en una sumisión total y obediencia a una autoridad falsa.

El poder siempre ha sido ejercido por una casta de linajes que viene de tiempos inmemoriales. Esos linajes son hoy en día comúnmente conocidos como la Élite, el Estado Profundo, el Gobierno en la Sombra, la Cábala, el 1%, la Nobleza Negra, etc. Ellos fueron los creadores, en 1524, del primer banco central del mundo, y han seguido aumentando su poder hasta llegar en la actualidad a controlar toda la banca mundial y, por ende, todos los recursos del planeta. Naturalmente, los reyes, primeros ministros y presidentes de gobierno del mundo actual no son más que meros títeres al servicio de esos linajes.  Pero la masa ignorante ni sabe ni quiere saber de estas cosas. Está encantada “disfrutando” de su esclavitud consentida y dice que no tiene tiempo para “memeces”. Sí, a esto, es decir, a nuestra esclavitud, le llama “memeces”.

Es obvio que las conspiraciones reales llevadas a cabo por los gobiernos, el sistema financiero, las agencias de inteligencia y toda la camarilla judeo-masónica son ignoradas por las masas, a quien la información sólo le llega a través de la “educación” y los principales medios de comunicación, sobre todo de la televisión. Y claro está, con un adoctrinamiento de tal envergadura, gobernar a esa masa de estúpidos es relativamente sencillo. Y es sencillo, porque el “populacho, en general, es excesivamente crédulo. Por lo tanto, se necesita muy poco para engañar a una multitud de mente débil que ni piensa ni quiere pensar.

Acabamos de ser testigos de lo fácil que ha sido para el poder engañar y manipular a toda la humanidad. El propio FEM ha reconocido en su página web que para avanzar en el desarrollo de “ciudades inteligentes sostenibles” se debe restringir nuestra libertad, y ha admitido que la pandemia Covid-19 fue un ensayo de obediencia planetaria a la hora de aceptar su Nuevo Orden Mundial.

Concretamente ha dicho: “El Covid-19 fue una prueba de responsabilidad social: miles de millones de ciudadanos de todo el mundo adoptaron una enorme cantidad de restricciones inimaginables para la salud pública. Hubo numerosos ejemplos a nivel mundial de mantenimiento del distanciamiento social, uso de mascarillas, vacunación masiva y aceptación de aplicaciones de rastreo de contactos para la salud pública, que demostraron la esencia de la responsabilidad social (lavado de cerebro) individual”.

En definitiva, querían saber cuántas personas estarían dispuestas a aceptar un reordenamiento completo de sus vidas, basado en órdenes aleatorias, incongruentes y absurdas. Y, como pudimos comprobar, la inmensa mayoría lo aceptó.

Este experimento demostró que el adoctrinamiento y lavado de cerebro de las masas ha sido todo un éxito. Por consiguiente, pensar que algún día las masas despertarán de su letargo es cuanto menos una ingenuidad, por no decir directamente impensable. Así que, definitivamente, no se puede confiar en las masas para deshacerse del sistema.

Digo esto, porque las masas hablan constantemente de querer cambiar las cosas. Sin embargo, no sé cómo las van a cambiar si siguen haciendo lo mismo. Y es que, por desgracia, la mayoría seguirá votando por sus nuevos amos y obedeciendo los dictados de la clase dominante. Porque votar a unos tíos que no conocemos de nada para que nos representen (por cierto, ¿ante quién?) es un insulto a la inteligencia.

El 5 de noviembre de 2024 tendremos nuevamente la oportunidad de comprobar cómo en EEUU (supuestamente el país más avanzado del mundo) el “populacho” volverá voluntariamente a pasar por las urnas para elegir a su nuevo amo. Esto es: volver a hacer lo mismo y esperar un resultado diferente. Es patético.

Por supuesto, los más “listos de la clase” -que dicen estar desencantados de la política- se aferran a la estúpida idea de que hay que votar el menor de los males. Pero no existe tal cosa. El mal es el mal y punto, y cualquiera que elija votar por el mal menor es que ha perdido el juicio, si es que alguna vez lo tuvo. Esto es indicativo de la sociedad de tontos en la que vivimos (recuerda que los tontos no nacen, los tontos se hacen).

El Estado siempre ha sido nuestro enemigo y siempre lo será. Nunca lo derrotaremos, entre otras cosas, porque no luchamos contra él, luchamos contra un enemigo equivocado. Y es que nos han hecho creer que las personas que piensan diferente a como pensamos nosotros, las que viven de forma diferente a como vivimos nosotros o las que profesan una religión diferente a la nuestra son el enemigo. Y no es verdad.

Esas personas, a pasar de sus diferencias sociales, religiosos o culturales, quieren exactamente lo mismo que nosotros. Por lo tanto, nuestro vecino no es el enemigo. El no es el que nos empobrece, el que nos fríe a impuestos, el que restringe nuestras libertades y el que nos enfrenta unos contra otros, es el Estado. Por consiguiente, la única manera de ganar la libertad sería deshacerse del Estado y no volver a permitir jamás que nadie reclame el estúpido derecho a ejercer autoridad sobre nosotros.

Pero eso no va a ocurrir nunca, ya que la masa de imbéciles crece cada día de una manera exponencial y ni por asomo puede llegar a imaginar una sociedad sin Estado.

Esa masa de imbéciles se creyó la falsa pandemia. Se ha tragado la falacia de que el planeta se está calentado por las emisiones de C02. Va a aceptar sin rechistar, -incluso convencida de que es bueno para nosotros- la huella de carbono, el pasaporte de vacunas, la moneda digital de los bancos centrales (CBDC) y vivir en ciudades 15 minutos. En definitiva, esa masa de estúpidos ignorantes se ha sometido y se someterá voluntariamente a todo lo que quiera el poder, y ante eso no hay nada que hacer. 

ATRAPADOS EN UNA RED DE ESTÚPIDAS IDEOLOGÍAS

Sin ideologías la gobernanza consentida sería prácticamente imposible, de ahí que cualquier régimen que se precie las utilice para afianzar su poder. Sin embargo, esas ideologías no son más que un puñado de estúpidas creencias patológicas, convertidas en un ritual de signos externos que reemplazan la realidad por una pseudorealidad.

Paradójicamente, las personas no necesariamente creer en todas esas ideologías, pero aparentan que las toleran y se comportan como si las creyeran. Esto nos lleva a vivir en una mentira permanente y, como es sabido, una mentira repetida infinidad de veces se convierte en verdad. Por lo tanto, vivir en una mentira constante es aceptar formar parte de un sistema basado en el engaño que, sin embargo, hemos aceptado como si no hubiera nada más.

Este sistema está profundamente impregnado de hipocresía y mentiras, donde todo es justamente lo contrario de lo que aparenta; o lo que es lo mismo: un mundo de apariencias que intenta hacerse pasar por realidad. De hecho, el llamado poder soberano, es decir, el gobierno del pueblo, no es más que un engañabobos donde la clase trabajadora es esclavizada por la misma clase trabajadora; la información es en realidad desinformación; las leyes, abuso de poder; el progreso, deshumanización; la libertad de expresión, autocensura; la democracia, oligarquía; la mayoría de la ciencia, pseudociencia,…. Y así podríamos seguir enumerando una lista interminable.

Como es lógico, el sistema es cautivo de sus propias mentiras y, por tanto, debe falsificarlo todo: el presente, el pasado y el futuro.

Un ejemplo flagrante de cómo el sistema lo tergiversa y manipula todo a través de las ideologías lo estamos viendo con el “calentamiento global”, recientemente renombrado “cambio climático”.

No voy a entrar ahora en desmentir el cambio climático antropogénico, hartamente rebatido por los verdaderos expertos sin conflicto de intereses, pero si voy a dar algunos datos.

En España, desde siempre los veranos han sido muy calurosos, sobre todo en la mitad meridional, donde es de lo más normal encontrar temperaturas que superen los 40 grados en lugares como Madrid, Toledo, Córdoba o Sevilla. Estas temperaturas las hemos soportado siempre con la mayor naturalidad. Sin embargo, a partir de la “Operación Calentamiento Global”; es decir, la matraca diaria de la televisión anunciando ola tras ola de calor, con esos mapas rojizos que se asemejan al fuego, la cosa se ha puesto verdaderamente insoportable.

Y es que al igual que se decía en los años 80 que un pollo no es más que lo que come, una persona no es más que lo que cree. Por lo tanto, si a la gente se le inculca una nueva ideología climática, como la de que el planeta se está calentando por las emisiones de CO2 provocadas por la acción humana, y se le bombardea constantemente con olas de calor (los 40 grados de toda la vida) es lógico que psicológicamente pueda obsesionarse y llegue a pensar que hace más calor de lo que es habitual.

Y no digo yo que algunas veces no haga más calor, sobre todo en sitios donde tradicionalmente nunca se dieron esas temperaturas. Pero, en un mundo donde es oficialmente reconocido (hay patentes que lo acreditan) que sistemáticamente se manipula el clima (según ellos para salvar el planeta del cambio climático), a lo mejor deberíamos preguntarnos si la geoingeniería tiene algo que ver.

Las ideas y creencias profundas que las personas y las sociedades tienen sobre la realidad, la política, la economía y la cultura, entre otras, son fundamentalmente inoculadas a través de las ideologías. Así, al igual que las ideologías políticas como el liberalismo, el conservadurismo o el comunismo sirven de guía a los gobiernos para ejecutar sus políticas, las ideologías económicas como el capitalismo, el socialismo o el neoliberalismo determinan cómo se distribuyen los recursos y se establecen las prioridades económicas de una nación. Y lo mismo sucede con la educación, la justicia, la sanidad, etc.

Por otra parte, tenemos las ideologías culturales que influyen en los valores, las normas y las prácticas sociales. Estas ideologías son las más importantes para manipular una sociedad. Lo vemos todos los días, y en estos tiempos de “nueva normalidad” aún más. Así, por ejemplo, el feminismo ha cambiado las percepciones y expectativas sobre el género y la igualdad. Del mismo modo, la nueva cultura Woke a acuñado el término “inclusividad” con el fin de que la sociedad acepte la nueva ideología LGBTIQ+, y todos los + que quieran añadir.

Es evidente que las ideologías proporcionan un sentido de identidad o pertenencia a un determinado grupo social, como el nacionalismo o la religión, que unen a las personas bajo una ideología común. Sin embargo, también pueden ser una fuente de conflicto, ya que diferentes grupos con creencias opuestas pueden chocar irremisiblemente. Esto es utilizado por el poder sistemáticamente para tener al “populacho” dividido; ya sabes, izquierdas y derechas, católicos y musulmanes, etc.

Todas las ideologías son sectarias, egoístas, fanáticas, propagandísticas y no hay nada de verdad en ninguna de ellas. Se difunden a través del sistema educativo, que juega un papel crucial en la formación de la opinión y la transmisión de valores y creencias del “populacho”.

Luego están los medios de comunicación, que hacen que esas creencias se perpetúen en el tiempo o, si le interesa al sistema, darles un giro de 180 grados, como hemos visto en tantas ocasiones. Por poner un ejemplo, el aborto ha pasado de ser un asesinato a un derecho en un abrir y cerrar de ojos.

En resumen, las ideologías son la fuerza más poderosa que el sistema tiene para dar forma a casi todos los aspectos de nuestra vida. Aunque bien es verdad que a veces pueden llegar a ser esenciales y útiles para el entendimiento de las personas, sin embargo, lo habitual es que se utilicen para producir división y confrontación. Ya sabes, “divide y vencerás”. Y las ideologías funcionan a las mil maravillas.

Nuestra sociedad hace tiempo que dejó de tener interés y respeto por la verdad. Nos hemos acostumbrado a que los medios de comunicación, los políticos, los economistas, los médicos y hasta nuestra propia familia y amigos nos mientan sin el menor pudor. Y yo me pregunto: cuando la verdad se sustituye por la mentira, ¿qué clase de sociedad puede salir de ahí? Pues ni más ni menos que la que tenemos. ¿Queda claro? 

LA “SINGULARIDAD” DEL FEM CADA DÍA MÁS CERCA

La “singularidad” de la que tanto habla el Foro Económico Mundial (FEM) generalmente se refiere a un concepto relacionado con el avance exponencial de la tecnología, especialmente en el contexto de la inteligencia artificial (IA) y la automatización. Este término es utilizado para describir un punto en el futuro (no tan lejano) donde el progreso tecnológico avanzará tan rápido y tan profundamente que cambiará radicalmente la civilización humana.

Pero, ¿qué significa la “singularidad” tecnológicamente hablando?

La “singularidad” se basa en la idea de que la tecnología, especialmente en campos como la computación, la IA, y la biotecnología, está avanzando a un ritmo vertiginoso. Esto significa que los cambios (a mejor o a peor) de todo lo relacionado con nuestras vidas están sucediendo muy rápidamente.

Uno de los elementos centrales de la “singularidad” es el desarrollo de una inteligencia artificial general (IAG), que es una IA que puede realizar cualquier tarea cognitiva humana. Se espera que una IAG pueda mejorar y rediseñarse a sí misma, lo que llevaría a una inteligencia que superaría con creces la capacidad humana.

Evidentemente, la llegada de la “singularidad” tendrá un impacto transformador en la sociedad. Esto incluye cambios radicales en la economía, el empleo, la ética, la moral y, en general, un cambio radical en el estilo de vida humano.

Si bien es verdad que las nuevas tecnologías avanzadas podrán resolver problemas complejos como enfermedades, hambre, desigualdades sociales, etc., también plantean riesgos significativos como la deshumanización, la pérdida del libre albedrío y, por supuesto, que estas tecnologías sean utilizadas para conseguir el control absoluto y la esclavitud total de la humanidad.

Este tema, que es de vital importancia para todo el planeta, sin embargo, no está siendo objeto de debate en ningún foro que represente a toda la humanidad. Sólo algunos privilegiados futuristas y tecnólogos lo discuten como, por ejemplo, Ray Kurzweil, defensor de la idea de que la “singularidad” llegará en las próximas décadas, en contradicción con otros más escépticos que señalan que los desafíos y riesgos éticos, sociales y técnicos impedirán que se alcance una verdadera “singularidad”.

Hablemos entonces de Ray Kurzweil.

Ray Kurzweil (ingeniero de inteligencia artificial de Google) escribió el libro titulado “La singularidad está cerca: cuando los humanos transcienden la biología”. El él describe el futuro que han imaginado para nosotros los tecnócratas de Silicon Valley: la fusión de los humanos con la Inteligencia Artificial (IA).

En su libro, Ray Kurzweil dice que se espera que la IA supere a la inteligencia humana colectiva en cualquier momento (según él, más o menos para 2029). También afirma que en el sector de la biotecnología se hará cargo de todos los ensayos farmacéuticos, que reemplazará a los médicos y automatizará los trabajos. En definitiva, Kurzweil enumera todas las formas en que el ser humano será reemplazado. Lo que traducido al román palidino significa que los nanobots en nuestro cerebro se encargarán de que la frase de Klaus Schwab “no tendrás nada y serás feliz” sea una realidad.

Este libro, publicado en 2005, predijo con precisión absoluta todos los eventos que hemos vivido en los últimos 19 años. Por lo tanto, es tremendamente preocupante pensar qué es exactamente lo que estas personas tienen en mente para nosotros, ya que todo lo que predijeron ha sucedido con notable precisión.

Como era de esperar, Kurzweil apoya los 17 objetivos de la Agenda 2030 de desarrollo sostenible, de los cuales 13 están respaldados por la nanotecnología.

Pero el tema más inquietante que aborda Kurzweil es el referente a la nanotecnología de autoensamblaje, que es la base de la agenda tecnocrática transhumanista del Foro Económico Mundial (FEM) y, por tanto, la herramienta a utilizar para esa transformación.

Según denunció el portal “La Quinta Columna”, después de analizar y examinar detenidamente los viales de las “vacunas” Covid-19, los viales contienen óxido de grafeno y nanotecnología de autoensamblaje. Aseguran que con las “vacunas” se inyectaron nanobots controlados por IA a través del arma biológica Covid-19. Siguiendo con sus investigaciones, más tarde encontraron lo mismo en todo tipo de inyectables (otras vacunas, anestesias odontológicas, etc). Por lo tanto, aseguran que estos nanobots ya están introducidos en nuestros cuerpos para, según ellos, escanear todo nuestro cerebro, fisiología y vete a saber qué más.

Pues bien. Dicho esto, es curioso que ya en 2005 Kurzweil se pronunciara en el mismo sentido: “En la década de 2030 alcanzaremos el tercer puente de extensión radical de la vida: nanobots médicos con la capacidad de realizar de forma inteligente el mantenimiento y reparación a nivel celular en todo nuestro cuerpo…. El cuarto puente para poder hacer una copia de seguridad de todos los archivos mentales digitalmente será la tecnología de 2040... Una vez que escaneemos esta información con suficiente precisión seremos capaces de replicarla en sustratos digitales. Esto significa que incluso si se destruyera el cerebro biológico no se extinguirá la identidad de la persona, que podría alcanzar una vida útil casi arbitrariamente larga copiándose y volviéndose a copiar para guardar copias de seguridad."

Kurzweil continúa: “en un segundo experimento, sustituiremos gradualmente cada sección de su cerebro por una copia digital conectada a sus neuronas restantes a través de una interfaz cerebro-ordenador..." Y termina diciendo: “No habrá distinción, post-Singularidad, entre humanos y máquinas o entre realidad física y virtual”.

Para ponerte los pelos como escarpias, ¿verdad? Pues a esto es a lo que se refiere Yuval Noah Harari (gurú del FEM) cuando dice que el ser humano es hackeable.

El FEM está hostigando al mundo entero para que las economías y las sociedades se preparen para los cambios disruptivos que estos avances tecnológicos van a traer. Tratan de convencernos de que confiemos en la tecnología más que confiamos en nosotros mismos. Y amén que lo están consiguiendo.

Hoy en día la tecnología es el nuevo dios de nuestra sociedad. Sin embargo, son muy pocos los que se plantean cuestiones como: ¿qué es verdaderamente la inteligencia artificial? ¿Quién o quiénes están detrás de esta tecnología? ¿Con qué fin se está desarrollando? ¿Es segura y fiable? Y, lo más importante de todo: ¿debemos dejar nuestras vidas en sus manos, tal y como estamos haciendo, con el peligro que eso conlleva?

Y para muestra un botón. Acabamos de ser testigos de cómo el viernes 19 de julio de 2024 Microsoft sufrió una caída de su sistema a nivel mundial. Esta caída afecto a líneas aéreas, hospitales, supermercados, etc. que se vieron obligados a suspender su actividad dejando a miles de usuarios sin servicio.

Si los seres humanos somos realmente inteligentes, cosa que a veces dudo, ¿cómo hemos podido dejar nuestras vidas en manos de una tecnología tan frágil? En mi opinión, depender prácticamente 100% de un sistema tan incierto no es que sea demasiado inteligente.

Aclaremos una cosa. Por mucho que nos digan los impulsores de estas tecnologías la ciberseguridad no existe. Ni antivirus, ni firewall, ni encriptación ni gaitas. No hay nada seguro en el mundo cibernético. Hay que ser ciego para no ver que todos los días se producen hackeos y robos de datos por doquier. Eso por no hablar de cómo los servicios públicos y privados son sistemáticamente secuestrados por ciberdelincuentes.

Las personas que trabajan para las élites desarrollando estas nuevas tecnologías no sé si son conscientes de las consecuencias no deseadas de lo que están haciendo, poniendo en manos de psicópatas el arma más poderosa para esclavizar y destruir a toda la humanidad.

Hace más de un siglo un puñado de banqueros decidió que iban a ser los dueños del mundo. Desde entonces llevan tejiendo un plan: crear una red global del dinero y un conglomerado de organizaciones e instituciones supranacionales para acaparar todo el poder, mantener engañado al “populacho” e implementar el sistema de esclavitud consentido mejor logrado de la historia de la humanidad.

Aviso a navegantes. Si la humanidad no reacciona, estos maniacos con su inteligencia artificial, su Agenda 2030 y su política "Net Zero" (cero emisiones de CO2) en unas décadas habrán reducido la biodiversidad natural y la población mundial de una manera drástica. Su objetivo es reemplazar a la humanidad por una versión cyborg-transhumanista: una mente colmena aberrante sin cerebro que sólo se moverá a golpe de algoritmos.

Naturalmente, se necesita mucha comedura de coco para lograr que una especie inteligente como la nuestra acepte su propia autodestrucción. Pero si lo analizamos bien, veremos que todos los avances tecnológicos de los últimos 70 años han sido creados y diseñados para ir en esa dirección. Y esa dirección no es otra que la de un mundo posthumano.

Bueno, pues esta y no otra es la verdadera “singularidad” que quiere imponer a la humanidad el FEM. Y sí, evidentemente, por desgracia cada día está más cerca.

NOS ENCAMINAMOS IRREMISIBLEMENTE HACIA UNA PRISIÓN BIOMÉTRICO-TECNOLÓGICA-DIGITAL

En el transcurso de mi vida, he tenido el privilegio -o la desgracia, según se mire- de ser testigo de la evolución tecnológica más brutal l...