¡ALEA JACTA ES! (LA SUERTE ESTÁ ECHADA)

Las familias más poderosas del planeta están a punto de conseguir su tan ansiado control planetario total. ¿Su estrategia? Muy simple, y de una eficacia increíble: expropiar y esclavizar naciones enteras mediante la deuda. Esta estrategia tan sutil ha sido desarrollada y perfeccionada, de tal manera, que casi podríamos definirla como una obra de arte. Lo que han hecho no es otra cosa que ofrecer créditos a mansalva, a un interés desorbitado, con el fin de que jamás se pueda pagar esa deuda. Es de esta manera como han ido poco a poco haciéndose con los recursos de cada país y agarrando por las “partes nobles” a cada gobierno.

Uno de los actores clave en este proceso es BlackRock: la mayor empresa de gestión de activos del mundo. BlackRock se ha infiltrado en todos los rincones de la economía mundial y es actualmente quien dirige y manipula las finanzas del mundo. Y es que BlackRock no es un simple fondo de inversión, sino una verdadera potencia financiera que maneja los mercados a su antojo. De hecho, nada ocurre fuera del conocimiento de BlackRock y su tecnología Aladdin.

Sin embargo, el verdadero poder, del que prácticamente no se habla pero lo controla todo, es Vanguard Group: la empresa de los oligarcas que, por supuesto, es la dueña de BlackRock. Esto quiere decir que toda esa vasta maquinaria de deuda infinita, y lo que significa, es obra de Vanguard Group. Evidentemente, detrás de Vanguard Group se encuentran las familias más ricas y poderosas del mundo, que son los verdaderos artífices del plan para establecer un único gobierno mundial y controlar toda la vida en la Tierra.

Este plan se está llevando a cabo con total impunidad, ya que esta gente no sólo controla a los gobiernos, sino que también controla a los medios de comunicación y a todas esas organizaciones internacionales como la ONU, la OMS, la OTAN, el FEM, el BPI, el BM, el FMI, el CFR y un larguísimo etcétera. En definitiva, han construido una red tan compleja y eficaz que ya nadie puede detenerlos, salvo ellos mismos, claro.

Siguiendo con su plan, en un futuro no tan lejano el planeta estará gobernado por algoritmos, donde nosotros quedaremos relegados a simples marionetas manejadas a su antojo.

Y aquí es donde entran en escena los llamados GAFAM (acrónimo formado con las siglas de Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft). Estos gigantes tecnológicos nos han engañado, haciéndonos creer que su maravillosa tecnología haría la vida más cómoda a toda la humanidad. Y aunque en esencia podrían y deberían hacerlo, sin embargo, nada más lejos de la realidad, ya que se han convertido en armas adictivas súper eficaces para la vigilancia y el control total.

Estos gigantes tecnológicos -por supuesto, también propiedad de Vanguard Group- no han venido a hacer la vida más agradable a la humanidad, sino a todo lo contrario: a vigilarla, esclavizarla y si fuera preciso eliminarla.

Gracias a su omnipresencia en nuestras vidas, manejan los datos personales de miles de millones de personas, que luego son utilizados para manipular, influir y, en última instancia, controlar opiniones y decisiones. Y por mucho que esto nos parezca una estupidez, es más serio de lo que parece.

Pero lo increíblemente sorprendente de este plan es la sutileza con la que se está llevando a cabo. Ya no se trata de utilizar la fuerza para controlarnos. Al contrario, ahora se trata de que seamos nosotros los que demandemos ese control. De hecho, han conseguido que estemos vigilados constantemente, pero que creamos que es por nuestra seguridad. Nos manipulan a través de la “educación”, la “cultura”, los medios de comunicación, redes sociales, etc., pero nos hacen creer que somos nosotros los dueños de nuestros pensamientos. Y, por supuesto, estamos tan enganchados a estas herramientas de control (TV, teléfono móvil, ordenador, etc.), que no dejaríamos de utilizarlas ni por todo el oro del mundo. En otras palabras, es la tiranía consentida más audaz que haya existido jamás.

Evidentemente, en este plan están involucrados todos los actores relevantes de la sociedad como gobiernos, partidos políticos, ejército, policía, sistema judicial y, por supuesto, los medios de comunicación.

Pero lo más sutil en este proceso ha sido la infiltración en todos los órganos de poder de los llamados jóvenes líderes globales del Foro Económico Mundial. Algunos de ellos son enormemente conocidos como es el caso de Ursula von der Leyen, Emmanuel Macron, Justin Trudeau, Angela Merkel, Mario Draghi o Jacinda Ardern: todos criados a los pechos de Klaus Schwab y fieles seguidores de la doctrina del FEM.

Estos jóvenes líderes globalistas (algunos ya no tan jóvenes) están entrenados y capacitados para convencer y persuadir a la gente de que la soberanía nacional es una reliquia del pasado y hay que ir hacia un gobierno mundial. Por supuesto, ese nuevo gobierno mundial no será anunciado con bombo y platillo, sino que llegará sin que nos demos cuenta, cosa que probablemente ya sea una realidad.

Sí, las familias más ricas y poderosas del mundo quieren regularlo todo: el clima, la energía, dónde vamos, lo que comemos, lo que bebemos, quién nace, quién muere, lo que pensamos, lo que decimos,… En definitiva, quieren remodelar el mundo en función de sus delirios. Y esto no lo digo yo, lo han dejado muy claro ellos mismos en la cumbre de la ONU, celebrada en septiembre de 2024, sobre “El Pacto del Futuro”.

Tenemos que darnos cuenta de una vez por todas que esos “filántropos” multimillonarios ni están salvando el planeta ni les importa un carajo la humanidad. Lo que realmente están salvando es su culo, haciendo los cambios necesarios para que no cambie nada (para ellos, naturalmente). Siendo realistas, hay que reconocer que han hecho un excelente trabajo: han desplumado a la humanidad de todos los recursos, se han hecho dueños del dinero y ahora nosotros tenemos que esclavizarnos de por vida para conseguir ese dinero con el que poder comprar unos recursos que nos proporciona gratis la naturaleza. Es de genios, la verdad.

Naturalmente, el mayor temor de esta red criminal de psicópatas es que el mundo despierte de su letargo y se dé cuenta del engaño.

La pregunta es: ¿nuestro despertar podría ser el fin de su reinado? Ya me gustaría, pero sinceramente no lo creo. Y no lo creo, porque les hemos dejado acaparar tanto poder que no tenemos manera de contrarrestarlo. No hay más que recordar lo que ocurrió durante la falsa pandemia, donde se pasaron por el forro todas las leyes habidas y por haber y nadie pudo hacer nada para impedírselo.

Así que, bajo mi punto de vista, SÍ, ¡alea jacta es! (la suerte está echada). 

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