31 marzo 2025

¿SE ESTÁ LLEVANDO AL COLAPSO, DELIBERADAMENTE, A LA SOCIEDAD OCCIDENTAL?

El mundo occidental, con la UE como conejillo de indias, se ha dejado devorar por una serie de sucesivas reformas -llevadas a cabo por los políticos de turno- que lejos de mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos han contribuido a un lento y dramático deterioro del tejido social, económico, industrial e incluso ético y moral.

Este proceso ha sido orquestado por instituciones supranacionales, que son las que han dado las órdenes oportunas a los diferentes líderes políticos corruptos, para dar paso a un nuevo régimen totalitario-tecnocrático.

Lamentablemente, todas estas reformas, disfrazadas de progreso, han ido destruyendo todos los fundamentos del paradigma occidental, debilitando las conquistas sociales logradas de tantos siglos de lucha. La destrucción de sectores enteros de nuestra economía con leyes absurdas, más una inmigración masiva descontrolada están acabando con nuestras sociedades a un ritmo vertiginoso.

Los servicios públicos han sido siempre la piedra angular del Estado en las sociedades occidentales. Sin embargo, poco a poco se están desmantelando, debido a una política de privatizaciones, austeridad y cierres masivos de infraestructuras.

Estas políticas nos están llevando a que la desigualdad siga creciendo a un ritmo desenfrenado, a que la brecha entre ricos y pobres sea cada vez mayor y a que la clase media, motor de nuestras sociedades modernas, esté desapareciendo.

Paradójicamente, todo esto se está llevando a cabo en dentro de un contexto de democracia y justicia, que supuestamente son garantes de nuestra libertad. Pero tanto la democracia como la justicia se han convertido en herramientas de manipulación al servicio del poder global del dinero, al igual que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, esas que los tontos del culo piensan que está ahí para protegerles.

Todos los políticos de las últimas décadas, ya sean de derechas o de izquierdas, han sido cómplices de esta gran devastación, llevando a Occidente a la situación actual en la que se encuentra.

Estas reformas, lejos de ser avances y progreso para las naciones, han actuado como un veneno parsimonioso, haciendo a cada país más dependiente de este conglomerado de instituciones supranacionales. En definitiva, han favorecido sistemáticamente a las grandes corporaciones y poderes financieros, perjudicando los intereses y necesidades del pueblo.

Ahora Occidente está bajo la influencia de políticos vendidos al poder global del dinero, sujetos a los dictados del Estado profundo y los lobbies financieros. En conclusión, todos los países están viendo su soberanía arrebatada por una élite de plutócratas.

Si echamos la vista atrás, vemos que los sindicatos ya no son lo que eran y han sido debilitados, que los partidos políticos tradicionales se han vendido al poder global del dinero, y como la democracia y el sistema judicial se han corrompido hasta la médula.

Estamos inmersos en un proceso de deconstrucción económica y social, que está propiciando que la competitividad de Occidente se esté deteriorando lenta pero inexorablemente. Al trasladar las industrias a países de bajos costos (China, Taiwán,..), las fábricas han tenido que cerrar desapareciendo casi por completo los empleos manufactureros. Esto ha hecho aumentar el desempleo y, por consiguiente, la reducción de los salarios.

De este modo, la mayoría de países de Occidente, antaño orgullosos de su saber hacer manufacturero, se han vuelto cada vez más dependientes del sector servicios, con las consecuencias que ello implica en términos de precariedad y dependencia económica. Tenemos los ejemplos de Francia y Alemania, que hace tan solo 30 años se jactaban de ser los motores económicos de Europa y hoy sólo son una sombra de lo que fueron. Lo mismo le ha ocurrido a España, que ha pasado de ser la 8ª potencia económica del mundo, cuando tenía una deuda del 7% del PIB, en 1975, a tener una deuda del 105%, en 2024, y ocupar el puesto número 34 en el ranking de la economía mundial.

Pero el plan definitivo, diseñado para acabar con la libertad, la propiedad privada y el acceso a los recursos, es la falsa amenaza para el planeta del “cambio climático”. El propósito de las políticas de la agenda climática no es otro que el de convertir el mundo en una sola sociedad esclava, controlada por la IA y dirigida por una élite todopoderosa de tecnócratas.

No seamos ingenuos. La economía verde nada tiene que ver con el medio ambiente, es simplemente un nuevo paradigma de redistribución de la riqueza, para que las grandes corporaciones multinacionales y los poderes financieros sigan estafando y robando a las clases medias y bajas de todos los países.

La pregunta es: ¿por qué están desarrollando estas políticas que van directamente a la yugular de los ciudadanos? La respuesta a esta pregunta está en la Agenda 21 de la ONU -que elaboró el Club de Roma- decidida a llevar a cabo su plan de reducción drástica de la población mundial y la implementación de un nuevo sistema económico.

Según Rosa Koire, autora de “Behind the Green Mask” (Detrás de la máscara verde), esto es la Agenda 21, ahora reconvertida en Agenda 2030: “La Agenda 21 de Desarrollo Sostenible de la ONU es el plan de acción implementado en todo el mundo para inventariar y controlar toda la tierra, toda el agua, todos los minerales, todas las plantas, todos los animales, toda la construcción, todos los medios de producción, toda la energía, toda la educación, toda la información y todos los seres humanos del mundo”.

Para nuestra desgracia, hoy en día la mayor parte de los recursos del planeta, la mayoría de las multinacionales que los explotan y prácticamente el 100 % de las entidades financieras pertenecen a las mismas personas. De hecho, esté minúsculo grupo de personas (denominado “la élite”) controla el mundo entero e impone su agenda a toda la humanidad. Evidentemente, su objetivo nada tiene que ver con salvar el planeta o con salvaguardar nuestra seguridad y salud, sino con obtener gigantescos beneficios a través de diversas crisis económicas, guerras, pandemias, cambio climático o lo que haga falta.

Lamentablemente, esto es así porque la gente vive en los mundos de Yupi y es engañada permanente a través del lenguaje político. De ahí que vote, elección tras elección, a los mismos políticos que le engañaron y robaron en el pasado y le seguirán engañando y robando en el futuro.

No seamos ingenuos. El lenguaje político está diseñado para hacer que las mentiras parezcan verdades, para que la corrupción se asemeje a la honradez y para hacernos creer que armarse hasta los dientes es la única manera de mantener la paz. En fin, un disparate tras otro.

Lamentablemente, nos hemos vuelto tan insensibles a las mentiras políticas que preferimos ignorarlas y seguir adelante como si no pasara nada. Es una estúpida manera de “proteccionismo” contra aquello que pensamos que no podemos combatir. Pero, ¿cómo que no lo podemos combatir? ¿Es que se nos ha olvidado que somos el 99%?

Aunque soy pesimista al respecto, hay mucha gente que piensa que estamos cerca del “gran despertar” de la humanidad. Pero para eso la gente primero tiene que dejar de vivir atemorizada por las mentiras de los medios de comunicación y, sobre todo, dejar de creer en las falsas promesas de los políticos y no votar.

Mi reflexión es: Si actualmente estamos esclavizados y manipulados por unos políticos mediocres y unos medios de comunicación propagandísticos vendidos al poder global de dinero, ¿qué pasará cuando la IA tome el control del mundo?

Si verdaderamente se va a producir el gran despertar de la humanidad tiene que ser ya, ahora. Nos queda muy poco tiempo, ya que la toma de control del mundo por parte de la IA está a la vuelta de la esquina. 

20 marzo 2025

¿QUÉ PASARÍA ANTE UNA HIPOTÉTICA GUERRA DE LA UE CON RUSIA?

La UE, con Emmanuel Macron, Friedrich Merz y Úrsula bon der Leyen a la cabeza, parece empeñada en entrar en guerra con Rusia. Al menos es lo que se desprende de las declaraciones que estos tres líderes europeos van difundiendo en cada foro en el que participan.

Una de dos, o nuestros políticos han perdido el juicio o están recibiendo órdenes de los de siempre para arrebatarles, tanto a Ucrania como a Rusia, sus riquísimos recursos naturales. Y es que al final siempre se trata de lo mismo: dinero, recursos y, en definitiva, negocios. Ya sabes, eso que suelen decir los mafiosos en las películas cuando asesinan o extorsionan a su víctima: “no es nada personal, son sólo negocios”. Pues eso.

Por muchas gilipolleces que nos cuenten a diario los medios de comunicación sobre la preocupación de Europa por el pueblo de Ucrania, no deja de ser otra de tantas mentiras. De hecho, Europa ni siquiera se preocupa por sus propios ciudadanos.

Una guerra con Rusia sería de unas consecuencias devastadoras, y lo saben. Entonces, ¿por qué Europa está interesada en entrar en ese conflicto?

Una hipotética guerra entre Europa y Rusia sería un escenario extremadamente grave, con consecuencias significativas a nivel global. Aunque a priori este tipo de conflicto es altamente improbable, sí deberíamos considerar –al menos nosotros- algunas de las posibles consecuencias, para en el hipotético caso de que ocurriera decir NO a la UE, al Gobierno y al mismísimo sursum corda.

En primer lugar debemos saber a quién nos enfrentamos.

Rusia es una potencia militar nuclear. Tiene un ejército poderoso y una vasta extensión territorial que le otorga ventaja en términos de recursos. Su arsenal nuclear es considerable, lo que, de utilizarse, tendrá efectos devastadores no solo para Europa, sino para todo el mundo.

En segundo lugar hemos de considerar qué consecuencias traerá.

Una guerra entre Europa y Rusia desembocará, sí o sí, en la Tercera Guerra Mundial, donde millones de personas huirán de las zonas más afectadas creando una crisis migratoria y humanitaria sin precedentes. Los ataques a ciudades y a infraestructuras generarán un alto número de víctimas civiles y la destrucción masiva de todo tipo de servicios esenciales para la supervivencia. También se verá afectada la cadena de suministros, perjudicando gravemente a la economía mundial y provocando aumento de precios, inflación, recesión económica y hambrunas por doquier.

Por último están las restricciones civiles y de derechos humanos.

En tiempos de guerra los derechos civiles suelen ser restringidos. El estado de emergencia, la ley marcial y los toques de queda serán implementados en prácticamente todo el mundo, lo que afectará a la vida cotidiana de los ciudadanos. Eso por no hablar de que en un conflicto de esta magnitud, para una sociedad tecnológica como la nuestra, los ciberataques estarán a la orden del día, con lo que eso significa dado el modo de vida actual.

En resumen, una hipotética guerra entre Europa y Rusia desencadenaría la destrucción del mundo tal y como lo conocemos. Mi pregunta es: ¿es eso lo que busca nuestra clase dirigente?

Si de lo que se trata es de llevar a buen puerto la Agenda 2030 de la ONU, el Gran Reinicio del FEM y el Nuevo Orden Mundial que tanto ansía la élite una Tercera Guerra Mundial es la herramienta perfecta para conseguirlo.

Sin embargo, basta que todos los corruptos políticos y sus prostitutas mediáticas nos estén dando la vara con la cada vez más cercana guerra con Rusia lo hace poco o nada creíble. Y es que utilizan unos argumentos tan peregrinos que no hay por donde cogerlos. Nos dicen que Rusia es una amenaza porque quiere invadir Europa ¿Pero de dónde se han sacado semejante estupidez? Ni Rusia quiere invadir Europa ni tiene suficientes fuerzas armadas para acometer una hazaña de tal magnitud.

Por otra parte, veo a nuestros políticos demasiado tranquilos y no parece que estén muy preocupados ante una posible Tercera Guerra Mundial. Elemental mi querido Watson, ya que, en el hipotético caso de una confrontación, ellos no tienen nada que temer, puesto que ni van a ir a luchar ni van a sufrir las calamidades que sí sufrirá el “populacho”.

Manipular a las masas siempre ha sido relativamente sencillo, pero ahora, con las nuevas herramientas de control y manipulación, es extraordinariamente fácil. Lo vemos todos los días: mujeres saliendo a la calle para reclamar unos derechos que ya tienen o gente enfrentándose entre sí por defender una ideología política que ni saben ni entienden realmente por qué lo hace.

La mayoría de españolitos nunca hemos estado al corriente de lo que ocurre entre Rusia y Ucrania, fundamentalmente por razones de lejanía geográfica. Lo único que sabemos es lo que nos dicen los medios de comunicación europeos, que nos presentan una Ucrania inocente víctima de una invasión por parte de una Rusia expansionista. Sin embargo, los hechos cuentan una historia muy diferente, en la que no voy a entrar ahora. Sólo decir que fue Occidente quien colocó a Zelenski en el poder: un pelele manipulable que no decide nada.

No seamos ingenuos. Las guerras siempre se libran por dinero. De hecho, no es por altruismo ni para salvar a la “inocente” Ucrania de los “malvados” Rusos que la UE, EEUU y el Reino Unido hayan invertido miles de millones de dólares en Ucrania, sino para asegurarse el acceso al botín que será el precio de la paz.

Sin embargo, existe la posibilidad real de que, efectivamente, el objetivo final sea el sueño húmedo de la élite: reducir drásticamente la población mundial y consolidar el control sobre los sobrevivientes. Y una guerra nuclear lograría ambas cosas: millones de muertos y el colapso absoluto de la economía. En definitiva, el borrón y cuenta nueva (Gran Reinicio) que FEM lleva años anunciando.

Un escenario como este pondría en valor el famoso “Informe DEAGEL”, que recoge un listado sobre la reducción de la población y los cambios del PIB en los países del mundo para el año 2025, en el que, por ejemplo, España vería reducida su población de 48 millones a 27 millones y su PIB mermado un 59%.

Pero las cosas no siempre son lo que parecen, y menos aún si los que las anuncian son políticos corruptos y mentirosos medios de comunicación.

A estas alturas de la película a nadie se le debería escapar que este mundo se mueve única y exclusivamente por dinero, no hay más. Por lo tanto, lo primero es preguntarse si hay dinero en todo esto. Pues sí, lo hay.

Recientemente, Úrsula von der Leyen ha anunciado una partida de 800.000 millones de euros de gasto para rearmar a la UE. La pregunta es: ¿rearmarla para qué, si Europa no tiene ninguna amenaza? Evidentemente, un rearme no se efectúa de la noche a la mañana, necesita años. Por eso este anuncio ha ocasionado que la industria armamentística europea haya visto incrementada su revalorización en Bolsa más de un 50%.

Dicho esto, se me ocurre una pregunta: Este rearme, aparte de generar unos inmensos beneficios para la industria armamentística, ¿es para defendernos de Rusia o para defenderles a ellos de nosotros? Lo digo porque últimamente en Europa –y me consta que también en EEUU- cada vez hay más gente harta de que le tomen el pelo, le frían a impuestos y le conduzcan a un futuro distópico incierto.

Quiero creer que esta gente no está tan loca como para desencadenar la Tercera Guerra Mundial que, irremisiblemente, sería nuclear. Sin embargo, ya existe una guerra y no son precisamente naciones las que luchan en ella, sino dos clases sociales: de un lado, las élites financieras, que detentan el poder absoluto, y del otro, el “populacho”, que siempre ha sido su enemigo. El objetivo de esta guerra es claro: mantener a la población mundial cada vez más controlada, empobrecida y esclavizada.

Mi reflexión final es la siguiente: si ya tienen en marcha esta guerra silenciosa, -que, por cierto, van ganando por goleada-, ¿para qué desencadenar la Tercera Guerra Mundial que se les podría ir de las manos?

Bajo mi punto de vista, los tambores de guerra sólo están sonando para amedrentarnos y llevarnos hacia un objetivo concreto que nos ocultan, aunque algunos intuimos. Y lo intuimos, porque ya lo hicieron con la falsa pandemia, cuando se acojonó a toda la población mundial con el fin de que se dejase inocular una sustancia (altamente peligrosa y mortal en algunos casos) que no había sido probada y sin el consentimiento informado (un procedimiento de exigencia ética y jurídica, a través del cual el paciente autoriza libre, voluntaria y conscientemente, previa información ofrecida por un profesional sanitario y tras su comprensión, a la realización de un acto clínico con él o sobre él).

Acabamos de ser testigos de cómo la presidente del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, ha anunciado el lanzamiento del Euro Digital -la moneda digital del Banco Central de la UE (CBDC)- para octubre de 2025. Mi pregunta es: ¿la amenaza de la guerra servirá de señuelo de distracción para colocarnos el Euro Digital y con ello la desaparición del dinero en efectivo? Salvando las distancias, para el “populacho” las consecuencias de una guerra serían terroríficas, pero la implantación del Euro Digital no le va a la zaga. 

10 marzo 2025

¿POR QUÉ LA ADMINISTRACIÓN TRUMP ESTÁ DANDO LA ESPALDA A LAS ENERGÍA VERDES?

Desde que Donald Trump llegó de nuevo a la Casa Blanca se ha producido un hecho hasta ahora insólito: el éxodo masivo de la mayoría de los actores implicados en el las “políticas verdes” para salvar el planeta.

La Reserva Federal (FED) ha abandonado la "Red del Sistema Financiero Verde". El fondo de inversiones mayor del mundo, BlackRock, y seis de los bancos más importantes de EEUU se han retirado de la alianza climática “cero emisiones”. El mismísimo Presidente Estadounidense, Donald Trump, anunció que volverán a los combustibles fósiles; concretamente dijo: “we'll drill, baby, we'll drill” (“perforaremos, nene, perforaremos”). Incluso la UE ha rebajado las exigencias medioambientales a las empresas.

Sin embargo, que la mayoría de los financiadores de estas “políticas verdes” se estén echando atrás no significa que los que se oponen a ellas hayan ganado la batalla. ¡Nada de eso! No hay más que ver que el “cambio climático” sigue instalado como parte de un gigantesco modelo de negocio.

Veamos los antecedentes.

A raíz de la película presentada por el político estadounidense, Al Gore, “Una verdad incómoda”, en la que se pinta un escenario catastrófico causado por el “calentamiento global” provocado por la actividad humana, la economía mundial pasó a formar parte de una “Agenda Verde” para supuestamente contribuir a salvar el planeta.

La orden que recibieron los políticos fue crear la legislación necesaria para dar paso al mercado de las “tecnologías climáticas” de las grandes empresas. De hecho, la UE ejerció una enorme presión sobre los países para que impulsaran esta demanda, promoviendo tecnologías como la energía eólica y solar en detrimento de la proveniente de los hidrocarburos. Fue de esta manera como se llegó a instalar mundialmente el término “huella de carbono”, criminalizando al CO2 para convertirlo en la moneda de cambio de todas las cosas. De por sí, estamos redistribuyendo de facto la riqueza mundial a través de la política del “cambio climático”. Y mientras los políticos siguen haciendo campaña por una mayor sostenibilidad del planeta, los multimillonarios se están, literalmente, forrando.

Ahora volvamos al principio, al éxodo masivo de la mayoría de actores implicados en el las “políticas verdes” para salvar el planeta.

La pregunta es: ¿por qué los inversores están dando la espalda a las energías verdes? Y otra más: ¿por qué Trump quiere volver a perforar para extraer hidrocarburos? ¿Es que ahora de repente ya no importa la salud del planeta? ¿O es que verdaderamente nunca ha importado? Por supuesto, hay una razón, y esa razón se llama inteligencia artificial (IA).

Ya la reunión de este año del Foro Económico Mundial se celebró bajo el lema "Cooperación en la Era Inteligente"; es decir, que el FEM ha decidido poner nuestro futuro en manos de la IA.

La IA se promociona como algo maravilloso que hará la vida más fácil a las personas, que creará nuevos puestos de trabajo y de la que no hay ningún motivo para preocuparse. Sin embargo, se esconde deliberadamente lo que puede llegar a ser: una amenaza real muy seria para toda la humanidad.

El hecho de que los poderosos tengan tanto interés en impulsarla se debe a que, evidentemente, será un gran negocio para ellos, además de la herramienta perfecta que estaban esperando como agua de mayo para ejercer el control definitivo de toda la humanidad.

Después de promocionar su “Agenda Verde”, en la que se han incorporado toda una serie de energías alternativas para acabar con las emisiones de CO2 a la atmósfera, se han encontrado con que la IA necesita cantidades enormes de energía, que ni los aerogeneradores eólicos ni los paneles solares son de lejos suficientes para abastecer esa demanda.

¿Pero por qué la inteligencia artificial requiere de tanta energía? Pues porque el consumo energético de la IA está relacionado con el procesamiento de datos masivos. Las redes neuronales profundas -una técnica común en la IA- requieren de muchos cálculos matemáticos para realizar sus tareas. Cada uno de estos cálculos se traduce en un gasto energético significativo que, según un estudio de Open AI, ha estado duplicándose cada tres meses desde 2012 y creciendo, obviamente.

Según dicen sus desarrolladores, entrenar modelos de IA puede consumir tanta energía como la que se necesita para alimentar varias viviendas durante un año. A modo de ejemplo, se estima que el entrenamiento del modelo GPT-3 consumió suficiente energía como para mantener iluminado un hogar promedio en EEUU durante 55 años. Entonces, la pregunta es: ¿con este consumo de energía la IA es sostenible? Desde luego que exclusivamente con aerogeneradores y paneles solares no.

La apuesta de la Administración Trump por la IA es prioritaria en su programa de gobierno. Por lo tanto, hará lo que sea necesario para llevar adelante su agenda. Y si la IA necesita cantidades ingentes de energía se las proporcionará, cueste lo que cueste. Ese es el motivo real por el cual la Administración Trump está abandonando, momentáneamente, la “Agenda Verde” de la ONU para volver a energías que no dependan del viento y del Sol exclusivamente.

Evidentemente, una de las alternativas, compatible con el “cambio climático”, es la energía nuclear. Pero como las centrales nucleares no pueden construirse de la noche a la mañana, mientras tanto tendrán que depender de los combustibles fósiles. Lo que es seguro, es que ya inventarán algo para justificar este cambio.

Actualmente el proyecto favorito de la élite es avanzar rápidamente en el desarrollo de la IA. Por lo tanto, si su nueva herramienta de control se ve seriamente amenazada por las fuentes energéticas limpias y sostenibles, que ellos mismos nos venden constantemente, las pondrán momentáneamente en “cuarentena” y acudirán a los tipos de energía convencionales. Entonces ya no les importará que las emisiones de CO2 a la atmósfera calienten el planeta, con tal de no poner en peligro el desarrollo de la IA.

De ahora en adelante, las alianzas climáticas sólo serán implementadas cuando sirvan a sus intereses -por cierto, como han hecho siempre-, lo que constata que nunca les importó la salud del planeta y menos aún la nuestra. Lo único que les interesa es el control absoluto de todos nosotros. Así que si tienen que decir “digo” donde antes dijeron “Diego” lo harán, no te quepa la menor duda. 

NUEVAS ARMAS PARA GUERRAS NO DECLARADAS

Los ejércitos modernos están cada vez más orientados hacia el desarrollo de armas tecnológicas en lugar de las bombas tradicionales. Hoy en ...