Desde que Donald Trump llegó de nuevo a la Casa Blanca se ha producido
un hecho hasta ahora insólito: el éxodo masivo de la mayoría de los actores
implicados en el las “políticas verdes” para salvar el planeta.
La Reserva Federal (FED) ha abandonado la "Red del Sistema
Financiero Verde". El fondo de inversiones mayor del mundo, BlackRock, y
seis de los bancos más importantes de EEUU se han retirado de la alianza
climática “cero emisiones”. El mismísimo Presidente Estadounidense, Donald
Trump, anunció que volverán a los combustibles fósiles; concretamente dijo: “we'll
drill, baby, we'll drill” (“perforaremos, nene, perforaremos”). Incluso la
UE ha rebajado las exigencias medioambientales a las empresas.
Sin embargo, que la mayoría de los financiadores de estas “políticas
verdes” se estén echando atrás no significa que los que se oponen a ellas hayan
ganado la batalla. ¡Nada de eso! No hay más que ver que el “cambio climático”
sigue instalado como parte de un gigantesco modelo de negocio.
Veamos los antecedentes.
A raíz de la película presentada por el político estadounidense, Al
Gore, “Una verdad incómoda”, en la que se pinta un escenario catastrófico
causado por el “calentamiento global” provocado por la actividad humana, la
economía mundial pasó a formar parte de una “Agenda Verde” para supuestamente contribuir
a salvar el planeta.
La orden que recibieron los políticos fue crear la legislación
necesaria para dar paso al mercado de las “tecnologías climáticas” de las
grandes empresas. De hecho, la UE ejerció una enorme presión sobre los países
para que impulsaran esta demanda, promoviendo tecnologías como la energía
eólica y solar en detrimento de la proveniente de los hidrocarburos. Fue de
esta manera como se llegó a instalar mundialmente el término “huella de
carbono”, criminalizando al CO2 para convertirlo en la moneda de
cambio de todas las cosas. De por sí, estamos redistribuyendo de facto la
riqueza mundial a través de la política del “cambio climático”. Y mientras los
políticos siguen haciendo campaña por una mayor sostenibilidad del planeta, los
multimillonarios se están, literalmente, forrando.
Ahora volvamos al principio, al éxodo masivo de la mayoría de actores
implicados en el las “políticas verdes” para salvar el planeta.
La pregunta es: ¿por qué los inversores están dando la espalda a las
energías verdes? Y otra más: ¿por qué Trump quiere volver a perforar para
extraer hidrocarburos? ¿Es que ahora de repente ya no importa la salud del
planeta? ¿O es que verdaderamente nunca ha importado? Por supuesto, hay una
razón, y esa razón se llama inteligencia artificial (IA).
Ya la reunión de este año del Foro Económico Mundial se celebró bajo el
lema "Cooperación en la Era Inteligente"; es decir, que el FEM ha
decidido poner nuestro futuro en manos de la IA.
La IA se promociona como algo maravilloso que hará la vida más fácil a
las personas, que creará nuevos puestos de trabajo y de la que no hay ningún
motivo para preocuparse. Sin embargo, se esconde deliberadamente lo que puede
llegar a ser: una amenaza real muy seria para toda la humanidad.
El hecho de que los poderosos tengan tanto interés en impulsarla se
debe a que, evidentemente, será un gran negocio para ellos, además de la
herramienta perfecta que estaban esperando como agua de mayo para ejercer el
control definitivo de toda la humanidad.
Después de promocionar su “Agenda Verde”, en la que se han incorporado
toda una serie de energías alternativas para acabar con las emisiones de CO2
a la atmósfera, se han encontrado con que la IA necesita cantidades enormes de
energía, que ni los aerogeneradores eólicos ni los paneles solares son de lejos
suficientes para abastecer esa demanda.
¿Pero por qué la inteligencia artificial requiere de tanta energía?
Pues porque el consumo energético de la IA está relacionado con el
procesamiento de datos masivos. Las redes neuronales profundas -una técnica
común en la IA- requieren de muchos cálculos matemáticos para realizar sus
tareas. Cada uno de estos cálculos se traduce en un gasto energético significativo
que, según un estudio de Open AI, ha estado duplicándose cada tres meses desde
2012 y creciendo, obviamente.
Según dicen sus desarrolladores, entrenar modelos de IA puede consumir
tanta energía como la que se necesita para alimentar varias viviendas durante
un año. A modo de ejemplo, se estima que el entrenamiento del modelo GPT-3
consumió suficiente energía como para mantener iluminado un hogar promedio en
EEUU durante 55 años. Entonces, la pregunta es: ¿con este consumo de energía la
IA es sostenible? Desde luego que exclusivamente con aerogeneradores y paneles
solares no.
La apuesta de la Administración Trump por la IA es prioritaria en su
programa de gobierno. Por lo tanto, hará lo que sea necesario para llevar
adelante su agenda. Y si la IA necesita cantidades ingentes de energía se las
proporcionará, cueste lo que cueste. Ese es el motivo real por el cual la Administración
Trump está abandonando, momentáneamente, la “Agenda Verde” de la ONU para
volver a energías que no dependan del viento y del Sol exclusivamente.
Evidentemente, una de las alternativas, compatible con el “cambio
climático”, es la energía nuclear. Pero como las centrales nucleares no pueden
construirse de la noche a la mañana, mientras tanto tendrán que depender de los
combustibles fósiles. Lo que es seguro, es que ya inventarán algo para justificar
este cambio.
Actualmente el proyecto favorito de la élite es avanzar rápidamente en
el desarrollo de la IA. Por lo tanto, si su nueva herramienta de control se ve
seriamente amenazada por las fuentes energéticas limpias y sostenibles, que ellos
mismos nos venden constantemente, las pondrán momentáneamente en “cuarentena” y
acudirán a los tipos de energía convencionales. Entonces ya no les importará
que las emisiones de CO2 a la atmósfera calienten el planeta, con
tal de no poner en peligro el desarrollo de la IA.
De ahora en adelante, las alianzas climáticas sólo serán implementadas cuando sirvan a sus intereses -por cierto, como han hecho siempre-, lo que constata que nunca les importó la salud del planeta y menos aún la nuestra. Lo único que les interesa es el control absoluto de todos nosotros. Así que si tienen que decir “digo” donde antes dijeron “Diego” lo harán, no te quepa la menor duda.
LA CONSIGNA ES: HUNDIR EUROPA POR TIERRA,MAR Y CIELO.
ResponderEliminar1 BILLÓN DE EURAS.
PAZ JUSTA.