30 noviembre 2025

UNIÓN EUROPEA: PROYECTO PILOTO PARA LA GLOBALIZACIÓN

Si en pleno siglo XXI -donde tenemos Internet, teléfonos inteligentes, IA y toda una gama de posibilidades para estar bien informados- todavía no te has dado cuenta de que no pintas nada, deberías hacértelo mirar.

Creer que los políticos están ahí para cuidar de ti, que la democracia es el mejor de los sistemas de gobierno y que tienes libertad para decidir por ti mismo es creer en la trilogía de falacias más insidiosas que haya podido crear el ser humano.

No te ofendas, pero no eres libre. Tienes dueño. Tu dueño te posee. Posee todo lo que existe sobre la faz de la Tierra. Los grandes bancos, las grandes corporaciones, los Estados, los gobiernos, el Congreso, el Senado, los jueces, los fiscales, los ayuntamientos, el ejército, la policía, los medios de comunicación, las universidades, la energía, la sanidad, la ciencia, las tierras de cultivo, las materias primas y todo lo que te rodea es propiedad de tu dueño, incluido tú, por supuesto.

El planeta está en manos de una élite de psicópatas que se cree que tienen un “derecho divino” para hacer del mundo lo que le plazca. Esta élite ha compartimentado la sociedad y creado toda una serie de organizaciones e instituciones con el único propósito de perpetuarse en el poder. Pues bien. Ahora mismo, bajo el impulso de una serie de estúpidas ideologías con supuestos fines humanitarios, está llevando a cabo una agenda para llegar a controlar a toda la humanidad e imponernos lo que ellos llaman un Nuevo Orden Mundial.

Con el paso de los años han ido creando toda una serie de organizaciones (algunas opacas y otras no) con las que ejercer su poder. Estas organizaciones están compuestas en su mayoría por miembros de sociedades secretas (Masones, Rosacruces, Skull & Bones,…). Lo curioso, es que han hecho creer al ciudadano de a pie que son organizaciones filantrópicas sin ánimo de lucro. En definitiva, grupos que se dedican al “bienestar de la humanidad” por altruismo.

Entre estas estructuras de poder -hábilmente camufladas- se encuentran la ONU, el Banco Mundial, el FMI, el Real Instituto de Asuntos Internacionales, el Consejo de Relaciones Exteriores, el Grupo Bilderberg, el Club de Roma, el Comité de los 300, la Comisión Trilateral, el Instituto Tavistock, el FEM, la fundación Bill Gates, la Open Society y un larguísimo etcétera.

Evidentemente, a día de hoy la existencia de estas organizaciones es indiscutible. Otra cosa son sus verdaderas intenciones, ya que, aunque aparentemente se disfracen de humanitarias, en realidad trabajaban única y exclusivamente para instaurar un gobierno mundial.

De entre todas las estructuras de poder creadas por los globalistas destaca una en particular: la Unión Europea (UE).

La UE fue concebida como proyecto piloto donde aplicar todas las ocurrencias globalistas (ideología de género, política climática, agenda verde, migración,…) para, una vez aceptadas por los ciudadanos europeos, ser posteriormente exportadas al resto del mundo y dar así por zanjado, definitivamente, la implantación del Nuevo Orden Mundial.

Cuando se creó la UE todo el mundo pensó que de esa unión iba a salir un Estado más fuerte económicamente y con un régimen de libertades envidiable por el resto del mundo, ya que la supuesta libre circulación de ciudadanos y capitales lo haría posible. Sin embargo, nada de eso ha ocurrido. Al contrario, su economía en recesión está ahogando cada vez más a la clase media, sus idílicas calles son ahora estercoleros y las libertades están siendo pisoteadas día tras día. De hecho, la UE se ha convertido en el yugo opresor de sus propios ciudadanos.

La falsa pandemia del Covid-19 fue utilizada como catalizador para lograr la obediencia absoluta de la población. Después de que la élite comprobara con qué facilidad millones de personas aceptaron las regulaciones más distópicas y dispares, ahora van a por otra de sus prioridades: el control financiero total.

La UE, como laboratorio de pruebas de los globalistas, está creando un nuevo sistema financiero que eliminará el dinero en efectivo, las transacciones privadas, regulará el uso de criptomonedas, acabará con la privacidad financiera e integrará identificadores biométricos, monederos electrónicos, cuentas y pagos en una red de control total integral. La consecuencia de esto será una prisión financiera hecha de regulaciones, bases de datos, algoritmos e identidad digital poniendo fin a la libertad financiera.

Este nuevo programa financiero se ha estado gestando durante años y ahora se ha consolidado mediante leyes y regulaciones.

Pero la UE no solo está creando el sistema de identificación digital y el euro digital, sino un modelo integral de control social.

A partir de enero de 2027 entrará en vigor un paquete de medidas con varios conjuntos de regulaciones dictatoriales que no han sido votadas por los ciudadanos. Evidentemente, estas regulaciones tendrán consecuencias directas en nuestras vidas y no precisamente buenas. La pregunta es: ¿haremos algo al respecto? Me temo que no, ya que nosotros, el “populacho”, nunca hacemos nada.

Cuando hablas con la gente, prácticamente todos desean un cambio. Sin embargo, a la hora de la verdad resulta que nadie quiere cambiar. Esto es debido a que la sociedad tiene una epidemia de “tontos útiles inteligentes”: personas que pueden diseñar un avión o programar un software informático, pero que son incapaces de ver la realidad y, sobre todo, cuestionar lo que no tiene sentido, tal y como vimos durante la falsa pandemia: personas inteligente que sucumbieron al engaño

Después de lo vivido en los últimos cinco años algunos hemos aprendido que ser una persona inteligente no es sinónimo de tener resistencia al control mental, ya que nos educaron (entrenaron) para obedecer, no para pensar. De ahí que personas inteligentes -altamente cualificadas en determinadas materias- no puedan reconocer el engaño, incluso cuando lo tienen delante de sus propias narices.

Sí, la UE es un engaño y el proyecto piloto del globalismo, así que cuanto antes salgamos de ella mejor. La única esperanza que tenemos es que Alemania dé el primer paso y tome la iniciativa. De ser así la UE será un bonito cadáver, no me cabe la menor duda.

¿En qué me baso para decir esto?  Pues en las declaraciones que hizo El coronel Douglas Macgregor (exasesor del jefe del Pentágono), en una entrevista del 19 de noviembre de 2025, donde aseguró que era inevitable que Alemania abandonara la OTAN y la UE.

Macgregor argumentó lo siguiente: “Los globalistas son una reliquia de la Segunda Guerra Mundial. El dicho “La OTAN existe para mantener a los rusos fuera y a los alemanes abajo” ha humillado a los alemanes durante décadas. Ahora se acabó. El próximo gobierno será nacionalista. Posiblemente, no de Alternativa por Alemania (AfD), pero será un gobierno de “Alemania primero”, el cual sacará a Alemania de la UE. Macgregor siguió diciendo: “Alemania ha sido explotada, desindustrializada, inundada de migrantes y criminalizada, y las generaciones más jóvenes ya no quieren eso”.

Esto no sólo está pasando en Alemania, sino en la mayoría de países de la UE. Concretamente, en España han saltado todas las alarmas porque, según una encuesta, el 36% de los españoles está a favor de lo que supuso Franco para España. Pero lo peor no es eso, sino que el 52% de los jóvenes menores de 35 años (que no conocieron la dictadura) perciben a Franco como un dirigente adecuado para el momento convulso actual. De ahí que partidos políticos como VOX o SALF (ultranacionalistas) se estén nutriendo del voto de una pléyade de jóvenes con un futuro incierto en una España desolada por los burócratas de Bruselas.

La pregunta es: ¿Tendrá razón Macgregor? ¿Será posible que Alemania abandone la UE? No sé si será posible, pero si deseable para muchos.

Todos esos políticos que se asombran del avance de los partidos nacionalistas deberían reflexionar y preguntarse si no tendrá que ver con las políticas regulatorias que nos impone la UE. Las ridículas ideologías de género están volviendo imbéciles a nuestros jóvenes que ya no saben lo que son (sólo tienes que ver un programa de “Frist Dates”). La agenda verde -con sus estúpidas regulaciones para salvar el planeta- prohíbe circular a millones de europeos por las ciudades con sus vehículos de combustión. Miles de ganaderos europeos se ven obligados a cerrar sus explotaciones al no poder hacer frente a las draconianas medidas regulatorias de Bruselas. Nuestras ciudades están siendo invadidas por una masa ingente de migrantes irregulares que están ocasionando serios problemas de convivencia. El multiculturalismo impuesto por Bruselas ha cambiado por completo la fisonomía de nuestras ciudades convirtiéndolas en impersonales y caóticas. Y por si todo esto no fuera suficiente, nos amenazan constantemente con una guerra contra Rusia. En fin, que podríamos seguir enumerando hasta mañana una lista interminable de regulaciones y despropósitos que están acabando con lo que fue Europa: la envidia del resto del mundo.

Personalmente, no tengo nada en contra de una Europa unida, pero si esto es lo mejor que la unión puede hacer por nosotros mejor volver a lo de antes, recuperar nuestra soberanía y parar de una vez por todas esta locura globalista. 

20 noviembre 2025

SÍ, EL GOBIERNO NOS ROBA

¿Alguien ha echado la cuenta de lo que pagamos los españoles en impuestos a lo largo de nuestra vida? Pues sí, alguien se ha tomado la molestia y lo ha calculado.

Según el estudio elaborado por el think tank, Civismo, un trabajador español medio, que trabaja desde los 18 hasta los 65 años, paga en impuestos alrededor de 456.500 euros en IRPF, cotizaciones sociales, IVA, impuestos especiales y otros gravámenes a lo largo de su vida laboral. Esto, traducido a términos porcentuales, supone que el trabajador español medio paga el 37,5% de sus ingresos a Hacienda.

Pero la cosa no termina aquí. Durante la jubilación (pongamos que se jubila a los 65 años y vive hasta los 83) paga aun más impuestos que cuando está en activo. Según dicho estudio, un jubilado medio paga 128.700 euros en impuestos durante esos 18 años de jubilación. Esto supone un 15,25% más que añadir al 37,5% que pago durante su periodo de actividad laboral. Por lo tanto, el total de la carga fiscal asciende al 52,75% de sus ingresos, lo que supone una media de 585.200 euros que paga en impuestos durante toda su vida.

La conclusión del estudio es que el contribuyente medio español habrá entregado 27 años de su sueldo íntegro a Hacienda. Esto significa que si empezó a tener ingresos a los 18 años no alcanzará su año de liberación fiscal hasta que cumpla los 45 años de edad, que no es moco de pavo.

Y la pregunta inevitable es: ¿nos compensa dar 27 años de nuestra vida a cambio de lo que recibimos? En mi modesta opinión creo que no.

Ni las mejores infraestructuras ni la mejor sanidad y educación valen 27 años de nuestra vida. Pero ya nos gustaría que nuestros impuestos repercutieran en esos servicios. Sin embargo, la realidad es que el sueldo de esos 27 años nos es robado para ser malgastado en mantener a castas privilegiadas y parásitos de toda índole entre los que se encuentran políticos, militares, policías, banqueros, Estado, ONGs, 17 mini reinos de taifas y toda una pléyade de pesebres diversos. Y esto sin tener en cuenta el peor de todos los impuestos, la inflación.

Según el Instituto Nacional de Estadística, de enero 1.977 a enero 2.017 (40 años) la variación del IPC en España fue del 810,7% (si crees que exagero puedes comprobarlo tú mismo en el enlace que adjunto de la web del INE http://www.ine.es/varipc/index.do). Pues bien. En estos 40 años los salarios y las pensiones unas veces han estado indexados al IPC y otras no. Sin embargo, la pérdida de poder adquisitivo, sobre todo para las rentas más bajas, se ha notado y mucho.

Para que nos hagamos una idea de lo que estamos hablando, en el año 1977 un directivo cobraba unas 92.000 pesetas mensuales (553 €/mes); un peón albañil, unas 20.800 pts./mes (125 €/mes) y el salario mínimo interprofesional estaba en 13.200 pts./mes (79 €/mes). Si en estos 40 años los salarios hubieran subido realmente en la misma proporción que el IPC, es decir un 810,7%, un directivo tendría que cobrar actualmente 448.317 €/mes, un peón albañil 101.337 €/mes y el salario mínimo interprofesional debería estar en 64.045 €/mes que, evidentemente, no se acerca ni por asomo a los salarios actuales. ¿Te das cuenta el vil robo que supone la inflación?

Técnicamente hablando, la inflación se produce cuando hay demasiada demanda para la oferta actual, ya sea porque la demanda está subiendo, la oferta está bajando o ambas cosas. Naturalmente, la inflación es mala para los activos con interés nominal cero, como es el caso del dinero en efectivo no invertido. Así que por mucho que se empeñen los economistas en desmentirlo, la realidad es que la inflación es un robo a mano armada y un impuesto encubierto, donde las personas con rentas más bajas son las más perjudicadas.

Que los ricos defiendan el actual sistema monetario es entendible, pero lo que no entiendo es qué hacemos el resto jugando a este estúpido juego en el que siempre gana la banca.

Malgastar 27 años de nuestra vida en pagar impuestos es la cosa más estúpida y demencial que podemos hacer, ya que estamos colaborando a mantener el estado actual de las cosas. Y no lo dudes: es una extorsión en toda regla.

Por supuesto, la gran mayoría adoctrinada pondrá el grito en el cielo con lo que acabo de decir. Dirá que sin impuestos no tendríamos sanidad, educación, infraestructuras y un larguísimo etcétera. Pues bien. Esta creencia popular, altamente extendida, simplemente no es verdad, pero ese es otro debate.

27 años de sueldo de cada españolito es mucho dinero como para cubrir con creces las necesidades de cada uno de nosotros. Entonces, ¿qué hacen con nuestro dinero? Pues ya te lo digo yo: robarlo, malgastarlo y utilizarlo para mantenernos donde estamos.

Si lo piensas, sólo hay un cáncer en nuestra sociedad culpable de todos los males. Ese cáncer no es otro que el dinero, el cual ha dado lugar a la cleptocrácia: un sistema donde prima el enriquecimiento de unos pocos a expensas del trabajo de muchos. O más concretamente: un sistema creado por un puñado de “tíos listos” para robar a la inmensa mayoría de “tontos”.

Y ahora la pregunta inevitable: ¿Un mundo sin dinero es posible? Pues claro que sí. Pero deshacerse del dinero sería poner el mundo patas arriba, y no es precisamente lo que desean los que lo controlan, que no son otros que los banqueros dueños del sistema monetario y, por ende, del mundo.

Evidentemente, un mundo sin dinero significa eliminar el intercambio monetario; es decir, billetes, monedas, tarjetas o criptomonedas como medio de pago para obtener bienes y servicios. En su lugar la sociedad tendría que organizar la producción, distribución y acceso a los recursos de otra manera.

Hoy en día hay desarrolladas diferentes alternativas como, por ejemplo, la Economía Basada en Recursos (EBR), popularizada por Jacque Fresco y su Proyecto Venus; la Economía Colaborativa (EC), donde las personas contribuyen según sus capacidades y reciben según sus necesidades o la Economía de la Automatización y la Abundancia (EAA), en la que la inteligencia artificial y la robótica cubran todas las necesidades humanas y todos tengan acceso libre a los bienes y servicios básicos. Indudablemente, los dueños del sistema monetario no quieren oír hablar ni por asomo sobre ninguna alternativa a su sistema monetario por razones obvias.

Uno de los argumentos más utilizados para defender el actual sistema monetario, es que en una sociedad global (que no globalizada) avanzada, donde el dinero ya no existiera, ¿qué aliciente tendrían las personas? Pues, ¡menudo problema! Sencillamente, la motivación sería diferente: hoy colaboras en un proyecto de investigación, otro día enseñas música a niños,… simplemente porque te apasiona hacerlo o porque la comunidad lo necesita.

Obviamente, vivir en un mundo sin dinero no sería una utopía mágica, sino el resultado de una magnífica educación cívica y siglos de evolución ética y tecnológica, puesto que no se trata sólo de eliminar el dinero, sino de cambiar la lógica que lo hizo necesario: la escasez, la competencia y el control.

Sin embargo, sea cual sea la alternativa hay una cosa clara: sin dinero este mundo estaría mejor.

¿Te has parado a pensar en los beneficios de la erradicación del dinero?

Sin dinero no habría banqueros ni intermediarios especuladores. Por supuesto, no serían necesarios los políticos, ya que no existirían impuestos. Tampoco tendríamos inflación, derivados financieros, fondos de cobertura y un sinfín de productos tóxicos engañosos. Y lo más importante: no habría ricos ni pobres, así que adiós a las élites adineradas (los “tíos listos”) que tanto daño hacen a la humanidad.

Pero me temo que, de momento, esto que acabo de exponer no es más que una utopía, ya que, por desgracia, lejos de desaparecer el dinero está evolucionando hacia algo completamente diferente a lo que conocemos. Gracias a las nuevas tecnologías se está creando todo un nuevo entramado financiero en el que los bancos centrales lo determinarán todo (ya prácticamente lo hacen). Esta transformación se está llevando a cabo sigilosamente y, como siempre, sin el consentimiento de la gente. Según sus creadores, será un sistema monetario más “seguro” y “estable” y con el mecanismo de control más sofisticado jamás visto.

Obviamente, no hace falta ser muy listo que digamos para darse cuenta de que este nuevo dinero (las CBDC), que se promociona como más seguro y eficiente, es una trampa mortal, ya que se podrá activar y desactivar a voluntad de quien lo controla, además de ser rastreable y programable. Por lo tanto, con el nuevo sistema monetario el gobierno ya no necesitará engañarnos para robarnos. Ahora él tendrá nuestra billetera y sacará de ella el dinero que le plazca y cuando le plazca.

Definitivamente, sí: el gobierno nos roba y nos seguirá robando mientras nosotros lo consintamos.

10 noviembre 2025

LA MIGRACIÓN QUE ESTAMOS PADECIENDO FORMA PARTE DE UN PROYECTO DE LA ONU LLAMADO “PACTO MUNDIAL PARA LA MIGRACIÓN” (PMM)

No, no es que Europa, y en general Occidente, se haya vuelto idiota y esté dejándose invadir por una masa descomunal de extranjeros, sino que cumple con lo establecido en el Pacto de las Naciones Unidas sobre Migración (PMM).

Al igual que la Agenda 2030, el PMM es otro proyecto de la ONU en el que los ciudadanos tampoco hemos tenido ni voz ni voto.

Pero, ¿qué es el Pacto Mundial para la Migración?

Según Naciones Unidas, el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular es un acuerdo intergubernamental, no vinculante jurídicamente, que establece un marco de cooperación para la gestión de la migración internacional. Fue aprobado por los Estados miembros de la ONU en 2018 y consta de 10 principios y 23 objetivos que abordan todas las dimensiones de la migración. Este pacto busca mejorar la cooperación internacional, respetar la soberanía nacional, proteger los derechos humanos de los migrantes y fomentar su contribución al desarrollo sostenible, abordando tanto los factores que impulsan la migración como sus riesgos y vulnerabilidades.

Como siempre, las palabras sobre el papel quedan estupendamente (el papel lo aguanta todo), pero cuando miras a tu alrededor enseguida te das cuenta de que nada de lo que se dice en el PMM tiene que ver con la realidad.

El Pacto Mundial para la Migración (PMM) ha dejado una cosa clara: la migración ya no debe considerarse como algo que se produce esporádicamente, sino algo “normal” y “positivo” que se origina regularmente. De hecho, ahora la migración se define como una realidad deseada que tiene que ser promovida y facilitada, y donde los países receptores deben reestructurar sus estructuras (alojamientos, colegios, mercado laboral, etc.) para no sólo aceptar la migración, sino promoverla activamente.

Está claro que lo que persigue este Pacto no es otra cosa que nos mezclemos todos para unificar el mundo (Nuevo Orden Mundial). Y no digo yo que un mudo unificado sea malo, pero para eso antes tiene que haber más igualdad y respeto por las diferentes culturas, y no lo hay. Evidentemente, sería maravilloso un mundo sin fronteras, sin fanatismos religiosos e ideológicos y sin oligarcas psicóticos, pero hoy por hoy es una utopía.

Antes de nada conviene aclarar que la migración legal, controlada y que se integra en el país de acogida -sea de la raza que sea- siempre es bienvenida y no supone ningún problema, al contrario, es útil y en algunos casos necesaria. Ahora bien, lo que no podemos es aceptar a todo aquel que viene a delinquir, a vivir de subvenciones, a tratar de imponernos su cultura despreciando y atacando la nuestra y a todos los supuestos menores de edad no acompañados que proliferan como setas. Eso por no hablar del creciente y lucrativo negocio de las mafias que trafican con personas.

Por supuesto, a todo aquel que se atreva a criticar el PMM o utilice la afección “migración masiva” se le tildará de supremacista blanco, fascista, racista, xenófobo y otras etiquetas que podrían derivar en “delito de odio” contra los migrantes.

Ahora se entiende mejor por qué Europa está siendo invadida por una masa ingente de migrantes, ¿verdad? Por lo tanto, mientras el PMM esté en vigor la migración no va a parar y seguirá creciendo.

Según Eurostat, estas son las cifras del porcentaje de población extranjera que tiene cada país de Europa actualmente.

El país que más migración ha recibido hasta la fecha es Liechtenstien, donde el 70% de su población es extranjera. Le sigue Luxemburgo con un 51% de extranjeros. A continuación tenemos a Suiza y Malta con un 31%. Luego está Irlanda 23%, Austria 22%, Islandia 21%, Suecia 21 %, Alemania y Bélgica 20%, Chipre 19%, Noruega y España 18%, Países Bajos y Portugal 16%, Eslovenia, Francia y Dinamarca 15%, Croacia 14%, Letonia 13%, Estonia y Grecia 12%, Italia 11%, República Checa 10%, Hungría 7%, Lituania 5%, Eslovaquia 4% y Bulgaria, Rumanía y Polonia 3%.

Ahora bien, hay que matizar que, por ejemplo, Liechtenstien tiene una población total de 40.000 habitantes. Esto supone que si tiene un 70% de migrantes son solamente 28.000 personas extranjeras. Sin embargo, España, con 49 millones de habitantes, tiene una migración de 8,8 millones, de los cuales 800.000 son nacidos en Europa y el resto (8 millones) nacidos fuera de Europa. Nada que ver con Luxembugo, que de sus 637.000 habitantes 343.000 (51%) son extranjeros, de los cuales 221.000 son nacidos en Europa y 122.000 nacidos fuera de Europa.

Indudablemente, no es lo mismo recibir una migración procedente de la misma cultura que recibir una migración de otras culturas diferentes a la del país anfitrión. En este sentido, las consecuencias en la vida cotidiana pueden derivar en más inseguridad y violencia por el encontronazo de dos culturas antagónicas, que terminan generando tensiones entre autóctonos y migrantes.

El “buenismo” migratorio que predican los políticos nada tiene que ver con la realidad, y lo saben. Ese “buenismo” –que no lo es- poco a poco está fomentando un sentimiento de odio entre las diferentes culturas. Los enfrentamientos entre migrantes y autóctonos son ahora habituales en casi todos los países europeos, donde los ataques con armas, las violaciones en grupo o las peleas están a la orden del día. Tal es así, que incluso ya hay barrios enteros en ciudades de países como Francia o Reino Unido, donde un ciudadano autóctono no puede entrar porque los migrantes lo consideran como su territorio. Y claro está, si te quejas o lo denuncias eres tú el que acabas siendo etiquetado de xenófobo, racista o fascista.

Tanto hablar de democracia y resulta que nunca se preguntó a la población si apoyaba esta política migratoria. Simplemente se está implementando, sin que la ciudadanía sepa que es un plan diseñado por la ONU para invadir sus países. El resultado: el relevo poblacional se está llevando a cabo a una velocidad de vértigo, haciendo a Europa más inculta e insegura.

Pero lejos de vislumbrar un final, con cada nueva ola de migración la situación empeora. Sin embargo, para los políticos y los medios de comunicación paniaguados la vida es de color rosa. Y es que el papel que desempeñan los grandes medios de comunicación es crucial para llevar a buen puerto este plan. Los debates en este sentido son inexistentes, censurados, obstaculizados o difamados. El mensaje que transmiten es claro: “La migración es conveniente e inevitable”. Todo lo demás se descarta como discurso de odio.

Los datos de Eurostat muestran la mayor transformación silenciosa en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. En Alemania, Reino Unido o Francia está creciendo una sociedad paralela. En Europa occidental la población autóctona se está convirtiendo en minoritaria en cada vez más ciudades. Y si alguien se resiste al PMM, como es el caso de algunos países del Este, reciben sanciones y ataques periódicos de Bruselas.

Pero las cosas nunca son lo que parecen. Aquí sólo hay una realidad: tanto la derecha como la izquierda están a favor del PMM de Naciones Unidas. Porque, ¿alguien ha oído alguna vez a la patronal quejarse de la migración ilegal? No ¿verdad? ¿Y qué pasa con la izquierda? La política de la izquierda era desarrollar a todos los países para que nadie tuviera que emigrar, sin embargo, se ha aliado con lo peorcito de la humanidad -los neonazis globalistas- convirtiéndose en traficante de esclavos para servírselos en bandeja a la patronal. ¡Surrealista! ¿Verdad? Pues no, no lo es, es parte del PLAN de Naciones Unidas para avanzar en su Nuevo Orden Mundial.

Luego está la hipocresía de todos aquellos que se sienten moralmente superiores para dar lecciones de humanidad a los demás. Y es que no es ningún secreto que los migrantes son constantemente explotados. Está explotación, amén de ser ejercida sistemáticamente por la patronal, ahora también la ejercen los ciudadanos de a pie. Porque, ¿quién no tiene una asistenta marroquí o un jardinero colombiano a su servicio por ese precio? El pretexto de que los migrantes están haciendo el trabajo que los españoles no quieren hacer no es del todo cierto. Evidentemente, no quieren hacerlo por el salario que cobra un migrante, pero por un sueldo decente claro que lo harían.

Resumiendo, los que están fomentando la migración masiva son los globalistas para imponernos su Nuevo Orden Mundial. Por cierto, lo mismo que hacen los 53 líderes mundiales reunidos en Belén (Brasil) para salvar al planeta del “cambio climático”. ¿Han ido allí en bicicleta? Evidentemente no, han ido en aviones que, según ellos, emiten gases de efecto invernadero, como el CO2, además de otros gases y partículas que contribuyen al “calentamiento del planeta” y a la contaminación del aire. Eso por no hablar de los cruceros súper contaminantes fletados para el alojamiento de los cerca de 50.000 participantes en la COP30. Así que mientras hablan de imponernos restricciones al resto del mundo, para reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera, ellos se pasan esas restricciones por el arco del triunfo. Ya sabes: “Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago”.

¿Hasta cuándo vamos a seguir tragando tanta estulticia? 

INTELIGENCIA ARTIFICIAL: UN MONSTRUO CREADO PARA CULMINAR LA TOMA DE CONTROL DE LA HUMANIDAD

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