10 octubre 2025

UN MUNDO PERMANENTEMENTE EN GUERRA

Llamar a esto civilización es un oxímoron; vamos, lo mismo que decir que tiene usted un cáncer saludable.

Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial los conflictos armados se han estado reproduciendo a lo largo y ancho de todo el planeta. Actualmente existen al menos 56 conflictos armados activos en el mundo, lo que representa la cifra más alta desde la Segunda Guerra Mundial. Estos conflictos varían en intensidad e incluyen guerras mayores como las de Ucrania, gaza y Sudán, pero también otras menos visibles que involucran a varios países. 

Según Naciones Unidas -que fue creada precisamente para evitar guerras- el mundo vive actualmente una nueva era de conflictos armados y violencia extrema -con cada vez más países expuestos- donde los conflictos entre grupos dentro de un mismo territorio son más usuales que entre Estados.

A continuación echemos un vistazo a las principales guerras activas en todo el planeta, de acuerdo con la información recopilada y facilitada por el Consejo de Relaciones exteriores (CFR).

En total son 28 los principales países con conflictos armados: 4 en América, 8 en África, 15 en Asia y 1 en Europa.

Se trata de guerras ente Estados como la de Ucrania-Rusia, y guerras civiles como la de Yemen, en las que facciones definidas cuentan con el apoyo de diferentes Estados que trasciende sus fronteras. Sin embargo, no se han tenido en cuenta las luchas internas, las situaciones de inestabilidad política extremas ni las llamadas guerras contra las drogas o grupos criminales.

Paradójicamente, el mundo occidental sólo está poniendo el foco de atención en dos conflictos: Gaza-Israel y Ucrania-Rusia, ignorando todos los demás.

El conflicto entre Rusia y Ucrania, iniciado en 2014 con la anexión de Crimea por parte de Rusia y la formación de las repúblicas de Donetsk y Luhansk, tiene su origen en la propia creación de la República Socialista de Ucrania: un Estado plurinacional, con graves problemas de convivencia desde el momento en que el Estado ucraniano no supo encontrar la forma de acomodar a la minoría rusa que habita en su territorio. Evidentemente, este conflicto está siendo utilizado por la UE y EEUU por intereses puramente egoístas y nada tiene que ver con la ayuda al “pobrecito” pueblo ucraniano que, como siempre, es ignorado y masacrado.

Pero el conflicto que más tinta está consumiendo, más manifestaciones en todo el mundo está provocando y más odio hacia Israel está generando es el de Gaza. Sin entrar a valorar ahora la masacre de Israel en Gaza, que lo es, recordemos cómo comenzó.

El 7 de octubre de 2023 militantes de Hamás y de la Yihad Islámica atacaron desde Gaza bases militares y ciudades del sur de Israel. En el ataque murieron unas 1.200 personas, de las que al menos 845 eran civiles, y más de 5.000 resultaron heridas. Los militantes también tomaron como rehenes a unos 250 israelíes y ciudadanos de otros países. A partir de ahí, Israel decidió que no pararía hasta acabar definitivamente con Hamás.

El conflicto de Israel con Palestina se remonta a 1917, cuando el Gobierno Británico expresó su apoyo al establecimiento de un Estado judío permanente en Palestina mediante la “Declaración de Balfour”, que reconocía el derecho de los judíos a reconstruir su antigua patria en Palestina. Esta declaración fue refrendada por la Sociedad de Naciones (predecesora de lo que hoy conocemos como la ONU). Después de la Segunda Guerra Mundial, en 1947, fue cuando se creó el Estado de Israel. Posteriormente se firmo el Plan de Partición que dividía el territorio en una parte judía y otra palestina. Pero el bando árabe consideraba injusto el Plan de Partición, ya que creían que los sionistas no tenían ningún derecho sobre la tierra. Como la creación del Estado de Israel no cayó bien en la región, para mayo de 1948 las fuerzas de Egipto, Siria, Jordania, Iraq y Líbano invaden el territorio, dando lugar a la primera de una serie de guerras árabe-israelíes en las que Israel va anexionándose más y más territorio.

La violencia en Medio Oriente ha sido un constante a pesar de los intentos de paz entre israelíes y palestinos, en la que las acusaciones y ataques de un lado y de otro se repiten frecuentemente.

¿Pero por qué ahora Occidente -aliado histórico de Israel- se pone del lado de Palestina, un pueblo gobernado por, según Occidente, una banda terrorista como Hamás? Partiendo de la base que soy el primero en querer parar esa guerra y todas las demás -cosa que ya debería haber hecho la ONU, que para eso está-, hay algo que apesta en toda esta historia. No sé, pero me da que alguien está moviendo los hilos para provocar una confrontación mayor.

Lo de la flotilla con ayuda humanitaria no fue más que la provocación necesaria para dar paso a lo que estamos viendo: manifestaciones por todo el mundo y el reconocimiento por parte de países antes inimaginables del Estado de Palestina. ¿Y qué consecuencias puede traer esto? Evidentemente, una polarización del mundo en dos bandos irreconciliables.

Seamos serios. Unas manifestaciones coordinadas y repartidas por todo el planeta no se organizan de la noche a la mañana espontáneamente. Eso por no hablar de lo que cuesta mantener 44 embarcaciones durante un mes. Evidentemente, alguien lo ha tenido que financiar, y no son precisamente las personas embarcadas.

Por otra parte, Rusia no juega a mandar drones a diario para provocar a la OTAN. Entones, ¿qué está pasando? ¿Quién está empeñado en un conflicto a escala global? La respuesta es bastante obvia: los globalistas, evidentemente, que son los que llevan diciendo desde hace décadas que necesitan deshacerse del viejo mundo para dar paso a uno nuevo.

Los acontecimientos recientes ponen de manifiesto como Rusia-BRICS y Occidente-OTAN se han embarcado en una carrera armamentística sin parangón desde la Segunda Guerra Mundial. Tanto Europa, como EEUU, China y Rusia están aumentando a un ritmo acelerado la producción de armas en cantidad suficiente para un nuevo conflicto global. ¿Y qué excusa utilizarán? ¿Una operación de falsa bandera en Europa del Este? ¿O un nuevo conflicto más sangriento en Oriente Medio?

Estados Unidos está considerando seriamente enviar misiles de crucero Tomahawk de largo alcance a Ucrania. El Pentágono está pidiendo a las empresas que producen misiles para el ejército estadounidense que dupliquen, triplique o incluso cuadripliquen sus tasas de producción. Según dijo a Fox News, Keith Kellogg (Enviado especial de los Estados Unidos para Ucrania y Rusia), el presidente Trump ha dado permiso a Ucrania para realizar ataques con misiles de largo alcance en el interior del territorio ruso. Dinamarca llama de repente a cientos de reservistas. En Francia y Alemania se ha dado instrucciones a los hospitales para que se preparen para acoger a un gran número de víctimas en 2026. Y por si no fueran suficientes indicios de que algo se está cociendo, las fuerzas de la OTAN en el Mar Báltico están en máxima alerta.

Si cada uno de los elementos citados son ciertamente preocupantes, cuando los juntas todos se obtiene un panorama realmente muy alarmante.

Por cierto, ¿te acuerdas del Kit de supervivencia de la UE del que todos nos reímos? Bueno, pues ahora parece cobrar sentido.

¿Necesitas más pruebas para ser consciente de que algo gordo se está cociendo?

Sí, algo está pasando. Todo parece indicar que los psicópatas dueños del mundo están desarrollando literalmente un escenario de pesadilla ante nuestros ojos. La pregunta es: ¿vamos a permitir por tercera vez algo así? Y la más importante: ¿podemos hacer algo para evitarlo?

Si verdaderamente hubiera conciencia de la fuerza que tenemos nosotros, el “populacho”, la cosa podría ser muy distinta. Se trata de que en el mundo no haya soldaditos (o sea, nosotros, el “populacho”) dispuestos a luchar en guerras que ni les va ni les viene. Porque sin soldaditos (sin nosotros) no hay guerra que valga. Que luchen ellos: los Trump, Netanyahu, Macron, Sánchez, Putin, Zelensky y compañía. O sus jefes: Bill Gates, George Soros,.. O los jefes de sus jefes: Rothschild, Rockefeller, Warburg,….

En fin. ¡Pero qué cosas se me ocurren!

P.D. Aunque a la hora de publicar este artículo Israel y Hamás han firmado un primer acuerdo de paz, que incluye la liberación de rehenes y presos palestinos, no creo que sea el final definitivo del conflicto entre Israel y Palestina, que lleva enquistado desde su origen y no parece tener solución. 

30 septiembre 2025

LA DESTRUCCIÓN DE LOS ESTADOS-NACIÓN Y LA IMPLEMENTACIÓN A TODOS LOS NIVELES DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL DARÁN PASO A UNA DICTADURA MUNDIAL PERFECTA

La humanidad se encuentra actualmente en una encrucijada: debe decidir entre libertad o esclavitud.

Durante los últimos 100 años, los dueños del mundo han construido una red de control supranacional. Esta red es tan real como la vida misma y no es discutible. Porque no se trata de ninguna teoría de la conspiración, sino de una red de instituciones y organizaciones concretas, bien estructuradas, que están convirtiendo a los Estados-Nación en marionetas manejadas por grupos de poder financieros, grandes corporaciones y estructuras de gestión tecnocráticas.

Todo ese cuento de que vivimos en naciones independientes que toman sus propias decisiones soberanas es, en realidad, una representación circense, cuyo guion se escribe en los consejos de administración de las grandes corporaciones y think tank correspondientes, antes siquiera de que los actores políticos hayan llegado a tomar posesión de su cargo. El engaño es de tal envergadura, que incluso muchos políticos no son conscientes de ello.

Los dueños del mundo están actuando para destruir los Estados-Nación sin que apenas nos demos cuenta. Su desestabilización se está llevando a cabo desde dentro. ¿Y cómo?, te preguntarás. Muy fácil: cambiando la cultura de la nación mediante la integración de otras culturas provenientes de la inmigración masiva y, sobre todo, en las aulas con la educación; o sea, el adoctrinamiento.

Los niños en las aulas son ahora bombardeados con historias ridículas sobre lo malos que fueron nuestros antepasados. Por lo tanto, las próximas generaciones de adultos se sentirán culpables por su herencia histórica. Y, claro está, si alguien se siente avergonzado de su pasado no va a mover un solo dedo por salvar algo de lo que se avergüenza.

Luego, con la nueva ideología de género -esa que dice que el género de las personas es una construcción social y cultural y no viene determinado por el sexo biológico- se está fomentando el enfrentamiento constante entre las personas. Ya sabes, la tan manida estrategia “divide y vencerás” que tan buenos resultados históricamente le ha dado al poder. De esta manera se evita cualquier unidad futura del pueblo, por eso de que “el pueblo unido jamás será vencido”.

Del mismo modo, atacar constantemente la realidad, haciendo creer a los niños que pueden cambiar de sexo cuando les plazca y sentirse cisgénero, agénero, género fluido, intergénero, pangénero, no binario, transgénero y así hasta 105 géneros más, es la jugada perfecta para crear la confusión total sobre quiénes son realmente, y si no saben quiénes son es tremendamente sencillo manipularlos y conducirlos en la dirección deseada.

Otra manera de acabar con los Estados-Nación es a través de políticas para el empobrecimiento de su población. De ahí que se destruyan centrales térmicas, se cierren centrales nucleares y se fomenten las “energías renovables” más caras e ineficientes. Por supuesto, como no podría ser de otra manera, también están tocando las cosas del comer: se pone palos en las ruedas al sector primario, haciendo que la producción de alimentos sea insostenible con la consiguiente subida constante de los precios.

Si a todo esto le sumamos que el móvil nos han vuelto verdaderamente idiotas, su objetivo de conseguir una dictadura perfecta -esa que es amada y consentida por el propio pueblo- está a un paso de ser real. Sólo les queda implementar la IA a todos los niveles y su régimen totalitario a escala mundial será una realidad.

Evidentemente, la clave para llevar a cabo todo esto está en el miedo. La gente nunca ha tenido tanto miedo a todas esas ficticias crisis sistémicas (económicas, sanitarias, climáticas, etc.). Esto hace que esté permanentemente en estado de shock, y una persona en ese estado no piensa, por lo tanto, ha sido muy fácil convencerla de que la IA es el remedio a todos sus males. Pero no es así.

La IA no está al servicio de la humanidad como nos quieren hacer creer, sino que pretende reemplazarnos lentamente con nuestro consentimiento. Se ha consolidado como la herramienta ideal para cerebros perezosos, dando paso al colapso del pensamiento. Esto está permitiendo a las mentes vacías fingir albergar algo de talento sin tener que hacer el más mínimo esfuerzo.

Bajo la apariencia de progreso, estamos asistiendo a una resignación colectiva de la inteligencia, que está siendo sustituida por máquinas y algoritmos. Donde antes era necesario estudiar, esforzarse, digerir y entender para poder llevar a cabo cualquier actividad intelectual, ya no. Ahora la IA te ofrece todo tipo de contenidos prefabricados listos para copiar, pegar y usar. Ya no pensamos, copiamos. Ya no creamos, asumimos. Pero lo más triste de todo es que a esto le llamamos evolución y progreso.

Personalmente, creo que la cosa es tan trágica como evidente. Hoy en día la mayoría de escritores, músicos, diseñadores, arquitectos,… e incluso “científicos”, dependen de la IA para desarrollar su trabajo. Por consiguiente, se han convertido en falsificadores e impostores. Pero lo que no saben es que en el pecado llevarán su penitencia: desaparecerán, no me cabe la menor duda.

La IA es el espejo del mundo moderno de hoy: un engañabobos. Seduce y fascina a las mentes holgazanas por su capacidad de imitar formas del pensamiento, pero ni piensa ni crea ni cuestiona nada, sólo compila. Es, simplemente, un engaño informático, nada más. De hecho, nunca estará al servicio de la humanidad y sólo será una herramienta para erradicar el empleo, extremar la vigilancia y llevar a cabo el control absoluto de la humanidad. Pero por muy inteligente que sea nunca podrá alcanzar lo que nos hace humanos.

Sin embargo, esa IA sí podría llevarnos a una dictadura perfecta. Con la llegada del chip Jetson Thor T5-1000 de NVIDIA (líder mundial en IA), la automatización masiva de empleos, la distopía transhumanista del FEM, las identificaciones digitales, las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC) y el control absoluto de la humanidad serán una realidad antes de lo que nos imaginamos.

Es evidentemente que la automatización del 70-80% de los empleos impulsará la despoblación (tan necesaria para el Nuevo Orden Mundial), ya que a medida que los humanos se vuelvan económicamente obsoletos no tendrá ningún sentido mantenerlos.

Estamos asistiendo en riguroso directo a la implantación definitiva del sistema de control más sofisticado de la historia de la humanidad. Ese control dará paso a una dictadura perfecta, donde la sociedad amará la tecnología que garantizará su opresión y anulará su capacidad de pensar (esto ya está pasando). Verdaderamente la gente no es consciente de lo que le espera. Pero, como decía mi abuelo, “el tonto del pueblo siempre es el más feliz y el último en enterarse”. 

20 septiembre 2025

LA MEDIOCRIDAD HA HECHO DE LA NUESTRA UNA SOCIEDAD IMBÉCIL

Es innegable que las élites dominantes están terminando de confeccionar su plan para esclavizar, controlar y dominar a toda la humanidad. Y aunque parezca una paradoja, una pieza fundamental de este plan es la exaltación de la mediocridad.

Hay un hecho incuestionable: las personas mediocres son a todas luces incapaces de reconocer su propia incompetencia. Evidentemente, esto conduce a que esas personas tengan una autoestima desproporcionada. O lo que es lo mismo: sobreestiman sus capacidades y subestiman las capacidades, conocimientos y habilidades de las personas realmente competentes.

Personajes tan estúpidos como Donald Trump (mister aranceles), Pedro Sánchez (mentiroso compulsivo e “inclusivo”) o Nicolás Maduro (alias “el frases”: “el Sol es rojo porque está a favor de la revolución”) no han llegado al poder por su extraordinaria inteligencia, sino porque su estupidez hace que se comporten como si no tuvieran ninguna duda. Sin embargo, esto no ocurre con las personas inteligentes, dado que la inteligencia no solo aporta lucidez, sino también duda. De hecho, las personas inteligentes suelen reflexionar profundamente y analizar todos los pormenores de cada situación, llegándose a cuestionar incluso ellas mismas. Por eso la mayoría de las personas inteligentes se alejan del poder, lo que nos ha llevado a esta situación: los inteligentes piensan mientras que los estúpidos actúan.

La reflexión necesita silencio, escuchar despacio y tiempo; algo que escasea hoy en día. Sin embargo, abunda la cultura del ruido y de lo inmediato; una cultura que todo lo oye pero que ni escucha ni piensa.

La estupidez de los líderes políticos no es casual, sino una estrategia del poder. El “populacho” ignorante no quiere líderes inteligentes o genios porque no les comprende, prefiere líderes mediocres; gente como ellos. Además, el “populacho” sólo anhela seguridad, lo demás se la trae al pairo.

Hoy en día no hay ámbito libre de mediocridad. Políticos, académicos, economistas, juristas e incluso los llamados intelectuales hacen gala de su mediocridad. Lo que triunfa en estos tiempos son los argumentos peregrinos dirigidos a retrasados mentales. Y les funciona, vaya si les funciona. Sólo tienes que recordar las consignas dadas durante la falsa pandemia o los estúpidos argumentos para demonizar el C02. Porque ya no importa la verdad, sólo importa el relato único de la última ideología de moda como, por ejemplo, el “wokismo”.

Actualmente la mediocridad es una epidemia. Ni siquiera la cultura se libra de esta plaga. Salvo raras excepciones, pintura, literatura, teatro, cine o cualquier otra forma de expresión artística se ha dejado llevar por esta corriente. El arte siempre fue crítica y belleza, pero ya no, ahora es ordinario y sólo repite como un mantra toda esa parafernalia ideológica de moda del siglo XXI.

La mediocridad se ha extendido de tal manera, que ahora las clases altas y bajas disfrutan con los mismos contenidos. Y no es que hayan desaparecido las clases sociales o que las clases bajas hayan dado un salto cultural cualitativo, sino al contrario, son las clases altas las que se han vuelto mediocres, pues así lo exige el guión del Nuevo Orden Mundial.

En la actualidad, si se quiere triunfar no se debe destacar, pues eso fomenta la ira y la envidia del mediocre. Esta nueva “cultura” de la mediocridad nos quiere a todos iguales (por abajo, naturalmente). Pero no sólo iguales ante la ley o en derechos y obligaciones, sino iguales en todos los sentidos: igual de listo o de tonto que otro, igual de hermoso o de feo que otro o igual de fuerte o enclenque que otro. En definitiva, que nadie destaque sobre el resto.

La mediocridad es una bendición para el verdadero poder. Una persona mediocre no actúa por su cuenta, por lo tanto, no incordia. Tampoco contradice la opinión de los demás, por lo tanto, no se enfrenta a nada ni a nadie. Y lo más importante, no enjuicia, por lo tanto, obedece y calla. Ese es el verdadero motivo por el que el poder está utilizando la estrategia de la mediocridad: todos iguales de idiotas, salvo los verdaderos dueños del mundo, naturalmente.

Como no podía ser de otra manera, toda esta igualdad se está plasmando en leyes y más leyes para evitar que ningún ciudadano destaque.

La mediocridad como forma de poder es un fenómeno social y político cada vez con más auge. Se ejerce a través de la burocracia y las normas, ya que suele apoyarse en procedimientos, reglamentos y formalismos para bloquear la iniciativa de los más brillantes. Y es que la mediocridad teme al talento, por eso desacredita y aísla a los competentes, para que no brillen. Frases como “así se ha hecho siempre”, “ya está todo inventado” o “no compliques las cosas” sirven para frenar a los innovadores.

Pero lo más increíble es ver cómo se ha implantado la mediocridad en la clase política. Un líder político mediocre raramente actúa solo, sino que se rodea de iguales. Crea una red de apoyo basada en la lealtad y la camaradería (obviamente huye del talento). Su poder radica en ser parte de esa masa de mediocres que no quiere grandes cambios y se conforma con poco. Al mostrase “normalito”, no genera envidia, y eso le permite permanecer en posiciones de influencia y de poder más tiempo que alguien que sí la genera por su brillantez. Por lo tanto, la mediocridad es la cualidad más importante que busca la élite a la hora de elegir a un político lacayo.

El político mediocre suele presentarse como “uno más”; alguien común y corriente al alcance de todos. Esa postura le ayuda a ganarse la simpatía de los demás mediocres, afianzarse en el poder y resistir el mayor tiempo posible. Sorprendentemente, esto llega a ser increíblemente eficaz en sociedades poco exigentes, como estamos hartos de ver en nuestras democracias occidentales.

La clase dominante ha utilizado la estrategia de la mediocridad para hacer de la nuestra una sociedad imbécil. Sabe que la mediocridad organizada puede ser más poderosa que cualquier otra alternativa del talento. De hecho, un mediocre aislado rara vez destaca, pero cuando la mediocridad se convierte en norma e invade todos los ámbitos de la sociedad logra bloquear a los brillantes.

Evidentemente, este imperio de la mediocridad es una fábrica de ignorantes. Antes un ignorante sentía vergüenza de su ignorancia. Ahora no, ahora hace gala de ella. Le han convencido de que pensar, leer o adquirir conocimientos es perder el tiempo, ya que todo está en el móvil. Y se lo ha creído.

Resumiendo. El poder ha construido un imperio de mediocres. Este imperio está frenando, desgastando y desplazando a los brillantes. Así, mientras los brillantes se desmoralizan y tiran la toalla, el imperio de la mediocridad avanza a pasos agigantados, afianzando cada vez más la sociedad imbécil en la que vivimos. 

10 septiembre 2025

NO LO DUDES: HABRÁ UN GOBIERNO MUNDIAL TOTALITARIO

Existen dos grandes peligros para el futuro inmediato de la humanidad: uno, la amenaza de una guerra biológica o nuclear, y, dos, la cada vez más cercana posibilidad de la imposición de un único gobierno mundial totalitario. La clave está en que muchos de los que se ven amenazados por lo primero creen que la solución está en lo segundo.

Por otro lado, “expertos” en la materia están advirtiendo de que el avance descontrolado de la tecnología puede llevar al Armagedón de la sociedad. Esto puede dar lugar a que la mayoría de la población ignorante, miedosa y obediente acepte que sólo un gobierno mundial sería capaz de evitarlo.

Y aquí lo tenemos, parece que todos los caminos conducen a Roma: a la aceptación de un único gobierno mundial extraordinariamente totalitario. 

La mayoría de nuestros políticos ya están vinculados a los “think tanks” dedicados a este fin. Estos “think tanks” se han infiltrado en los gobiernos de todo el mundo. De hecho, existe todo un entramado de maquinaciones criminales a través de políticos corruptos, pseudocientíficos estafadores, manipuladores financieros y otras alimañas, que copan las instituciones más poderosas. Sus tentáculos llegan a todas partes: política, finanzas, educación, sanidad, cultura, entretenimiento,..

Países como EEUU o la UE se están convirtiendo ya en una dictadura consentida -similar a la que describe Aldous Huxley en su libro “Un mundo feliz”-, donde el grado de sometimiento de la población es actualmente muy superior al de cualquier régimen totalitario del siglo pasado.

La ignorancia de la gente al respecto es de tal calado, que es ella misma la que se está autoimponiendo una dictadura digital. Si recuerdas, ya lo hicieron durante la falsa pandemia, cuando mostraban orgullosos sus pasaportes de vacunas al entrar en un restaurante o coger un avión. Su nivel de obediencia fue brutal, llegando a rozar el servilismo más ruin. Pues bien, la identificación digital y las CBDC harán que no tardando mucho esto sea una realidad.

Otra constatación de que vivimos una dictadura consentida es que ya no existe la libertad de expresión. Hoy en día todos los medios de comunicación están comprados y responden a un único esquema informativo. Salvo algunas excepciones, ya no existe la libre opinión y las líneas editoriales son las mismas para todos. Y, por supuesto, los informativos ya no dan información, sino que se limitan a trasmitir una visión sesgada de la realidad, acorde a los postulados de la ideología dominante que los sustenta.

También se está dando la cultura del chivatazo, de la acusación y la demonización (lo vimos durante la falsa pandemia). Para ello han dividido a la sociedad en dos bandos: buenos y malos. Evidentemente, los buenos son aquellos ciudadanos sumisos y obedientes a los requerimientos del poder, y, los malos, todos aquellos que manifiestan algún tipo de disconformidad, o simplemente no manifiestan públicamente su adhesión a la ideología dominante.

En los últimos tiempos, la tecnocracia va ganando peso y tiene a los gobiernos secuestrados. Después de un sinfín de crisis fantasmas, ahora nos quieren convencer de que lo que está en juego es la propia sostenibilidad del planeta. Según ellos, la crisis climática exige nuevos mecanismos de gobernanza, expuestos en su famosa Agenda 2030 que, por cierto, nadie ha votado. Y es que son de la opinión de que no es conveniente que el “populacho” ignorante decida sobre cuestiones de gran calado (en eso llevan parte de razón).

Sin embargo, no hace falta ser un conspiranoico para ver que dicha Agenda es a todas luces un manual de control totalitario. En ella se especifica el ideario del futuro gobierno mundial, cuya nueva política de protección del clima se transformará en un sistema de control absolutista.

Que la derecha –no toda- esté en gran medida de acuerdo con esto es entendible, pero resulta curioso que buena parte de la izquierda no sólo mantenga una actitud complaciente con los propósitos tecnocráticos y totalitarios de las élites globalistas, sino que es la mayor impulsora de esta agenda. En definitiva, está apoyando todo aquello que hasta ahora repudiaba. ¡Increíble! ¿Verdad? Aunque no es tan increíble, sino la constatación de que tanto la derecha como la izquierda son dos inventos del poder para dividir y manejar a su antojo al “populacho”.

Las familias más poderosas del mundo llevan décadas desarrollando la infraestructura necesaria para que la maquinaria de esclavización y control de la humanidad sea una realidad. Están gastando miles de millones de dólares en hacerse con el dominio de los medios de comunicación para tener el control de la información. También están desarrollando tecnologías increíblemente potentes para penetrar en la mente de la gente. Poseen, además, los recursos económicos, tecnológicos y armamentísticos suficientes para realizar toda clase de operaciones -legales o ilegales- sin que nadie pueda hacer nada para evitarlo.

El poder global del dinero es una realidad innegable y está conformado por los multimillonarios y magnates que realmente gobiernan el mundo. No existe gobierno que esté por encima de ellos. Dirigen y controlan poderosísimas organizaciones como el Club Bilderberg, la Trilateral, el CFR, el Instituto Tavistok, el Club de Roma, el FEM, el BPI o El FMI. Son la élite que decide qué gobierno hay que derrocar, qué guerra ejecutar, qué país desestabilizar, qué atentado cometer, qué crisis económica desatar o qué pandemia inventar.

Pues bien. Esta gente está empeñada en llevar a buen puerto su plan de implantar un Nuevo Orden Mundial, donde sólo haya un único gobierno totalitario, una única moneda, una única religión y un único pensamiento.

Si no lo crees, deberías tirar de hemeroteca para verificar lo que el banquero Seigmund Warburg anunció en el Senado de EEUU: “Guste o no guste, tendremos un gobierno mundial. La cuestión es si se logrará mediante consentimiento o por imposición”.

Está claro que lo peor de esta sociedad no son los psicópatas miserables que dominan el mundo, sino los estúpidos que son legión. ¿Crees que esta inmensa mayoría de estúpidos ignorantes, que tragaron con carros y carretas durante la falsa pandemia, van a poner alguna objeción a un único gobierno mundial totalitario? Me temo que sólo los ingenuos creen que hay alguna posibilidad, pero no la hay.

Da igual que escribamos miles de artículos, que nos manifestemos o que, incluso, nos sublevemos. Todo seguirá igual, como lleva siendo igual desde hace miles de años. El poder siempre ha sido y será el poder y no hay manera de revocarlo. Lo único que hemos hecho hasta ahora es cambiar un poder por otro, nada más. Entonces, ¿cómo podemos siquiera imaginar que ahora va a ser distinto? 

30 agosto 2025

UNA SOCIEDAD QUE CONSIENTE Y AMA SU ESCLAVITUD NO MERECE NINGÚN RESPETO

Este sistema lo tiene todo atado y bien atado. Empieza en la escuela: la fábrica moderna de esclavos diseñada para anular nuestra personalidad y fomentar la obediencia. En ella somos programados para repetir y aprender todo aquello que el sistema nos tiene preparado.

Desde el momento en que tenemos capacidad para asimilar conocimientos aprendemos las primeras lecciones. La más importante de ellas es que el tiempo no nos pertenece y que necesitamos pedir permiso para todo. Esta primera lección ya se lleva aprendida de casa a la escuela, donde se continúa con el adoctrinamiento. Por cierto, a esto se le llama educación.

Todos nacemos -salvo algunas excepciones- con nuestras propias inquietudes y un talento extraordinario. Sin embargo, esto al sistema se la trae al pairo, pues su objetivo es el de convertirnos en “hombre masa”. Y si osamos revelarnos, seremos castigados. Porque un niño que piensa diferente y que quiere hacer cosas diferentes es un peligro para el sistema; vamos, un rebelde de toda la vida. Y, claro está, un niño así puede llegar a cuestionar a sus educadores, o, lo que es aún peor, algún día cuestionar el sistema. Por eso nos enseñan que repetir y obedecer es triunfar, salirse de lo establecido es fracasar y soñar es perder el tiempo.

Este sistema no necesita que todos seamos genios, artistas o emprendedores, sino, mayoritariamente, una masa de borregos ignorantes sumisos y obedientes que no se cuestionen nada y dediquen toda su vida a trabajar para el amo. Esto es, en esencia, lo que nos enseñan para convertirnos en buenos ciudadanos que trabajan, votan, pagan impuestos y callan.

El 20% de la población mundial es analfabeta y realiza los trabajos más duros y peor remunerados. Otro 76,3% tiene estudios básicos, algún tipo de formación profesional o no tiene estudios, y suelen ocupar puestos no cualificados como vendedores, camareros, etc. Sólo el 3.7% restante tiene estudios superiores. Sin embargo, estos últimos tampoco escapan al sistema. Después de los primeros 20-24 años de domesticación -tanto en la escuela como en la universidad- adquieren un título universitario. ¡Enhorabuena! Ya están listos para entrar a formar parte de la “élite” del mercado laboral. ¿Qué significa eso? Pues que a partir de ahora van a cambiar su tiempo -ocho horas al día, cinco días a la semana, durante cuarenta años de su vida- por unos emolumentos pecuniarios. ¿Qué? O sea, ¿lo mismo que los que no tienen título universitario? Así es. Como incentivo, todos tendrán cuatro semanas al año de vacaciones. Luego, al final de sus días, cuando ya no puedan ni con su alma, recibirán una mísera pensión y vivirán asustados y atiborrándose de pastillas esperando la muerte.

En resumen, pasamos media vida preparándonos para pasar la otra media cumpliendo exactamente con nuestra función de esclavos. Porque no sé si a esto se le puede llamar libertad, ya que lo único que hacemos es ser una pieza más del engranaje de la cadena del sistema. Porque si a alguien se le ocurre salirse de esta cadena, inmediatamente se le considera una pieza defectuosa y es corregida o eliminada.

Es curioso observar cómo la mayoría de la población está convencida de que somos libres. Pues no, no lo somos, tenemos dueño. Desde el mismo momento de nacer somos inscritos en el Registro Civil y a partir de entonces tenemos dueño: ahora ya necesitamos permiso para todo. Luego, nos ponen un nombre y nos asignan un número (el de nuestro Documento Nacional de Identidad) que certifican nuestra esclavitud para el resto de nuestra vida.

Constantemente oímos hablar de elecciones libres, libre mercado, pensamiento libre, libre albedrío, etc. Sin embargo, el concepto de libertad hace mucho tiempo que fue prostituido y hábilmente moldeado para adecuarse a los intereses de los que ostentan el poder. Por cierto, la libertad no es eso que vivimos de una manera equivocada: una máscara que oculta precisamente todo lo contrario.

Nuestras “democracias” nos venden que vivimos en una sociedad libre, pero, ¿realmente cuánta libertad tenemos? Prácticamente ninguna. Sólo somos libres consumidores estandarizados, nada más. La única libertad que tenemos es la de elegir entre la oferta que se nos presenta, el resto nos está vetado. De hecho, en nuestras “democracias” no tenemos otra opción que no sea la partitocracia.

Otro de los grandes errores es creer que somos más libres que nunca porque tenemos nuevos adelantos como un Smartphone, Internet o un automóvil. Pensamos que esas cosas nos proporcionan libertad para elegir qué hacer, qué pensar o dónde ir. Pero no es así, ya que el Smartphone no nos proporciona libertad, al contrario, nos engancha y terminamos siendo totalmente dependientes de él. ¿Y qué decir de Internet? Internet se está comiendo nuestras neuronas a bocados. Respecto al automóvil, aunque bien es verdad que nos ha facilitado la movilidad, estamos absolutamente supeditados a él y ha hecho inhabitables nuestras ciudades.

La esclavitud moderna es muy sutil. Los esclavos de ahora ya no necesitamos un negrero con el látigo detrás de nosotros. Ese negrero ha sido sustituido por la tecnología. El llamado progreso tecnológico, con la IA a la cabeza, nos está explotando, esclavizando y controlando como nunca antes. ¿De verdad a esto le podemos llamar libertad?

Hoy en día el poder dispone de múltiples herramientas y plataformas para saturar los sentidos de la gente y hacerle creer cosas tan surrealistas como que una persona que dice no identificarse con ningún género sea clasificada de persona “agénero no binaria”. Estas poderosas técnicas de propaganda han demostrado ser extraordinariamente eficaces a la hora de manipular a las masas y lograr que obedezcan, acaten las órdenes y amen su esclavitud consentida (siento volver a incidir en ello, pero ya lo vimos durante la falsa pandemia).

La sociedad actual sufre un vacío intelectual de tal envergadura, que la ignorancia y estupidez generalizada han sustituido a la cordura. Este vacío intelectual ha propiciado que unos gobernantes mediocres -a las órdenes de los psicópatas dueños del mundo- controlen absolutamente todo sobre nuestras vidas. Sin embargo, somos nosotros, única y exclusivamente nosotros los que permitimos que esto sea así; no hay excusa que valga. Porque una sociedad que consiente y ama su esclavitud es una sociedad degenerada que no merece ningún respeto. Y eso es precisamente lo que hacen nuestros gobernantes, no tenernos el menor respeto. 

20 agosto 2025

UN MUNDO DE LOCOS PARA LOCOS

No hace falta ser ninguna lumbrera para darse cuenta de que este es un mundo perverso, genocida y esclavo de su propia locura.

La nuestra es una sociedad profundamente enferma. Está integrada por unos locos empeñados en hacerse la vida imposible. Todos esos conceptos, como derechos humanos, democracia, libertad, igualdad o sostenibilidad, son sólo palabras que, en realidad, carecen de sentido. Porque, ¿cómo se puede hablar de derechos humanos viendo el genocidio de Gaza? O, ¿cómo creer en la democracia, la libertad, la igualdad o la sostenibilidad con la que está cayendo?

Si el mundo está dirigido por psicópatas no es de extrañar que nos hayamos convertido todos en psicópatas. El llamado “progreso” ha hecho de nosotros unos seres egoístas, insípidos e insulsos, que sólo estamos interesados en un sinfín de gilipolleces a las que damos una importancia desmesurada. Me refiero a cosas como vivir casi exclusivamente para ganar dinero, ya que se supone que el dinero te lo da todo: una gran casa en un barrio exclusivo, artículos de lujo y poder consumir los mejores productos del mercado. Y lo hacemos, fundamentalmente, para impresionar a todo aquel que tenemos a nuestro alrededor, ya que si tienes dinero eres admirado y envidiado.

Luego, claro está, necesitamos toda una parafernalia de “logros sociales” como títulos académicos, pedigrí social y ocupar el puesto más elevado en el escalafón social y profesional. Obviamente, esto va intrínsecamente unido a un físico impresionante con el que cautivar a nuestros semejantes, ya que con dinero puedes tener el físico que quieras.

Bueno, pues esto es, más o menos, lo que todo mortal ansía en esta vida, ya que el manicomio en que vivimos dice que en esto consiste el “éxito”.

Evidentemente, si todos tuviéramos “éxito” no sé quién iba a limpiar las calles, recoger la basura o arriesgar su vida en una mina. Pues para eso se creó la “desilusión”, para cubrir esos puestos. Si no podemos alcanzar estas metas nos desilusionamos y tendemos a sentirnos mal con nosotros mismos. Esto implica un estado de fracaso y frustración -que solemos ahogar atiborrarnos de alcohol, drogas o entretenimientos banales como, por ejemplo, el fútbol- que hace que aceptemos de buen grado estar en el escalón más bajo de la escala social.

Pero tanto si somos de los que tienen “éxito” como de los que no, nuestra vida es limitada y tarde o temprano moriremos. Y lo que la gente parece ignorar, es que todos vinimos a este mundo sin nada y nos iremos de él sin nada. Por lo tanto, este juego de recompensas materiales es totalmente absurdo.

Desde nuestro nacimiento hemos sido criados y educados en este irracional juego de recompensas materiales y egos desmesurados. Nuestros padres ya fueron adoctrinados es este sentido e hicieron lo propio con nosotros. Y todo para impresionar a nuestros semejantes que, por cierto, tienden a hacer lo mismo al haber sufrido también el correspondiente lavado de cerebro.

Pero llevar una vida plena, dependiendo de lo que esperan de nosotros los demás, es improbable, en el mejor de los casos, o directamente imposible.

La sociedad ha caído en la locura. De hecho, muchas de las personas que han conseguido el “éxito” se sienten vacías y no son felices. Así que si realmente queremos vivir una vida diferente tendremos que empezar por hacer cosas diferentes.

En primer lugar deberíamos desaprender todo lo aprendido sobre este juego de recompensas y egos. Posteriormente, dejar de lado las normas que hemos seguido hasta ahora -ideadas por locos psicópatas- y adoptar las nuestras.

Somos nosotros los únicos que debemos definir nuestros propios valores e ideales. Olvidemos las ideologías, que sólo sirven para dividirnos, y fomentemos el respeto. Debemos encontrar nuestra propia verdad. El mero hecho de estar vivos, disfrutando de la belleza de este impresionante planeta azul, es mejor que cualquier cosa que el juego de las recompensas y egos pueda ofrecernos.

No sé que más necesitamos para darnos cuenta de que el sistema ha fracasado estrepitosamente. Es un sistema que esta poco a poco destruyendo nuestro entorno y a nosotros mismos. Un sistema donde la manera de hacer las cosas no funciona, y las formas que tratan de corregir los errores son aún peores. Así que deberíamos probar algo nuevo de verdad.

Evidentemente, el cambio no vendrá del estatus quo: todos sus cambios siempre han ido a peor. El mundo no mejorará mientras la humanidad siga haciendo lo mismo y no cambie sus hábitos. Si insiste en hacer las mismas cosas, una y otra vez, todos los intentos de cambio serán fallidos, como hasta ahora. Hemos de desviarnos radicalmente de los patrones que nos han traído hasta aquí, de lo contrario nuestra supervivencia en el planeta no está asegurada. Porque una cosa es clara: de seguir viviendo bajo las reglas de los locos lunáticos que gobiernan el mundo seguiremos en caída libre.

Desde que aparecieron los medios de comunicación audiovisuales el mundo se ha convertido en un manicomio. Día tras día estos medios difunden sin descanso el lado más oscuro y trágico de la vida. Las imágenes y relatos que despliegan, amén de ser sesgados, manipulados y en muchos casos mentira, son de lo más desalentador. Esto induce a la gente a la desesperanza y a la frustración. Por lo tanto, es absolutamente necesario alejarse para siempre de los medios de comunicación. Si lo hacemos, descubriremos que esa sensación de ansiedad y desasosiego permanente se ve aliviada inmediatamente. Y es que el ser humano no fue diseñado para mirar una puta pantalla desde que se levanta hasta que se acuesta.

Si nos fijamos, a nuestro alrededor no vemos psicópatas, terroristas, ladrones y asesinos por doquier. Lo que vemos es gente corriente bastante solidaria, amable y humanamente aceptable. Son personas que lo único que desean es vivir en paz y armonía con sus semejantes. Sin embargo, estas personas no siempre son afables. Lo que les hace comportarse a veces como verdaderos psicópatas es la injusta distribución de la riqueza, que hace que personas intrínsecamente buenas se conviertan en carroñeros antisociales en su lucha por conseguir el vil metal para poder subsistir. Son precisamente estas distorsiones del comportamiento humano las que los medios de comunicación se encargan de difundir a todas horas, para mantener nuestra atención centrada en el lado oscuro de la vida, dando origen a este mundo de locos para locos.

¿Cuándo vamos a ser conscientes de que este sistema está manipulado de principio a fin para proteger y favorecer a la élite dominante? Porque, ¡señores! No sé si se han dado cuenta, pero la élite dominante es el sistema. 

10 agosto 2025

EL LUCRATIVO NEGOCIO ARNm Y ALGO MÁS

Cinco años después de la aparición del Covid-19, ningún organismo oficial quiere investigar en profundidad qué fue realmente la falsa pandemia. A lo sumo, dan una explicación pueril de lo sucedido para acallar bocas, y aquí paz y después gloria.

Sin embargo, para cualquier persona mínimamente inteligente, observadora y que investigue un poco, la respuesta es bastante sencilla: el objetivo de todo esto fue probar una nueva técnica pionera llamada ARNm y, de paso, realizar el mayor experimento de ingeniería social en la historia de la humanidad.

Como todo el mundo sabe, esto empezó a finales del año 2019 en Wuhan, China. No vamos a tratar aquí el origen de la falsa pandemia, si fue en un mercado o una fuga en un laboratorio de armas químicas de Wuhan. Tampoco si el SarsCov-2 realmente existió o fue un invento para la ocasión. De lo que vamos a hablar es de las llamadas “vacunas” de ARNm que, en definitiva, fueron el verdadero objetivo de todo esto.

Es evidente que la industria farmacéutica no podía dejar pasar esta oportunidad (casual o provocada) para probar su nueva tecnología ARNm. Esta nueva tecnología llevaba más de 20 años de investigación y nunca había obtenido la aprobación regulatoria de las autoridades sanitarias. Pero con la falsa pandemia se pudo eludir el aparato regulatorio, además de esquivar todas las sanciones e indemnizaciones en caso de provocar demasiados efectos secundarios.

Una de las claves del experimento era evitar que la inmunidad natural arruinara la posibilidad de que fueran las “vacunas” de ARNm las que se llevaran todos los honores de terminar con la falsa pandemia. De ahí que se prohibieran terapias alternativas (ivermectina, hidroxicloroquina,..) a los protocolos dictados por la OMS. Y es que lo último que querían los planificadores de la falsa pandemia era una cura que no fuera a través del ARNm. Había que actuar con rapidez antes de que la falsa pandemia desapareciera. Es por esa razón que hubo que ir dando largas, incrementando una ola tras otra, para seguir manteniendo el miedo, los confinamientos, la distancia de seguridad, la mascarilla, etc. Porque, ¿cómo inocular una vacuna a la población mundial si la enfermedad desaparece por la respuesta del sistema inmunológico? Si eso ocurriera, la vacuna sería superflua y las compañías farmacéuticas perderían miles de millones de dólares. Y lo más importante, desaprovecharían la oportunidad de su vida de “demostrar las maravillas” de su nueva tecnología ARNm.

Ahora todo encaja. Por eso mantuvieron igualmente aislados a los jóvenes, cancelando toda actividad académica, para evitar en lo posible la inmunidad de rebaño de toda la vida. 

Los medios de comunicación fueron una pieza fundamental para prolongar la falsa pandemia hasta que tuvieran lista la nueva tecnología ARNm. De ahí todas esas consignas: “aplanar la curva”, “todos juntos saldremos de esta”, “lo importante es salvar vidas”, etc.

Sin embargo, lo de salvar vidas no era el objetivo, ya que es bastante obvio que los confinamientos, la distancia de seguridad o las mascarillas fueron más perjudiciales para la salud que el propio “virus”: no se puede recuperar la salud cuando la población está aterrorizada y hundida en la depresión. Es tan evidente que sobra explicarlo.

Si bien las “vacunas” de ARNm fueron dadas a conocer mundialmente durante la falsa pandemia del Covid-19, el verdadero objetivo de las farmacéuticas es aplicar esta tecnología a otras muchas enfermedades, sobre todo al cáncer.

Según las estadísticas, hoy en día el cáncer es la segunda causa de muerte después de las enfermedades coronarias. Y he aquí que las farmacéuticas ya están anunciando que tienen desarrollada una nueva “vacuna” de ARNm contra el cáncer.

Hasta la fecha, los planificadores de la falsa pandemia siguen sin ser sometidos a una investigación que aclare la verdad. Y mientras eso no se produzca, nunca sabremos si su plan fracasó o, por el contrario, fue todo un éxito. Lo que sí han conseguido -consciente o inconscientemente- es que una parte importante de la población haya perdido la confianza en todas las instituciones, empezando por el gobierno.

Por supuesto, hubo otros actores involucrados que se forraron durante la falsa pandemia: las grandes tecnológicas, los medios de comunicación, las compañías de entretenimiento audiovisual, el comercio on-line, etc. También el FEM aprovechó la oportunidad para dar un empujón a su Gran Reinicio y el Partido Comunista Chino la utilizó para instaurar su régimen de vigilancia total.

En definitiva, todo el episodio se convirtió en la estafa más grande de la historia. Pero, ¡cuidado! Es un modelo que esperan repetir, una y otra vez, hasta conseguir su objetivo: la imposición de su Nuevo Orden Mundial. 

Que el mundo cada día está más dividido es un hecho. Sin embargo, todo lo que estamos viendo (desastres, pandemias, crisis económicas, atentados de falsa bandera, enfrentamientos derecha vs izquierda, inmigrantes vs autóctonos y un largo etcétera) no es más que un desorden provocado para conseguir implantar su Nuevo Orden Mundial. Ya sabes, “Ordo ab chao”: el lema masónico que significa “orden a partir del caos”.

El objetivo final es someter a los ciudadanos a una única autoridad mundial. Para ello se está llevando a cabo una campaña propagandística muy sutil en todos los medios de manipulación (televisión, cine, redes sociales, etc.).

¿Te has dado cuenta de que todo lo que sale en los medios de manipulación es catastrófico? Y es catastrófico, porque su objetivo no es otro que el de preparar a la población para la llegada del caos. Y cuando el caos empiece a ser insoportable, será el pistoletazo de salida para hacerse definitivamente con el control del mundo bajo el liderazgo de la ONU (según sus planes, esto pretenden hacerlo en aproximadamente una década).

Evidentemente, las “vacunas” ARNm, además de ser un gran negocio para las farmacéuticas, forman parte de este plan. El objetivo es establecer la tecnología ARNm para todo tipo de enfermedades. Para eso se reunieron en Seúl, el 19 de junio de 2025, más de 180 “expertos” de todo el mundo en el Foro Global de Vacunas IVI 2025, donde, entre otras cosas, hablaron de implementar terapias genéticas diseñadas por IA, que serán autorizadas rápidamente sin siquiera ser probadas.

Dicho esto, la pregunta obligada es: ¿qué se oculta detrás de la tecnología ARNm para que los sátrapas de siempre -hartos de decir que el planeta está superpoblado- tengan tanto interés en implementarla globalmente? 

30 julio 2025

LEY E IDEOLOGÍA: DOS HERRAMIENTAS IMPRESCINDIBLES PARA EJERCER EL PODER

Debido a la propaganda machacona que recibimos a diario de los medios de comunicación sobre el “calentamiento global”, muchas personas creen que todo lo que está haciendo nuestro gobierno (incluido las medidas más antipopulares) está más que justificado en aras a salvar el planeta.

Este blog ha repetido, por activa y por pasiva, que el planeta no necesita ser salvado. Por lo tanto, eso de la “descarbonización” de la economía dentro de nuestras fronteras, para ser “neutra climáticamente” en el año 2050, es pura demagogia y verborrea barata dirigida a imbéciles profundos.

Lo que está haciendo nuestro gobierno -y la mayoría de gobiernos en todo el mundo- nada tiene que ver con salvar el planeta, sino con encarcelarnos e irnos eliminando poco a poco (Gran Bretaña acaba de votar a favor de poder abortar hasta el momento del parto y también despenalizar la muerte asistida).

Respecto al encarcelamiento, será un encarcelamiento consentido -en una prisión digital- donde los movimientos, pensamientos y sentimientos estarán totalmente restringidos, prohibidos o dirigidos. Por supuesto, todo se hará con la excusa de salvar el planeta.

Intentar explicarle esto a la gente es como hacerle creer en la existencia de los marcianos. No se lo cree. Y no se lo cree, porque es tan distópico que chirría demasiado. De hecho, la gente no puede creer que sea su propio gobierno el que le esté haciendo esto. Sin embargo, la realidad está ahí, delante de nuestras narices, para todo aquel que no tenga demasiadas telarañas acumuladas en el cerebro.

Como todos los años, llegó el verano y empiezan a anunciar las famosas olas de calor. Antes el calor significaba piscina, playa y cerveza fresquita en el chiringuito de turno, pero ya no. Ahora, el Sol y el CO2 -que sustentan la vida en el planeta- son nuestros enemigos. Es patético. Pero hay que sembrar el pánico, ¿no? De hecho, el Ministerio de Sanidad ha elaborado una guía, que ha repartido entre los medios de comunicación, dando instrucciones sobre lo que se tiene que decir respecto al calor. En definitiva, una manera muy sutil de asustar a la gente para que acepte nuevas medidas restrictivas, aumento de impuestos y la eliminación de cualquier forma de libertad.

Prácticamente todos los países del mundo están colaborando con esta agenda, que empezó en 1992 con la famosa conferencia de la “Cumbre de la Tierra” celebrada en Río de Janeiro. Posteriormente, se ha ido concretando con la aparición de la Agenda 2021 y la Agenda 2030. Pero lo que le dio el impulso definitivo fue la falsa pandemia del Covid-19, donde a raíz de entonces el mundo cambió radicalmente hacia la sumisión total.

España, además de ser el país de la UE donde se aplicaron con más saña las aberrantes medidas Covid-19, también es actualmente el mayor impulsor de la “agenda verde”. De hecho, aprobó su primera ley para combatir el “cambio climático”, con el apoyo de la mayoría del Congreso, el 13 de mayo de 2021. La, por entonces, cuarta Vicepresidenta del Gobierno y Ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, dijo: “Es una ley que el país necesita y que se había postergado demasiado tiempo. Hay amenazas y riesgos que no distinguen colores políticos, pero sí que se ceban en los más vulnerables: nuestra generación tiene la gran obligación de afrontar el cambio climático”.

Y lo que son las cosas. Como se hace siempre en estos casos, esta señora fue recompensada por lo “aportado a la causa”, y, el día 1 de diciembre de 2024, fue nombrada Vicepresidenta Primera y Comisaria de Competencia de la Comisión Europea, cargo que ocupa en la actualidad.

Veamos qué supone esa ley para los españoles.

La ley recoge recortar paulatinamente las emisiones de CO2. Eso significa que poco a poco se irá prohibiendo la quema de combustibles fósiles y las explotaciones ganaderas (por eso de que los pedos de las vacas interfieren en el clima) entre otras cosas.

También se pretende acabar con las fuentes de energía que no sean renovables: se espera que en poco menos de 30 años el total de la electricidad sea generado con fuentes renovables (cuidado con esto, porque conviene recordar que las renovables no son la panacea al tema energético, como quedó demostrado en el apagón del 28 de abril de 2025).

Está ley pone fecha (año 2040) al fin de la venta de automóviles de gasolina y diesel (baratos y eficientes) y sólo se venderán eléctricos (caros e ineficientes). También se prohibirá la búsqueda y explotación de hidrocarburos y uranio dentro de nuestro territorio.

Evidentemente, la aplicación de esta ley acarreará un sinfín de daños colaterales como, por ejemplo, la destrucción de ecosistemas para implantar fuentes de energía renovables (aerogeneradores, placas fotovoltaicas, etc.).

No caigamos otra vez en el engaño. Ni salvar el planeta ni gaitas. El único propósito de esta ley es ir implementando poco a poco todas esas nuevas medidas de control: ciudades 15 minutos, vigilancia masiva, nuevo sistema monetario CBDC, regulación de viajes, prohibición de cultivar tus propios alimentos, etc.

Como no podía ser de otra manera, necesitan amedrentar a la gente para que acepte cualquier sacrificio en aras a salvar el planeta. Por eso nuestro Presidente de Gobierno no para de repetir que el “cambio climático” mata, al igual que el Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, se pasa el día diciendo que estamos en una “ebullición climática”.

A parte de la ley, también están utilizando otra herramienta: la nueva ideología climática, que se está introduciendo poco a poco en la mente de la gente. Y es que el mundo de las ideologías es tremendamente eficiente a la hora de conducir a una población como si fuera un rebaño de ovejas modorras (puedes leer mi artículo al respecto  “atrapados en una red de estúpidas ideologías.html”).

¿Cuándo nos vamos a dar cuenta de que las ideologías no son otra cosa que la manipulación de las emociones de los pobres? O dicho de otro modo: la forma de organizar colectivamente la ignorancia de la gente. De hecho, si la política sirve para organizar y administrar un Estado, las ideologías contribuyen básicamente a controlar emocionalmente la ignorancia colectiva de la gente de dicho Estado.

¿Te has parado a pensar que los ricos no tienen ideología? Los ricos lo que tienen es dinero, y en este sistema corrupto quien tiene el dinero tiene el poder. Este modelo lleva funcionando miles de años y, a menos que una mayoría suficiente se dé cuenta y tenga la valentía de reaccionar, no va a cambiar. 

20 julio 2025

EL GOBIERNO DE JUAN PALOMO: “YO ME LO GUISO, YO ME LO COMO”

La mayoría de españoles se sorprendería si supiera que nuestro ordenamiento jurídico no define con claridad qué requisitos debe cumplir un “Estado Democrático de Derecho”, por lo tanto, todas nuestras leyes no pueden regirse por ese Estado Democrático de Derecho.

Un Estado Democrático de Derecho es, digámoslo así, un sistema basado en el sufragio universal, la separación de poderes y la rendición de cuentas del Gobierno ante el Parlamento. Sin embargo, en España no se cumple ninguna: el sufragio universal es un fraude, la separación de poderes no existe y el Gobierno gobierna mayoritariamente a base de decretazos.

El artículo 1.1 de la Constitución Española dice: “España se constituye en un Estado Social y Democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. Por cierto, todo mentira.

La Constitución Española, como casi todas las constituciones del mundo, fue redactada laxamente para permitir a cada partido político que la interprete y acomode a su gusto cuando llegue al gobierno.

Todas las leyes aprobadas por el Parlamento Español son, de hecho, nulas de pleno derecho, dado que han sido aprobadas irregularmente por disciplina de voto. Y es que los mismos políticos son tan ignorantes, que no saben que así lo dice la propia Constitución.

El artículo 67.2 de la Constitución Española establece que “los miembros de las Cortes Generales no estarán ligados por mandato imperativo”, lo que conlleva a que los diputados y senadores deben actuar libremente y no obedecer ningún mandato por parte de nadie. Por lo tanto, todas las leyes que se hayan aprobado por disciplina de voto (que son todas) son ilegales y nulas.

Como todos sabemos, los diputados son elegidos en las urnas en una lista cerrada elaborada por el jefe del partido. Y cuando estos diputados votan en el Parlamento, no lo hacen libremente en función de sus compromisos con los votantes o de sus principios y valores, sino que votan lo que les ordena su jefe. Por lo tanto, toda ley que haya sido aprobada mediante la disciplina de voto queda nula de pleno derecho, ya que vulnera el artículo 67.2 de la Constitución Española, como acabo de exponer.

Pero la piedra angular de cualquier Estado Democrático de Derecho es la separación de poderes, y en España esto no se da. De hecho, la UE lleva más de una década advirtiéndonos de ello y amenazando (eso sí, con la boca pequeña) con tomar medidas. De por sí, la separación de poderes ni siquiera está contemplada en la Constitución. Y aunque muchos “expertos” dicen que está implícita en los artículos que delimitan los poderes del Legislativo, Ejecutivo y Judicial, lo cierto es que estas afirmaciones hacen aguas por los cuatro costados.

Aquí la única realidad es que, una vez que el ciudadano ha ejercido su derecho a voto, es el Legislativo (Congreso y Senado) quien elige, directa o indirectamente, tanto al Ejecutivo como al Judicial (el 100% del poder Ejecutivo y el 100% de las máximas autoridades del Judicial son elegidas por el Legislativo). Esto supone la acumulación de todo el poder en un partido político (mejor dicho, en el jefe de ese partido político, que suele ser el Presidente del Gobierno) incurriendo en un gravísimo conflicto de intereses. 

Y aquí lo tenemos: un clásico Juan Palomo, “yo me lo guiso, yo me lo como”. Así que, diputados y senadores harán con nosotros lo que les venga en gana: freírnos a impuestos, malgastar y robar el dinero público, etc. Y en el caso de ser pillados infraganti, con las manos en la masa, si no les cubre su aforamiento sacarán de la chistera nuevas leyes que les protegerán.

Lamentablemente, nuestros representantes son tan catetos e ignorantes como nosotros. Por lo tanto, tampoco conocen -ni quieren conocer- nuestro ordenamiento jurídico. Lo único que les interesa es la remuneración monetaria del cargo y los privilegios que conlleva, nada más. Y los que son perfectamente conocedores de la inexistencia de la separación de poderes, fingirán que todo está bien, no vaya a ser que el “populacho” se dé cuenta de que esto no es una democracia y exija que se desmonte el chiringuito.

En España, nuestro actual marco constitucional impide la autonomía del poder judicial. Y, ¿por qué? pues para asegurarse de que no exista la igualdad de todas las personas ante la ley, cosa a la que siempre hacen referencia nuestros políticos, pero que sin la separación de poderes es imposible garantizar.

En resumen, una mayoría parlamentaria, a las órdenes de un dictador (Presidente del Gobierno, del color que sea) controla el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial. Pero lo peor de todo, es que este dictador es una simple marioneta a las órdenes del poder global del dinero: trabaja para ellos, no para nosotros.

Después de ver lo que está pasando en España (inmigración ilegal masiva, destrucción del sector primario, desmantelamiento del tejido industrial, subida constante de impuestos, concesiones a los separatistas, etc.), yo me pregunto: ¿habrán recibido nuestros políticos la orden de destruir España? Si no es así, no sé entonces a que viene lo que dijo Arnaldo Otegi (político de la izquierda abertzale vinculado a ETA): “Para que algún día España sea roja, republicana y laica, esa España tendrá que estar anteriormente rota”.

Dicho esto, todo parece indicar que esta partitocracia no parará hasta hacer añicos el país. El esperpéntico espectáculo en el Congreso de los Diputados, del día 9 de julio de 2025, lo dejó meridianamente claro: estamos en manos de personas corruptas, mentirosas, rencorosas y maliciosas. Estas personas lo único que están haciendo es atizar el odio entre las dos Españas de la dictadura franquista, que ellos mismos siguen empeñados en mantener (ya sabes, el divide y vencerás que tan bien les funciona). Porque, ¡señores! Recordemos que Pedro Sánchez no es exclusivamente el Presidente de sus votantes, es el Presidente de todos los españoles. Por lo tanto, tiene el deber de respetar a todos por igual, y dejar de insultar a aquellos que no le han votado tratándoles de fascistas o ultra derechistas. Y lo mismo hace la oposición, tachando de rojos de mierda o vendedores de patrias a todos aquellos que no le votan.

Seamos inteligentes por una vez en nuestra vida. Un país debería gestionarse lo mismo que una empresa. Y si nosotros somos los accionistas de esa empresa; es decir, los dueños, deberíamos poner al mando a las mejores cabezas del país. Y si no dan la talla o no son honestos, fulminarlos de inmediato.

Definitivamente, este país nunca tuvo una democracia, sino una partitocracia derivada a una autocracia. Y mientras la gente no entienda esto, seguirá votando, elección tras elección, a los gatos negros, a los gatos blancos o a los gatos pardos, sin darse cuenta de que nosotros somos ratones. ¿No te has parado a pensar qué hacemos ratones votando a gatos? Pues deberías hacerlo. 

UN MUNDO PERMANENTEMENTE EN GUERRA

Llamar a esto civilización es un oxímoron; vamos, lo mismo que decir que tiene usted un cáncer saludable. Desde el fin de la Segunda Guerr...