La
“singularidad” de la que tanto habla el Foro Económico Mundial (FEM)
generalmente se refiere a un concepto relacionado con el avance exponencial de
la tecnología, especialmente en el contexto de la inteligencia artificial (IA)
y la automatización. Este término es utilizado para describir un punto en el
futuro (no tan lejano) donde el progreso tecnológico avanzará tan rápido y tan
profundamente que cambiará radicalmente la civilización humana.
Pero,
¿qué significa la “singularidad” tecnológicamente hablando?
La
“singularidad” se basa en la idea de que la tecnología, especialmente en campos
como la computación, la IA, y la biotecnología, está avanzando a un ritmo vertiginoso.
Esto significa que los cambios (a mejor o a peor) de todo lo relacionado con
nuestras vidas están sucediendo muy rápidamente.
Uno
de los elementos centrales de la “singularidad” es el desarrollo de una inteligencia
artificial general (IAG), que es una IA que puede realizar cualquier tarea
cognitiva humana. Se espera que una IAG pueda mejorar y rediseñarse a sí misma,
lo que llevaría a una inteligencia que superaría con creces la capacidad humana.
Evidentemente,
la llegada de la “singularidad” tendrá un impacto transformador en la sociedad.
Esto incluye cambios radicales en la economía, el empleo, la ética, la moral y,
en general, un cambio radical en el estilo de vida humano.
Si
bien es verdad que las nuevas tecnologías avanzadas podrán resolver problemas
complejos como enfermedades, hambre, desigualdades sociales, etc., también plantean
riesgos significativos como la deshumanización, la pérdida del libre albedrío
y, por supuesto, que estas tecnologías sean utilizadas para conseguir el
control absoluto y la esclavitud total de la humanidad.
Este
tema, que es de vital importancia para todo el planeta, sin embargo, no está
siendo objeto de debate en ningún foro que represente a toda la humanidad. Sólo
algunos privilegiados futuristas y tecnólogos lo discuten como, por ejemplo,
Ray Kurzweil, defensor de la idea de que la “singularidad” llegará en las
próximas décadas, en contradicción con otros más escépticos que señalan que los
desafíos y riesgos éticos, sociales y técnicos impedirán que se alcance una
verdadera “singularidad”.
Hablemos
entonces de Ray Kurzweil.
Ray
Kurzweil (ingeniero de inteligencia artificial de Google) escribió el libro
titulado “La singularidad está cerca: cuando los humanos transcienden la biología”.
El él describe el futuro que han imaginado para nosotros los tecnócratas de
Silicon Valley: la fusión de los humanos con la Inteligencia Artificial (IA).
En
su libro, Ray Kurzweil dice que se espera que la IA supere a la inteligencia
humana colectiva en cualquier momento (según él, más o menos para 2029). También
afirma que en el sector de la biotecnología se hará cargo de todos los ensayos
farmacéuticos, que reemplazará a los médicos y automatizará los trabajos. En
definitiva, Kurzweil enumera todas las formas en que el ser humano será
reemplazado. Lo que traducido al román palidino significa que los nanobots en
nuestro cerebro se encargarán de que la frase de Klaus Schwab “no tendrás nada
y serás feliz” sea una realidad.
Este
libro, publicado en 2005, predijo con precisión absoluta todos los eventos que
hemos vivido en los últimos 19 años. Por lo tanto, es tremendamente preocupante
pensar qué es exactamente lo que estas personas tienen en mente para nosotros,
ya que todo lo que predijeron ha sucedido con notable precisión.
Como
era de esperar, Kurzweil apoya los 17 objetivos de la Agenda 2030 de desarrollo
sostenible, de los cuales 13 están respaldados por la nanotecnología.
Pero
el tema más inquietante que aborda Kurzweil es el referente a la nanotecnología
de autoensamblaje, que es la base de la agenda tecnocrática transhumanista del
Foro Económico Mundial (FEM) y, por tanto, la herramienta a utilizar para esa
transformación.
Según
denunció el portal “La Quinta Columna”, después de analizar y examinar
detenidamente los viales de las “vacunas” Covid-19, los viales contienen óxido
de grafeno y nanotecnología de autoensamblaje. Aseguran que con las “vacunas” se
inyectaron nanobots controlados por IA a través del arma biológica Covid-19. Siguiendo
con sus investigaciones, más tarde encontraron lo mismo en todo tipo de
inyectables (otras vacunas, anestesias odontológicas, etc). Por lo tanto,
aseguran que estos nanobots ya están introducidos en nuestros cuerpos para,
según ellos, escanear todo nuestro cerebro, fisiología y vete a saber qué más.
Pues
bien. Dicho esto, es curioso que ya en 2005 Kurzweil se pronunciara en el mismo
sentido: “En la década de 2030 alcanzaremos el tercer puente de extensión
radical de la vida: nanobots médicos con la capacidad de realizar de forma
inteligente el mantenimiento y reparación a nivel celular en todo nuestro
cuerpo…. El cuarto puente para poder hacer una copia de seguridad de todos los
archivos mentales digitalmente será la tecnología de 2040... Una vez que
escaneemos esta información con suficiente precisión seremos capaces de
replicarla en sustratos digitales. Esto significa que incluso si se destruyera
el cerebro biológico no se extinguirá la identidad de la persona,
que podría alcanzar una vida útil casi arbitrariamente larga copiándose y
volviéndose a copiar para guardar copias de seguridad."
Kurzweil
continúa: “en un segundo experimento, sustituiremos gradualmente cada
sección de su cerebro por una copia digital conectada a sus neuronas restantes
a través de una interfaz cerebro-ordenador..." Y termina diciendo: “No habrá distinción, post-Singularidad, entre
humanos y máquinas o entre realidad física y virtual”.
Para ponerte los pelos como escarpias, ¿verdad? Pues
a esto es a lo que se refiere Yuval Noah Harari (gurú del FEM) cuando dice que
el ser humano es hackeable.
El
FEM está hostigando al mundo entero para que las economías y las sociedades se
preparen para los cambios disruptivos que estos avances tecnológicos van a
traer. Tratan de convencernos de que confiemos en la tecnología más que
confiamos en nosotros mismos. Y amén que lo están consiguiendo.
Hoy
en día la tecnología es el nuevo dios de nuestra sociedad. Sin embargo, son muy
pocos los que se plantean cuestiones como: ¿qué es verdaderamente la inteligencia artificial? ¿Quién o
quiénes están detrás de esta tecnología? ¿Con qué fin se está desarrollando?
¿Es segura y fiable? Y, lo más importante de todo: ¿debemos dejar nuestras
vidas en sus manos, tal y como estamos haciendo, con el peligro que eso
conlleva?
Y
para muestra un botón. Acabamos de ser testigos de cómo el viernes 19 de julio
de 2024 Microsoft sufrió una caída de su sistema a nivel mundial. Esta caída
afecto a líneas aéreas, hospitales, supermercados, etc. que se vieron obligados
a suspender su actividad dejando a miles de usuarios sin servicio.
Si
los seres humanos somos realmente inteligentes, cosa que a veces dudo, ¿cómo
hemos podido dejar nuestras vidas en manos de una tecnología tan frágil? En mi
opinión, depender prácticamente 100% de un sistema tan incierto no es que sea
demasiado inteligente.
Aclaremos
una cosa. Por mucho que nos digan los impulsores de estas tecnologías la
ciberseguridad no existe. Ni antivirus, ni firewall, ni encriptación ni gaitas.
No hay nada seguro en el mundo cibernético. Hay que ser ciego para no ver que
todos los días se producen hackeos y robos de datos por doquier. Eso por no
hablar de cómo los servicios públicos y privados son sistemáticamente secuestrados
por ciberdelincuentes.
Las
personas que trabajan para las élites desarrollando estas nuevas tecnologías no
sé si son conscientes de las consecuencias no deseadas de lo que están
haciendo, poniendo en manos de psicópatas el arma más poderosa para esclavizar
y destruir a toda la humanidad.
Hace
más de un siglo un puñado de banqueros decidió que iban a ser los dueños del
mundo. Desde entonces llevan tejiendo un plan: crear una red global del dinero
y un conglomerado de organizaciones e instituciones supranacionales para
acaparar todo el poder, mantener engañado al “populacho” e implementar el
sistema de esclavitud consentido mejor logrado de la historia de la humanidad.
Aviso
a navegantes. Si la humanidad no reacciona, estos maniacos con su inteligencia
artificial, su Agenda 2030 y su política "Net Zero" (cero emisiones
de CO2) en unas décadas habrán reducido la biodiversidad natural y
la población mundial de una manera drástica. Su objetivo es reemplazar a la humanidad
por una versión cyborg-transhumanista: una mente colmena aberrante sin cerebro
que sólo se moverá a golpe de algoritmos.
Naturalmente, se necesita mucha comedura de coco
para lograr que una especie inteligente como la nuestra acepte su propia autodestrucción. Pero si lo analizamos bien, veremos que todos los avances
tecnológicos de los últimos 70 años han sido creados y diseñados para ir en esa
dirección. Y esa dirección no es otra que la de un mundo posthumano.
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